27 de febrero de 2015

No es fàcil olvidar

Estoy leyendo con sorpresa que ahora algunos dardos envenenados van en dirección a Emilia, por intentar que su padre se aleje de Francisca. Y la verdad no sé cómo tomármelo, teniendo en cuenta mí ya expuesta opinión sobre la renacida relación entre Raimundo y la doña. De hecho ni siquiera tenía intención, ni deseos, de volver sobre un tema que me parece un sinsentido. Pero a la vista de lo dicho anteriormente, me he decidido a hacerlo, aun sabiendo lo que supone tocar ciertos temas delicados. Que, por supuesto, es algo que no me va a coartar para dar mi opinión.
Aceptando que Raimundo ya es lo suficientemente maduro como para tomar sus propias decisiones y que si ha optado por la postura de hacer su voluntad pasando por encima de todo y todos, considero que nadie puede cuestionar su libertad legítima. Otra cosa es que moralmente sea aceptable.
Por mucha música suave de fondo que pongan, por mucho paisaje romántico y trinos de pájaros que envuelvan las escenas, por mucha poesía que pongan en los diálogos, no creo que casi nadie olvide quien es Francisca y lo que ha hecho. Y por mucho amor que se pretenda que existe, el olvido es algo que cuesta dejar atrás.
Y aquí es donde entra Emilia, ya que a veces parece que a Raimundo algunas cosas le son ajenas. Cierto que ésta también ha hecho algunas cosas reprobables, pero creo que en los últimos tiempos ha reparado su error con creces y ha demostrado que también es una madre. Y difícilmente a una madre le pueden hacer tragar con ruedas de molino y aceptar que la persona que tanto daño ha procurado a su familia y casi acaba con alguno de sus miembros (que para más inri también son los propios) ahora sea el centro de la atención de su padre. En mi caso admito que, de encontrarme en una situación parecida, no le iba a volver a dirigir la palabra a éste en la vida. Y algo se barruntará Raimundo de ello, cuando ha decidido buscar a Francisca a escondidas, como dos adolescentes inmaduros o dos abuelos perdiendo el norte. Que no digo que en la vejez no puedan existir estos sentimientos, pero a estas alturas cuesta creer que hayan sobrevivido a tanto desencuentro y alejamiento. Quizás es porque mi natural no es muy romántico y opto por intentar ver las cosas desde una óptica menos emocional, por lo que creo imposible que después de lo acontecido entre ambos, sus sentimientos sigan teniendo la misma intensidad de antaño. Vamos, que igual que Emilia, yo tampoco comulgo con esta situación para nada. 
Pero ya que el tema era ésta, aunque me haya ido por los cerros de Úbeda, vuelvo a ello. Porque tampoco a Emilia le pueden discutir la legitimidad de intentar hacer algo por su padre. Evidentemente lo ve desde otro punto de vista diametralmente distinto al de éste, aunque creo que es ella la que tiene los pies en el suelo ya que sabe, por experiencia propia, que Francisca y sufrimiento son invariablemente la misma palabra. Quizás no sea ahora, cuando la doña y su padre andan en pleno delirio juvenil, pero casi se puede aventurar que volverá a suceder a no tardar. Es el sino de esta pareja, y Francisca no ha cambiado, ni va a hacerlo (de hecho demuestra cada día que es implacable y despiadada). Así que amor es un concepto que en su boca casi suena a sacrilegio.  

26 de febrero de 2015

Quizàs las apariencias engañen. O no.

Es cierto que todo parece apuntar a que Sabina es una infiltrada en Miel Amarga, pero quiero creer que, en este caso, las apariencias engañan. Y ello a pesar de que soy la primera en pensar que la llegada de ésta a la casa no se ha producido por casualidad, más después de tres intentos frustrados de otras tantas candidatas al puesto que ahora ocupa. Pero de verdad espero que esto tenga una explicación razonable que no pase por la de ser una espía de Francisca.
Sí, a la doña no es fácil ponerle el pie al cuello y es de lo más retorcido en sus planes, pero tampoco se puede menospreciar la capacidad de los demás para hacerle frente. No creo que Severo y Carmelo puedan pecar de ingenuos, aunque también es verdad que aparentemente distan mucho de tener la mala baba de ésta. Porque para ser empresario y persona de posibles no hace falta ser despiadado, aunque creo que Francisca puede despertar esta parte negativa de las personas. Y por lo que se sabe, esta es el único objetivo que tienen Severo y Carmelo que entra dentro de esta consideración.
De todas maneras admito que la historia de Sabina no ha acabado de calarme. Será porque esta serie ha acabado por volverme desconfiada del todo, o porque realmente parece algo trabajado con el objetivo de ganarse la simpatía de los que la han contratado. Y evidentemente ha funcionado, cuando ni siquiera ninguno de los dos se ha cuestionado la veracidad.  Pero lo que si hay que reconocer es que, a pesar de ser una historia de sufrimiento, Sabina (y los guiones) han sabido darle un aire diferente al no dejar espacio al drama lacrimógeno.
Para ellos el pasado no es un lastre sino algo que ya ha quedado atrás. Han sabido hacerle frente a la vida y además con éxito, por lo que aunque lo de Sabina no sea cierto, tampoco sería tan importante. Lo único que puede cambiar es la apreciación de Carmelo, que es evidente que a partir de ahora la mirará con otros ojos.
Me reitero. 
Solo espero que esto no forme parte de un ardid de Francisca, que por otra parte parece tener carta blanca para que ella y solo ella, sea la más inteligente (y retorcida) del lugar. Y creo hablar por boca de muchos, que ya va siendo hora de que alguna vez muerda el polvo. Pero solo Severo y Carmelo representan la esperanza de que alguna vez lo veamos hacerse realidad.     

