Estoy leyendo con sorpresa que
ahora algunos dardos envenenados van en dirección a Emilia, por intentar que su
padre se aleje de Francisca. Y la verdad no sé cómo tomármelo, teniendo en
cuenta mí ya expuesta opinión sobre la renacida relación entre Raimundo y la
doña. De hecho ni siquiera tenía intención, ni deseos, de volver sobre un tema
que me parece un sinsentido. Pero a la vista de lo dicho anteriormente, me he
decidido a hacerlo, aun sabiendo lo que supone tocar ciertos temas delicados. Que,
por supuesto, es algo que no me va a coartar para dar mi opinión.
Aceptando que Raimundo ya es lo suficientemente
maduro como para tomar sus propias decisiones y que si ha optado por la postura
de hacer su voluntad pasando por encima de todo y todos, considero que nadie
puede cuestionar su libertad legítima. Otra cosa es que moralmente sea
aceptable.
Por mucha música suave de
fondo que pongan, por mucho paisaje romántico y trinos de pájaros que envuelvan
las escenas, por mucha poesía que pongan en los diálogos, no creo que casi
nadie olvide quien es Francisca y lo que ha hecho. Y por mucho amor que se pretenda
que existe, el olvido es algo que cuesta dejar atrás.
Y aquí es donde entra Emilia, ya
que a veces parece que a Raimundo algunas cosas le son ajenas. Cierto que ésta también
ha hecho algunas cosas reprobables, pero creo que en los últimos tiempos ha
reparado su error con creces y ha demostrado que también es una madre. Y difícilmente
a una madre le pueden hacer tragar con ruedas de molino y aceptar que la persona
que tanto daño ha procurado a su familia y casi acaba con alguno de sus
miembros (que para más inri también son los propios) ahora sea el centro de la
atención de su padre. En mi caso admito que, de encontrarme en una situación parecida,
no le iba a volver a dirigir la palabra a éste en la vida. Y algo se barruntará
Raimundo de ello, cuando ha decidido buscar a Francisca a escondidas, como dos
adolescentes inmaduros o dos abuelos perdiendo el norte. Que no digo que en la
vejez no puedan existir estos sentimientos, pero a estas alturas cuesta creer
que hayan sobrevivido a tanto desencuentro y alejamiento. Quizás es porque mi
natural no es muy romántico y opto por intentar ver las cosas desde una óptica menos
emocional, por lo que creo imposible que después de lo acontecido entre ambos, sus sentimientos sigan teniendo la misma intensidad de antaño. Vamos, que igual
que Emilia, yo tampoco comulgo con esta situación para nada.
Pero ya que el tema era ésta, aunque
me haya ido por los cerros de Úbeda, vuelvo a ello. Porque tampoco a Emilia le
pueden discutir la legitimidad de intentar hacer algo por su padre. Evidentemente
lo ve desde otro punto de vista diametralmente distinto al de éste, aunque creo que es ella la que
tiene los pies en el suelo ya que sabe, por experiencia propia, que Francisca y
sufrimiento son invariablemente la misma palabra. Quizás no sea ahora, cuando la
doña y su padre andan en pleno delirio juvenil, pero casi se puede aventurar
que volverá a suceder a no tardar. Es el sino de esta pareja, y Francisca no ha
cambiado, ni va a hacerlo (de hecho demuestra cada día que es implacable y
despiadada). Así que amor es un concepto que en su boca casi suena a sacrilegio.
No puedo estar mas de acuerdo contigo.Ya no pretendo que Raimundo actue como el hombre integro y de principios que era,por que se perdio cuando arruino a su hija en aras a un hijo insensato que les busco la ruina.Para seguir con la persecucion a Juan Castañeda cuando descubrio el asunto del hombre que quiso violar a Mariana.Cuando Juan por en malos pasos que andara siempre miro por su familia como lo hacen todos los Castañeda.Al menos Emilia tiene a Alfonso que siempre estara por y para ella protegiendola de un padre insensato.
ResponderEliminarRosa
Cada cual tiene derecho a equivocarse por sí mismo. Cada cual toma sus decisiones siendo consciente de los pros y los contras que ello puede traerle, así que, si Raimundo acepta eso, ¿quién es Emilia para exigir nada? Bien puede intentar hacerle ver que los contras son mayores que los pros, pero, ¿exigir? No. Exigir no. Y menos cuando ha podido comprobar que en estos meses sin ella era algo así como un alma en pena, y desde que la ve no deja de sonreír; que es realmente feliz. Si Emilia, viendo ese cambio tan radical de su padre le exige que no vuelva con Francisca, es de ser no menos que egoísta, porque antepone su tranquilidad a la felicidad de su padre, que, uniéndose a Francisca, Raimundo también es tremendamente egoísta, pero la vida está para cometer locuras y buscar la felicidad. Y creo que nadie puede negar que, en sus últimos paseos por el campo, ambos la han encontrado. Así que si se equivoca o no se equivoca, en un tiempo lo descubrirá, pero que sea él el que asuma esas consecuencias, no Emilia.
ResponderEliminarPues sinceramente pienso que Raimundo ha perdido el norte cayendo una vez mas en las garras de Francisca que pienso algo estará tramando de nuevo contra el o su familia, porque este repentino amor a lo Romeo y Julieta es patético y resulta hasta ridículo a estas alturas de la película, y me parece muy bien que Emilia le recuerde una y otra vez todas las maldades de Francisca y que él debería ser mas listo para darse cuenta que con ella nada es lo que parece.
ResponderEliminarPobre Raimundo el desengaño te espera a no tardar.
Si encima sera la mala Emilia que tiene a sus niñas en Cuba por culpa de la Paca, y no estan muertas de milagro... estariamos todas encantadas si nuestro padre hiciera eso, si señor!!!!
ResponderEliminarPues yo estoy desorientada porque no puedo creer que Raimundo por el amor de la Paca haya olvidado la persecucion que ha padecido su familia, solo pensando en Maria y Gonzalo que estan vivos de milagro, como dice Charini creo que ha perdido el norte y eso le puede costar caro, Francisca no perdona , su corazon esta ennegrecido, no no creo que esto acabe bien, es imposible y su hija Emilia si esta en su derecho de advertirle a su padre, ya que conoce muy bien como se las gasta.
ResponderEliminarEs cierto que Raimundo tiene derecho a estar con quien él desee, pero también me parece de lo más razonable que Emilia no lo comprenda, porque guste o no, Doña Francisca ha hecho muchísimo daño (y sin vislumbrar arrepentimiento alguno). Y Raimundo es consciente de ello, de ahí su secretismo y los encuentros a escondidas, las mentiras a su hija ...
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