12 de febrero de 2015

La serie, a mi manera de ver

Se ha terminado el capítulo y me siento ante el ordenador para escribir algo sobre lo que he visto, pero no consigo encontrar nada que me haga movilizarme para ello, ni tan siquiera recuerdo que ha pasado. 
Esta es una situación en la que me encuentro cada vez con mayor asiduidad. Me propuse escribir cada día al menos un comentario, pero sólo encuentro motivos para manifestar mi negatividad. Y no me gusta transmitir esta sensación.
Porque…
Hablar de Aurora, Conrado y Lucas. No voy a volver a hacerlo por ahora, porque ya he dado mi opinión y voy a esperar que suceda algo más en esta trama (por cierto, gracias por todos los comentarios a favor y en contra, dejados en este blog. Todos ellos razonados y atendiendo al respeto a todas las opiniones, lo que me congratula sobremanera). 
Escribir sobre los que se han ido o se irán en breve. Tampoco voy a hacerlo, porque no soy muy amiga de las nostalgias. Aunque periódicamente vuelva a caer en ello, y además pienso que el vacío que han dejado algunos será difícil de llenar.
Volver al tema de Bosco, Inés y Amalia. En este caso tendría que hacerlo por separado de cada uno de ellos. Evidentemente solo los guionistas saben los derroteros previstos para estos personajes, pero creo sinceramente que ahora mismo su trama aburre; especialmente por lo que se refiere a la de las dos mujeres, que en mi opinión  y desde hace varias semanas, se limitan a repetir, sin casi variación, tanto los diálogos como la puesta en escena. Y por lo que se refiere a Bosco, su total sumisión a la doña le resta el protagonismo que tendría que tener un hijo de la partera y Tristán. Claro que su aspecto hace olvidar que es un chico de poco más de 18 años y que es inexperto en muchas cuestiones, que necesita aún una cierta guía; pero ello se diluye en otras, cuando le hacen aparentar mucha más experiencia de la que corresponde a su edad. Creo que es un personaje que tiene muchas contradicciones, aparte de que no le dejan desarrollar su propia personalidad.
Raimundo y Francisca. Este es un tema sobre el que prefiero no opinar, porque me parece un sinsentido total.
De los Mirañar poco hay que decir, salvo sobre sus tramas la mayor parte de las veces infumables. Pero hay que reconocer que especialmente Selu da vida a un personaje que consigue despertar un montón de sensaciones, desde la ternura hasta la impaciencia.
Candela y Rosario: dos grandes ignoradas, cuyas tramas ahora mismo son solo de relleno. Lamentable que dos grandes actrices pasen por ello. Más o menos como D. Anselmo, desaparecido ahora incluso de escena. O como Mauricio, que da una de cal y otra de arena, con lo que es difícil tomar una postura sobre él. Su fidelidad a la doña, el gran hándicap, que solo se ve compensada a veces por buenos sentimientos que deja asomar. Incluidos los que se refieren a Fe, aunque he de reconocer que tampoco tengo muy claro si deseo que se lie con ella o no. 
Emilia, Alfonso y Matías. No es que su trama sea precisamente para lanzar cohetes, pero a veces tiene algo más de vidilla. Aun así admito que me parece ya casi cansina la preocupación de Emilia por su padre (aunque es verdad que es algo razonable en una buena hija), pero creo que éste ya es algo mayor para saber lo que se hace. En cambio me gusta la que transmiten ella y Alfonso por el chico o por Mariana.
De ésta última y Nicolás hasta ahora poco había que decir. Pero parece que en las próximas semanas habrá algo de movimiento, lo que será de agradecer. Son una pareja preciosa, que transmiten mucha química y tienen una relación muy bonita.
Y admito que esperaba algo más de movimiento con la llegada de Severo y Carmelo, cuya presencia parecía destinada a ser el contrapunto de la doña. Pero, y aunque quizás es pronto para pedirles que hagan uso de todo su poder, me cansa que ahora mismo solo exista algo que centre su atención y sobre lo que giren la mayor parte de sus conversaciones. Aunque también es comprensible que Severo quiera encontrar a toda costa a su hermana. 
Creo que sólo me queda Fe. Su trama también pasa por puntos álgidos, seguidos de episodios con una casi total desaparición. Sin embargo quizás es la protagonista de las únicas escenas que no dejan indiferente nunca. Ha sido, es, y es probable que sea en el futuro, el nexo entre diversas tramas. Y ella sola está consiguiendo que mucha gente siga pegada a la pantalla, solo por ver a esta doncella que llegó al pueblo como una gran desconocida y sin grandes pretensiones, pero que se ha convertido en alguien indispensable, no sólo para PV y sus habitantes, sino también entre l@s espectadores. Su desparpajo (al que no creo que sea ajena la propia actriz), su cháchara indomable, su curiosidad manifiesta e imparable, su sagacidad, y, especialmente su ternura y buen corazón, la hacen un personaje que considero muy completo. Que además está en el mejor sitio: desde La Casona y sin que la doña se imagine por un instante lo que se esconde tras esta doncella, Fe puede hacer mucho por otros personajes. De hecho ya lo hemos visto con María.     

2 comentarios:

  1. Sí, la verdad es que estoy de acuerdo en que Inés y Amalia son muy aburridas. Sus escenas son siempre las mismas, y sus palabras también. Pero a mí sí que me encantaría que Fe y Mauricio se liasen. Los dos son geniales, y creo de verdad que él está enamorado de ella, porque no ha habido muchas ocasiones en las que haya mentido a la Doña, y por Fe lo hizo sin vacilar.

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  2. Hola mi querida Anna... te confieso que las únicas escenas que veo de PV son las de nuestra querida Fe, y las veo por internet... de hecho lo que hago es verme de golpe todas sus escenas de la semana. Porque lo que son el resto de tramas me aburren sobremanera. Estamos de acuerdo en que es una pena que Aida y Adelfa ya solo estén de florero en la serie, son dos grandes actrices y se merecen mucho más. Del resto de personajes es que prefiero ni opinar, solo con leerte ya me hago una idea de lo soporiferas que están resultando las tramas, especialmente la de BAI (Bosco, Amalia, e Inés). Un besito.

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