25 de febrero de 2015

¿Una señora nace o se hace?

¿Quién o qué decide la adscripción a una determinada clase social?
Evidentemente hay muchos factores que la condicionan, como son el dinero, el poder, o simplemente nacer dentro de una familia con lustre. Pero solo es algo de cara al exterior, porque no son más personas ni más importantes las que están situadas en las denominadas clases altas, ni menos de todo ello las que están por debajo. De hecho hay varios ejemplos en PV que demuestran a las claras quien es más persona, y no precisamente se encuentran entre los pudientes.
También es cierto que el nivel económico puede influir en una mayor educación y cultura, pero tampoco es consustancial. Porque se puede ser educado y culto sin ser rico, ya que la riqueza de la mente no se adquiere por ser una determinada clase social, sino por la constancia, el esfuerzo y la curiosidad. Aunque no voy a negar que el dinero da tranquilidad, y que la carencia del mismo puede destrozar muchas oportunidades.
Pero también existe la posibilidad de pasar de una clase a otro por méritos propios o adquiridos, aunque no siempre l@s que alcanzan mayor nivel económico saben manejarlo adecuadamente. Por supuesto no es el caso de Severo, que ha estado en los dos lados y, a menos que se tuerza, parece que tiene siempre en mente los tiempos en los que pasó penalidades y sabe ponerse en el lugar de la gente más desfavorecida. Vamos, que tampoco lo veo un terrateniente al uso, o al menos que siga los tópicos establecidos.
Otra cosa es el señorío, y esto sí que considero que no se adquiere con el dinero.
No dudo que a principios del siglo XX las clases sociales estuvieran mucho más marcadas y que, aun existiendo clase media, en la que se podría englobar a Emilia y Alfonso por ejemplo, la diferencia entre ricos y el resto de la población estaba muy definida. De ahí que los primeros evitaran mezclarse con los segundos, por aquello de no ser contaminado por la plebe. Sin embargo el señorío, en el sentido de elegancia, educación y comportamiento no es exclusivo de una determinada clase social, y la madre de Nicolás puede ser una mujer con poder y dinero, pero como señora deja mucho que desear.
En realidad reprocharle su actitud a ella es lo mismo que hacerlo a Francisca, porque son tal para cual. Altaneras, no prestan atención al resto de los mortales porque se consideran por encima y no dudan en mostrar su desdén por éstos. También son manipuladoras y carecen de escrúpulos para clasificar lo que hacen, ya que consideran que están en posesión de la verdad y si causan daños los consideran algo colateral de lo que no son responsables.
¡Vaya, un par de perlas!
Desgraciadamente a Mariana no podía haberle sobrevenido peor familia que los Ortuño (exceptuando claro está, Nicolás). Pero los tiempos parece que ya estaban cambiando, y que agachar la cabeza ya no era la tónica general. Y ahí es cuando aparece una verdadera señora, Rosario, que si conoce lo que es la educación y cómo ha de comportarse una persona.  Porque aunque en este caso se trataba de su hija, no dudo que hubiera adoptado igual actitud con cualquier otra persona. 

24 de febrero de 2015

El valor de la amistad

Puente Viejo no es solamente las historias de amor. Paralelas a estas se producen otras que periódicamente saltan a escena, y que demuestran también otros valores como el de la amistad. La verdadera amistad, la que no tiene otra intención que la de estar ahí para lo que haga falta, y que no tiene condicionantes ni de edad, ni de género. También es cierto que, como el caso de Emilia e Hipólito, influyen también otros factores como es la ternura que provoca el personaje del hombre, un niño grande al que todos perdonan y entienden sus ideas descabelladas, pero que ha dejado traslucir muchas veces que no es tan borrico como se pretende.
Quizás por la misma idea, la gente no se apercibe lo suficiente de que Hipólito es una persona como las otras, que también sufre y tiene malos momentos. Porque sea alguien divertido y estrafalario no significa que sea más insensible a los hechos que le atañen. Más en este caso, cuando ha sido traicionado y humillado.
Y no es que escenas entre Emilia e Hipólito sean nada nuevo. Siempre han tenido una amistad especial que se denota en el cariño con el que se tratan. Hipólito suele llamarla “bella Emilia” y ésta no duda en devolverle el requiebro con una luminosa sonrisa.  
Pienso que la escena vivida en el colmado ha sido preciosa. Es verdad que Dolores está preocupada por su hijo, porque es consciente de por lo que está pasando éste. Y a su manera está intentando ayudarle, aunque no lo haga con mucho tino. Por ello el valor de la amistad de Emilia cobra mucha más fuerza, porque aun siendo de edades parecidas, ésta es casi como la hermana mayor. 

