8 de marzo de 2015

Abriendo puertas

Es cierto que nada hace suponer que por el momento entre Candela y Severo pueda llegar a existir algo más que una relación comercial, pero también lo es que no hay ningún impedimento para que un día esta situación pueda cambiar, y sin que ello no pase necesariamente por el terreno de los negocios. De lo que sí estoy convencida es de que Severo no tardará en descubrir la excepcional persona que hay en Candela, y ella a un hombre con unos modales exquisitos, atento y encantador, pero que probablemente jamás ha conocido otra vida que la que se mueve alrededor de sus negocios. Y que quizás con la cercanía de Candela aprenda a descubrir algo más.
Evidentemente es prematuro poner expectativas en esta hipotética relación, pero creo que esto si supondría un revulsivo en las tramas, además de una magnífica ocasión para volver a dar vida al personaje de Candela. Tiene todos los ingredientes para ello, y no únicamente por el hecho de que solo Severo está a la par con la doña en cuanto a poderío económico y social, e incluso en inteligencia y perspicacia, aunque en las antípodas de ésta en cuanto a las maneras. Y que solo Severo puede conseguir que Francisca muerda el polvo alguna vez y deje de ser la espada de Damocles que pende sobre la vida y actos de todos los puentevejinos. Porque a estas alturas creo que deben limitarse a los seguidores raipaquistas más acérrimos los que no desean que la doña cometa algún error y pague de una vez por sus tropelías. Llevamos más de mil capítulos (o lo que es lo mismo, cuatro años) viendo como Francisca hace y deshace a voluntad, estropeando todo lo que se mueve a su alrededor, y creo que ya viene siendo hora de que esto cambie.
Una relación de Severo con Candela además creo que volvería a dar una cierta vidilla a unas tramas que ahora mismo y en mi opinión no despiertan ningún interés especial. Porque dejando aparte el tema de los sentimientos, que evidentemente juegan un papel esencial, esta relación también tendría otras connotaciones interesantes. Como la que se daría con Candela, que pasaría a escalar posiciones para colocarse a la altura de Francisca, y tener la posibilidad de hablar de tú a tú con alguien que siempre la ha despreciado. Evidentemente me refiero al poder, porque de altura moral Candela está muy por encima.
Y ya que hablo de altura, esta vez el inciso será por la palabra literal. Yo no considero un problema la diferencia de altura entre esta pareja, de lo que incluso se pueden buscar interpretaciones positivas. Pero de cara a la galería, creo que se busca minimizar este efecto. Es un detalle menor, pero al menos esto se podría entender del hecho de que Severo hiciera sentar a Candela en una butaca, mientras él se sentó en el sillón, quedando en una posición más baja. No entiendo de normas de etiqueta, pero me pareció raro. Y efectivamente, he encontrado en un manual que el sofá se debe reservar a las señoras. Pero lo dicho, sólo es una curiosidad que me ha parecido interesante sacar a colación, y supongo que una licencia necesaria. 

1 comentario: