Puede que en PV se den cita todos
los tópicos de la índole que sean, pero también existe una gran dosis de humanidad en algunas
personas. Claro que esto es una novela y es lógico que todos estos temas se
concentren en el único espacio físico de este pueblo, pero ello no es óbice para que dedique unas lineas a hacer mención del tema de la solidaridad, en especial de las
mujeres.
Por ende mujeres trabajadoras,
que sacan tiempo de sus quehaceres para dedicarlo a los que necesitan ayuda y
apoyo. Y además lo hagan aportando no sólo su consuelo sino también algo material,
rascándose los bolsillos.
Emilia, Candela, Rosario y
Quintina son quienes en este momento representan mejor estos valores. De hecho
cada una de ellas merecería una mención especial, porque todas son especiales. Pero
lo que tienen en común es un gran corazón, que hace que den lo mejor de cada
una de ellas sin buscar ninguna contraprestación a su proceder. Y que además
lo hagan sin temor a absurdas creencias populares que logran estigmatizar a
personas o colectivos de manera particular.
Cierto que puede ser un factor
importante la lástima, pero creo que sería injusto limitarlo a esto cuando
todas han demostrado además otros valores, entre ellos el de la amistad.
Isidro y Aníbal están de suerte
en este aspecto. Pueden que estén un
poco más solos sin Rita, pero ahora tienen un montón de “madres” que se
preocupan de ellos y que no van a permitir que se hundan.
Aunque no voy a dejar este tema sin
hablar de los hombres, porque sería injusto no incluirlos en el tema de la solidaridad. Aún cuando su manera de demostrarlo sea otra. Y en este apartado, y en especial en el
caso de los Buendía, el primer lugar sería para Conrado. Si bien ,y a la misma
altura, se puede poner a Alfonso, Martín y D.Anselmo. Y sin desmerecer a Hipòlito.
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