23 de febrero de 2015

Una lanza por Lucas

No entiendo algunas críticas feroces al personaje de Lucas, que desde luego no comparto en absoluto.
Porque no veo que sea nada malo ni anormal que un personaje sea extravertido, ni que tenga un carácter divertido y bromista, cualidades que precisamente no abundan en PV. Cada persona es como es, en la ficción y en la vida real. Y Lucas es así y no tiene porque cambiar. Pero lo que no creo es que sea justo calificarle además de arrogante y presuntuoso, sólo por el hecho de que tenga unos estudios universitarios y una cultura que a veces deja aflorar. No se pasea por el pueblo en plan gallito, se mezcla con la gente sin mirarlos por encima del hombro, y además lleva a cabo con dedicación y esfuerzo el trabajo que tiene encomendado, como lo haría cualquier médico comprometido con sus pacientes. Es cierto que cada cual ve este personaje a su manera (algo por otra parte muy lícito), pero en mi opinión en ningún momento éste ha utilizado lo que para unos es encanto y para otros se entiende como arrogancia, para valerse de ello y situarse por encima de las personas. Creo que si le tienen respeto es por ser quien es, una de las fuerzas vivas del pueblo, junto con el alcalde, el sacerdote y, por descontado, los terratenientes.  
Lo que sí puedo admitir es que efectivamente su papel ahora mismo no es muy glorioso, porque viene a ser el tercero en discordia  en una relación que todo el mundo sabe que ya tiene los días contados. Algo que por otra parte considero que no es por su intromisión (aunque pretendan hacerlo parecer de esta manera). Porque creo que a veces se olvida que Lucas/Álvaro estaría en la serie porque Rubén/Conrado la deja por propia voluntad, y que aunque tampoco creo imprescindible la presencia de otro hombre que ocupe el lugar de este último, al menos no con tanta premura como la que se ha dado, tampoco lo veo tan descartable. Pero principalmente lo que no parece tenerse en cuenta es que el personaje está en PV no por propia iniciativa, sino porque le han llamado, y que además en un acto de generosidad suprema renunció a un puesto importante sólo para ayudar a una amiga a la que ni siquiera sabía si podría recuperar. No existía ninguna intencionalidad, al menos al principio, de buscar también su corazón. 
Insisto, no veo al personaje de Lucas de manera tan crítica como para defenestrarle como lo hacen. Es más, pienso que a su lado Aurora deja aflorar otra manera de ser, mucho más acorde con la del principio. 

22 de febrero de 2015

Miel Amarga y sus gentes

Evidentemente no ha llegado el momento de alzar las campanas al vuelo, ni siquiera de poner expectativas en algo que aún está en estado casi embrionario y que además parece estancado, pero reconozco que ahora me estoy mirando la trama de Miel Amarga con una cierta curiosidad, y no solo por Severo y Carmelo. A pesar de que, como ya comenté en otro escrito, las circunstancias de la llegada de Sabina son cuando menos dignas de ser tenidas en cuenta por el hecho de ser la única de las candidatas a ama de llaves que ha conseguido llegar a la finca sin incidentes (lo que de por sí ya pone en guardia, ya que nada en esta serie sucede por casualidad), lo cierto es que aún con su carácter adusto y con la prevención que da el hecho de que casi nadie es quien parece, he de decir que ahora mismo no me disgusta esta mujer. Precisamente por tenerlos bien puestos.  
Por lo demás, y si bien es verdad que la idea inicial con la que llegaron Severo y Carmelo a PV, la de vengarse de la doña, parece que se ha diluido un poco (que no desaparecido) al menos en esta hacienda hay algo más de vidilla y no es siempre lo mismo. Sí que siempre planea el tema de la hermana, pero suceden otras cosas, sino interesantes al menos diferentes.
De hecho la vida en Miel Amarga tiene tan pocas similitudes con la de La Casona que casi es de agradecer un cambio de mentalidad por lo que se refiere a las casas pudientes. Relación en la que, por cierto, no incluyo a El Jaral, porque a pesar de ser una hacienda importante es evidente que no se puede comparar con las otras en cuanto a potencial económico, ni poder. También es cierto que no es lo mismo una casa con varios miembros, incluido un bebé, que un hogar con dos solteros, pero considero que esta no es la diferencia más importante. Me atrevería a decir que en Miel Amarga se respira un aire señorial, aunque al contrario de lo que se podría esperar de ello (vistos los antecedentes con otras gentes de esta clase social), sus habitantes son cordiales en el trato con el resto de vecinos, y para nada altivos ni arrogantes.
Severo considero que es además, y mientras no se demuestre lo contrario, una persona conciliadora y dialogante, que busca el fondo de las cosas y no las apariencias. No es que sea algo inherente, pero el hecho de haber pasado privaciones creo que puede conferirle este carácter particular, que le hace calibrar las cosas en su justa medida. El contrapunto perfecto a Carmelo, que aparentemente es mucho más visceral, aunque la lealtad en ambas direcciones está por encima de todo.
Por cierto, una amistad que parece inquebrantable, a pesar del puntual desencuentro sobre el ama de llaves. Algo esto último que han sabido sortear precisamente por estos vínculos que les unen, y que no creo que están asentados en nada más que en el hecho de haber luchado juntos para forjarse un futuro.
Otra cosa es que este futuro que para ellos cada vez parece más despejado, haga asomar negros nubarrones sobre el de Candela. Nada hacía presagiar a priori que sus caminos se tuvieran que cruzar, pero parece que así va a ser por culpa de algo tan inofensivo como unas galletas. No creo que Severo y Carmelo tengan en mente desbancar a la confitera ni quitarle clientela, pero aquí se hace patente aquello de que el pez grande se come al chico y, es evidente que Candela difícilmente podrá competir con la producción industrial de galletas Santacruz. El comercio de proximidad siempre estará ahí, pero se verá mermado.
Solo espero que esto sea la excusa para volver a dar visibilidad a Candela, y quien sabe si acercarla a uno de los dos hombres

