23 de febrero de 2014

Un juramento "hipócrita"

Según he podido leer, el juramento hipocrático ha ido cambiando su texto, adaptándose a los tiempos. Pero lo que no ha variado es el espíritu para lo que fue concebido, un compromiso público de ejercer la medicina, o lo relacionado con la salud , velando siempre por el beneficio de las personas y sin incurrir jamás en acciones que vayan en menoscabo de las mismas. Y aunque no tenga rango jurídico y su valor sea sólo histórico o tradicional, por lo visto aún se sigue pronunciando en algunos lugares.
Al respecto considero, aunque puntualizando que no es mi pretensión restarle ni un ápice de su valor, que ello tiene más bien aspecto de rito de iniciación. Ya que lo que realmente importa y se sobreentiende, es que una persona que dedica largos años a prepararse para el ejercicio de esta profesión, lo hace por vocación y con la intención de usar los conocimientos adquiridos para curar o aliviar el sufrimiento de las personas. No creo necesario además que se comprometa públicamente a ello, ni que ningún juramento de este tipo sea garantía de nada.
Se entiende que en Lesmes se dan los principios anteriores. Es posible que se decantara por la medicina por vocación y que además hiciera el juramento. Y hasta hace un par de días, aunque pudiera verse enturbiado su personaje por temas ajenos a su profesión, lo cierto es que no había nada que objetar a la manera como ejercía, con el añadido de haber traído al pueblo nuevos conocimientos y métodos más modernos y avanzados.
Pero ……
Parece que detrás de esta apariencia del médico se esconde algo más sórdido y peligroso. Y que además lo que ha de servir para Aníbal, no vale para María y su bebé.
Es algo realmente inconcebible que en el primer caso Lesmes ponga todos sus conocimientos y dedicación para encontrar una solución al mal del chico y en el segundo el empeño sea precisamente para lo contrario. E incurriendo en un acto criminal, saltarse todos los códigos morales y éticos, aunque especialmente los inherentes a su profesión, para perpetrar lo que con toda seguridad va a suponer un grave deterioro de la salud de María y su  bebé, con la evidente intención de causarles la muerte a uno o a ambos.
Y ni siquiera es necesario preguntarse el porqué de esto, ya que es execrable de todas maneras.

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