20 de febrero de 2015

Peón de un juego


No se puede ganar siempre y parece que la doña también ha de conocer la otra parte. Pero en realidad es solo un espejismo, porque no está haciendo ninguna concesión. Es evidente que todo el paripé que han montado con Amalia para conseguir engatusar a Inés, forma parte de un juego en el que ésta es el peón. Hasta que deje de ser útil.
Han dejado que creyera que podía imponer sus condiciones, cuando simplemente lo que han hecho ha sido seguir con una estrategia previamente calculada al detalle. No tengo ninguna duda de ello. ¿Qué más da que Inés se haya mostrado algo más decidida y haya buscado asegurarse una salida? Si no sucede algo que trastoque totalmente los planes de las dos brujas, en el minuto siguiente al que Inés deje de amamantar a Beltrán van a librarse de ella sin ningún escrúpulo, por mucho que hayan dado su palabra.
Porque no se trata de compasión por su parte, sino de usarla como se podría hacer con cualquier objeto. Ya que Inés es ahora mismo la única salida para sacar adelante al bebé, y éste es ahora la prioridad.
Pero ¿realmente ésta es tan ingenua como para pensar que va a ver recompensados sus esfuerzos y van a dejarla ir sin más? Hasta ahora ha demostrado que adolece de picardía, al no cuestionar ninguna de las razones de Amalia, por muy incoherentes y poco creíbles que hayan sido. Incluso la ha pillado en un par de renuncios, pero ha seguido sin dudar de su palabra, cegada por el agradecimiento que supone le debe.
La verdad es que esta trama no consigue engancharme de ninguna manera. Primero porque me impacienta el hecho de que el personaje de Inés sea incapaz de remontar su posición de sumisión, siempre con tramas de tristeza y depresión y con escenas casi calcadas de un día para otro. Y después por la manipulación vomitiva de la que la hacen objeto Francisca y Amalia, aunque ésta ultima deje asomar a veces algo parecido a los remordimientos. Pero aún así, he de admitir que a pesar de hacer el esfuerzo de intentar verlo sin condicionantes previos, me dejan indiferente las escenas en las que se pretende demostrar que el vínculo entre madre e hijo no se pierde y que el niño de alguna manera la reconoce. Es posible, pero también lo considero muy forzado. 
Por descontado no soy nadie para intentar enmendarles la plana a los guionistas, pero creo sinceramente que intentar reeditar la historia de Pepa (como parece que se pretende con esta trama) no está funcionando a la altura de las supuestas expectativas, y que dilatarla mucho más va a llevar a los personajes implicados a perder toda oportunidad de hacerse un hueco en las simpatías de l@s espectadores.
Aunque también puede que esté equivocada. 

19 de febrero de 2015

El fin de una historia

Supongo que la mejor manera de entenderlo es intentar ponerse en su lugar. Pero aun así cuesta hacerse una idea de lo que ha pasado entre Conrado y Aurora para que se hayan alejado de la manera en que lo están actualmente. Bueno, para ser exactos, porqué Aurora ha decidido terminar una relación que podría haber sido única.
Mi primera impresión, y algo que ya he comentado otras veces, es que se trata de una estrategia de los responsables de la serie para que la marcha de Conrado sea lo menos traumática posible, y no suponga una ola de rechazo generalizada. Son much@s l@s fans de esta pareja, y va a suponer un duro golpe perder a uno (otro) de los protagonistas. En cambio si el alejamiento se produce de manera gradual, su desaparición quizás no se vaya a notar tanto; aunque lo cierto es que eso ya es un hecho consumado, porque ya son pocas las escenas en las que sale y casi siempre de manera tangencial. 
De todas maneras pienso que quién está perdiendo realmente con esta situación es el personaje de Aurora, y no sólo porque su historia de amor aparentemente se ha terminado. Cierto que, a priori, es alguien mucho más importante que Conrado, pues supone uno de los nexos con la trama principal de Pepa y Tristán; pero esto no tendría que haber sido inconveniente para que Conrado también formara parte de este estatus, como lo ha sido María para Martín. Sin embargo jamás han alcanzado los estándares de esta última pareja, y cuesta imaginarse el porqué de ello.
Son muchas las hipótesis que se han barajado, desde la falta de entendimiento o química entre los dos actores (algo sobre lo que evidentemente hay discrepancias, porque depende especialmente del color del cristal con el que se mire), hasta la que creo que es la razón principal, como son unos guiones que no han ayudado nada a desarrollar una historia plagada de desencuentros, malentendidos y pocos momentos de pasión, cosa que la ha hecho languidecer cuando podría haber sido algo muy diferente de lo que habíamos visto hasta ahora. La relación entre un hombre maduro y una chica inexperta en las lides del amor creo que podría haber dado mucho juego; pero se lo han impedido.
Evidentemente no todas las historias han de ser iguales, ni tampoco el componente edulcorante ha de ser la seña de identidad. Tampoco en la vida real las relaciones son todo lo fáciles que sería de desear y es natural que se presenten situaciones tensas, que sin embargo se resuelven cuando existe la fortaleza de los sentimientos. Y es esto último lo que me lleva a conjeturar que los de Aurora tampoco lo son (o eran) tanto. No así los de Conrado, que creo que no han variado un ápice.
Pero ¿qué ha hecho cambiar a Aurora (aparte de lo dicho anteriormente de razones de márqueting)? No creo que haya sido sólo la aparición de Lucas (que evidentemente también juega un papel importante), sino que es algo más complejo y que podría tener que ver con el miedo a perder la independencia, algo de lo que no ha sido consciente hasta ahora. Que no necesariamente ha de ser antagónico con el amor, porque no creo que Conrado le coartara para nada sus decisiones; pero pienso que Aurora tampoco desea dar explicaciones de sus actos. Ha aprendido a gozar de su libertad, aunque también denota un signo de inmadurez al dar alas a un hombre para después dejarlo colgado sin más. No se puede jugar con los sentimientos, y Aurora, aunque creo que inconscientemente, lo está haciendo, además al seguir entrometiéndose en la vida de éste. Es verdad que existe la posibilidad de que Alicia vuelva a embaucarlo, pero Conrado ya es suficientemente mayor para saber lo que se hace y a lo que se expone.
Y hablando de Conrado ¿qué le ha impulsado también a él a tirar la toalla? Siempre ha estado ahí y ha luchado por Aurora, incluso cuando parecía que ya se había perdido toda esperanza. Y después, cuando se abría un futuro para ellos, se hace a un lado. Cierto que sus motivos están llevados por un amor altruista que lo hace merecedor de admiración, pero tampoco estoy muy segura de que pedirle que aguante y espere sea lo mejor.
Si, quizás entre ellos aún exista algo que podría avivar la llama; pero ahora mismo lo veo bastante difícil (por no decir imposible, por motivos obvios)

18 de febrero de 2015

Casada con un hombre rico

No se puede edificar una relación sobre una mentira, y Nicolás ha cometido un error al no confiar a su esposa lo que sea que está ocultando. Porque es evidente que las excusas esgrimidas son solo una manera de desviar la atención, y que lo que realmente le sucede es mucho más grave. Ciertamente los silencios, aunque sean para auto convencerse de que es lo mejor para el otro, nunca son buenos. Mariana lo hizo con el tema de Micaela y casi le costó la vida, y ahora es Nicolás el que oculta algo, que es evidente que tiene que ver con su pasado. Bueno en realidad, y para ser exactos, lo de Nicolás viene de lejos, y ya se sabe que está relacionado con su familia.   
Tampoco sabría decir hasta que punto Mariana es cómplice de ello, al no haber insistido en indagar sobre el pasado de su marido y del porqué de la inexistencia de relación con su familia. Pero, además del amor, la confianza es fundamental en una relación, y esto puede ser la explicación de que la chica haya aceptado las razones sin cuestionarse nada. No tiene motivos para dudar de su esposo, y esto le ha permitido a Nicolás seguir ahondando aún más en las mentiras y que la bola se haga cada vez más grande.  
Porque es patente que éste proviene de una buena familia. Que su madre viaje con una sirvienta es una clara evidencia.  
De todas maneras, y aun entendiendo que es motivo de reproche y que es normal que Mariana se enfade mucho con él, tampoco veo que sea nada irreparable. Porque el hecho de que Nicolás la ama por encima de todo no creo que sea discutible, y ya lo ha demostrado renunciando a todo para estar con ella. Otra cosa es que piense que de alguna manera la protege al no contarle su pasado, que es evidente que quiere dejar atrás. Y que ello incluya romper además los lazos con su familia, aunque no cuesta mucho imaginar que sus motivos tendrán que ver con la incomprensión por parte de éstos sobre sus decisiones.
Por supuesto, Nicolás tenía que haber puesto al corriente a Mariana. Pero no creo que los sentimientos de ésta hubieran cambiado para nada, porque lo que es importante es la persona y no los bienes materiales.
De todas maneras hay algo bueno en todo esto. De ser cierto que Nicolás es rico y lo que implica para Mariana de estabilidad económica, lo que será verdaderamente jocoso es ver la cara de la doña cuando sepa que su antigua sirvienta no es una pobretona. Porque de lo que estoy segura es de que, a pesar de que habrá un desencuentro importante entre la pareja, el amor entre Nicolás y Mariana ganará la partida. 

17 de febrero de 2015

Severo y Carmelo. U otras maneras de entender ser rico

No creo que a Severo y Carmelo se les pueda colgar el sambenito de nuevos ricos, con lo que lleva implícito de término negativo. Según se desprende de sus conversaciones, se han ganado su sitio a pulso; y no tiene por qué ser necesariamente por medio de oscuros métodos. Si bien es posible que en algún momento de este proceso hayan tenido que dejar los escrúpulos a un lado, también intervienen la visión para los negocios, el tesón y la suerte. Y sería muy injusto hacer pasar a todas las personas que están en el mundo de los negocios por el mismo patrón, ni todos ellas han de emplear los mismos métodos que la doña para incrementar su fortuna. 
Evidentemente haber estado en los dos lados de la vida también puede haber ayudado, como es en este caso. Por lo que la concepción de tener gente al cargo puede ser muy diferente y crear incluso una cierta empatía, aunque también es verdad que siempre habrá excepciones y quién no sabrá administrar su poder. Porque el dinero también engendra otras facetas como es el poder y la influencia, y esto sí que a veces hace perder de vista al resto del mundo.  
Pero creo que ambos tienen muy bien asentados los pies en el suelo.
Con el mismo poder y similar fortuna que la doña, creo que no pueden estar más a las antípodas. Mientras en La Casona se sigue haciendo uso de mano férrea y métodos feudales para administrar la hacienda y el servicio, en Miel Amarga se habla de contratos, de salarios ajustados a la carga de trabajo, de dejar una cierta libertad al ama de llaves para tomar decisiones, de trato justo a los sirvientes…..
Podría caer también en otro tema como son los roles sexistas, pero tampoco creo que intervengan en este caso. Ni la doña es más sensible a algunos temas por el hecho de ser mujer, ni los dos hombres son más descuidados por su condición masculina. Porque la sensibilidad no tiene por qué estar reñida con el género, y Severo y Carmelo ya han demostrado que pueden tenerla. Aunque, por ejemplo, en el caso de Aurora también hayan intervenido otros factores como una cierta manipulación para conseguir el propósito de cazar a Francisca. Pero hay detalles que dejan a las claras que ambos son diferentes. Uno de ellos es que saludan a la gente del pueblo, sin excepción, mientras que la doña suele pasearse como si tuvieran que abrirle camino. 
Lo que sí ha quedado claro es que pueden administrar un negocio, pero hacerlo de una casa es algo que les viene grande. Y de ahí que necesiten la ayuda de un ama de llaves, un concepto que La Casona es inexistente porque Fe fue elegida solo porque era la mejor opción para no tener que contratar a nadie más, y ni de lejos tiene la misma consideración que Sabina, que dispone de muchas más atribuciones.

Otra cosa es que las primeras candidatas al puesto por un motivo u otro hayan tenido que renunciar al mismo. Evidentemente huele a chamusquina, y no sería de extrañar que detrás hubiera alguien moviendo los hilos (dígase doña). De hecho Carmelo parece que no las tiene todas consigo, aunque sus recelos también se podrían atribuir a que una extraña se haya hecho con las riendas. 
Sólo algo más, que no viene muy al caso pero me estoy preguntando. Espero que algún día aclaren como es que los dos hombres y según sus propias palabras, se conozcan y estén juntos desde el orfanato, y suponiendo que Carmelo haya ayudado a Severo a alzar su imperio, como es que han adoptado los roles de señor y ayudante.  
Supongo que es otra pregunta que se va a quedar sin respuesta..... 

16 de febrero de 2015

El descubrimiento de algo nuevo

Es una obviedad decir aquello de que “los tiempos avanzan una barbaridad”, ya que es un hecho que lo que hoy es novedad posiblemente al mes siguiente ya se ha quedado atrás, bien porque ha surgido algo nuevo mucho más avanzado en tecnología o prestaciones, o porque se ha descubierto un nuevo método o tratamiento menos invasivo y más eficaz, o porque es evidente que la globalización avanza y ya no hay barreras….
Pero en una época en que los medios y las comunicaciones están al alcance de casi todos, esto tampoco sorprende. Ni siquiera a nuestros mayores, que ellos si han vivido una auténtica revolución pero a la que han sabido adaptarse.  
Evidentemente en 1922 el ritmo era muy diferente y la “modernidad” no llegaba con la misma rapidez a todos los sitios. Mucho menos a los ambiente rurales, en los que las comunicaciones eran un bien escaso.
Matías está abriendo los ojos al mundo y descubriendo este concepto de lo nuevo y sorprendente. Y es realmente gratificante ver la curiosidad y la ilusión con la que afronta algo que para nosotros entra dentro de la más absoluta normalidad: el descubrimiento del cine. Como ha dicho Raimundo, aún a pesar de haber llevado una vida de sufrimientos y penurias, el chico conserva la inocencia y la ilusión de sus pocos años. Aunque evidentemente mucho de ello es gracias también a que Emilia y Alfonso se han cruzado en su camino, y le han dado la posibilidad de cambiar un destino que, de otra manera, habría acabado probablemente en una cárcel o algo peor. Ahora Matías puede disfrutar de una familia de la que recibe cariño a manos llenas, y él corresponde devolviéndolo y haciendo que principalmente Emilia y Alfonso vuelvan a vivir la ilusión (y los dolores de cabeza) de la paternidad.
De todas maneras puedo imaginarme lo que pasaba por la cabeza de los que veían por primera vez imágenes en movimiento en una pantalla. De hecho recuerdo haber oído contar a mi bisabuela que en los primeros tiempos el público incluso se apartaba en su silla o se agachaba siguiendo lo que veía en pantalla, como si los actores pudieran salir en cualquier momento de ella y saltar sobre ellos. O creía realmente, como Matías, que éstos se ponían en peligro, que no dudo que algo de ello habría porque tampoco los especialistas debían abundar.
El huérfano" con William Farnum, actor que llegó a ser uno de los mejor pagados de Hollywood , con unos ingresos de unos 10.000 dòlares semanales
Sobre el personaje de Matías, hay algo más. Creo que, de vez en cuando, los responsables de la serie se topan con una idea interesante, que después coge carrerilla. Lo han conseguido con Fe, un personaje del que no creo esperaran tanta repercusión, y pienso que si no lo estropean, también pueden hacerlo con el chico. Ambos son un soplo de aire fresco en unas tramas insípidas, que no parecen avanzar nada. 

15 de febrero de 2015

Robando la identidad

Así, a bote pronto, me ha dejado totalmente indiferente que Francisca haya decidido que había llegado el momento que Bosco dispusiera de una identidad legal. Pero después me he dado cuenta que pueden haber otras implicaciones. Porque creo que no se trata solo de altruismo, ni consecuencia del cariño que dice profesar al chico, sino que esconde algo mucho más egoísta. Dándole su apellido se asegura el tenerle atado de alguna manera, aunque ello signifique al mismo tiempo quitarle su verdadera identidad. Adoptando a su propio nieto, y sobre el papel, Bosco será un Montenegro. Aunque es un Castro, y por mucho que la doña quiera negarlo, también es un hijo de la odiada partera.
Pero hay algo más, porque al mismo tiempo Francisca también se ha asegurado la descendencia, con el pequeño Beltrán. Otra identidad robada. Ahora padre e hijo comparten además de sangre, el vivir una mentira. Evidentemente en el desconocimiento.
Sin embargo para Francisca todo esto es un arma de doble filo, porque no existe ninguna seguridad de que consiga mantener indefinidamente a Bosco en la ignorancia. No digo que no sea posible, pero a menos que encuentre el remedio para borrar las delatoras pecas, nada garantiza que en algún momento alguien vea las de Bosco o el niño. Y este alguien ate cabos o haga algún comentario. De hecho ya sucedió con Mauricio, y ha estado a punto de suceder con Aurora y el pequeño.
Y Francisca sabe muy bien que si algún día ello sucede, va a perder a Bosco y todos sus planes se van a ir al traste. Ha jugado muy fuerte ocultándole la verdad sobre sus orígenes y no veo fácil que el chico, en el caso de descubrirlo, pueda perdonarle fácilmente que le haya negado a su familia. Aunque peor que esto puede ser el hecho que descubra que además Francisca le ha arrebatado a la mujer a la que supuestamente ama, y que además lo haya hecho por medios violentos; y sin olvidar que se ha aliado con Amalia en esto, convirtiéndolo ambas en víctima de un engaño. Dejándolo tanto en evidencia, que si algún día llega a conocer toda la verdad creo que la reacción natural va a ser la de darse de golpes contra la pared por su grado superlativo de ingenuidad  y alelamiento.
Por ello me uno a las voces que claman para que hagan algo por este personaje antes de que sea demasiado tarde. Es un hecho consumado, aunque difícilmente entendible, que casi todos los personajes han de bajar al infierno antes de ser rescatados y vueltos a recuperar en  tramas más amables. Ha sucedido con casi todos los principales, pero creo que esto llega a un punto que ya no se entiende. Hay un refrán que dice que “tanto va el cántaro a la fuente…” y creo que esta situación antes mencionada no se puede convertir en algo reiterado, más cuando en el caso de Bosco y su trama tampoco es que haya despertado un enorme interés.
Y realmente lo lamento, porque no olvido de quien es hijo, aunque a veces parece más bien (como decía alguien en un foro) el hermano listo de Hipólito. Porque de los tres hermanos, es el único que no tiene ninguna credibilidad, dada su incapacidad de pensar por sí mismo. Lo que le confiere una escasa personalidad.
De todas maneras si hay algunas escenas en las que creo que Bosco se reivindica, aunque también influye su partenaire. Y no, no se trata de cuando está con María Bouzas, porque esta lo engulle literalmente, sino que me refiero a Marta. No se trata de nada romántico evidentemente, pero con la trama del pequeño tienen ahora bastantes escenas juntos, y en mi opinión los dos actores encajan muy bien. Si hablamos de sus personajes, Bosco confía plenamente en la doncella para sacar adelante a su hijo y además creo que se siente cómodo con ella, mientras que Fe  ha sacado su faceta más maternal y tierna con el pequeño, lo que hace que tengan un objetivo común. No son señor y doncella, sino dos personas que luchan por la vida de un niño. 

13 de febrero de 2015

Donde va la gente ?

Esto ya empieza a parecer un naufragio! Y no es que PV no goce de buena salud si nos atenemos a los índices de audiencia, pero que las salidas de la serie se den con algo más que con cuentagotas es un signo preocupante, especialmente  para los que deseamos que ésta tenga una larga vida. El caso es que en pocos meses se han ido personajes principales como Jordi, Loreto, Blanca……. Rubén parece que también ya ha hecho las maletas, y ahora ya se habla de Ariadna. Y por si no fuera poco ahora desaparecen, aunque parece que momentáneamente, Mario Martín y  Enric Benavent……
No voy a caer en el error de fabular que se marchan porque están cansados de sus tramas, o que no desean estancarse en un personaje. Quizás haya algo de ello, pero no creo que sea el motivo principal, porque ante todo son buenos profesionales y hacen el trabajo que les han encomendado. Algo que por otra parte parece que tampoco abunda, tal como deja de manifiesto en una carta el actor Carlos Olalla, en la que alude a este tema y deja bien claro cuál es el panorama actual para este colectivo. (Dejo el link:  https://www.facebook.com/carlos.olalla.5?fref=photo).
De todas maneras pienso que no ha de ser fácil representar un papel con el que presumiblemente no te sientes cómodo. Sin embargo un buen profesional, independientemente de si goza o no de una buena posición en el sector y puede escoger, no se dejará llevar por sus sentimientos y no dejará entrever nada en su interpretación. Porque al fin y al cabo no se trata de la vida real, sino de una ficción. Pero aun así a veces da la impresión de que algunos actores han tirado la toalla.
Y la verdad es que no es para menos. Porque, con alguna notable excepción, se antoja que existe una norma general que, ante la marcha del actor o actriz, bien sea de manera voluntaria o inducida, haga que sus tramas vayan perdiendo fuelle, y con ello protagonismo. 

Y creo que la trama Conrado/ Aurora es el paradigma de ello.
Aurora cada día más histriónica y sin rumbo. Admito que mi valoración sobre ella está cambiando, y si no hace mucho la defendía ahora pienso que su radicalización empieza a ser excesiva. Quizás es como decía alguien, que lo que no quiere es reconocer lo que siente; o peor aún, se escuda en algo que ya tendría que haber dejado atrás, para no dar el paso y poner sobre la mesa sus verdaderos sentimientos. Lo que la convierte en una cobarde, cuando siempre ha dado muestras de no dejar que nada la amilane. 
Aunque lo de Conrado considero que aún es peor. Porque además, y por si no fuera poco, ahora tendrá que lidiar con una tercera en discordia, con la vuelta de Alicia. Lo que aleja, creo que definitivamente, cualquier posibilidad de que la historia de él con Aurora tenga otro final que irse al garete. Algo muy injusto para esta pareja (algo que ya he dicho en innumerables ocasiones), y a la que nunca han permitido desarrollarse. Dejando a sus incontables y fieles seguidores sin la posibilidad de ver cumplidas sus expectativas. 

12 de febrero de 2015

La serie, a mi manera de ver

Se ha terminado el capítulo y me siento ante el ordenador para escribir algo sobre lo que he visto, pero no consigo encontrar nada que me haga movilizarme para ello, ni tan siquiera recuerdo que ha pasado. 
Esta es una situación en la que me encuentro cada vez con mayor asiduidad. Me propuse escribir cada día al menos un comentario, pero sólo encuentro motivos para manifestar mi negatividad. Y no me gusta transmitir esta sensación.
Porque…
Hablar de Aurora, Conrado y Lucas. No voy a volver a hacerlo por ahora, porque ya he dado mi opinión y voy a esperar que suceda algo más en esta trama (por cierto, gracias por todos los comentarios a favor y en contra, dejados en este blog. Todos ellos razonados y atendiendo al respeto a todas las opiniones, lo que me congratula sobremanera). 
Escribir sobre los que se han ido o se irán en breve. Tampoco voy a hacerlo, porque no soy muy amiga de las nostalgias. Aunque periódicamente vuelva a caer en ello, y además pienso que el vacío que han dejado algunos será difícil de llenar.
Volver al tema de Bosco, Inés y Amalia. En este caso tendría que hacerlo por separado de cada uno de ellos. Evidentemente solo los guionistas saben los derroteros previstos para estos personajes, pero creo sinceramente que ahora mismo su trama aburre; especialmente por lo que se refiere a la de las dos mujeres, que en mi opinión  y desde hace varias semanas, se limitan a repetir, sin casi variación, tanto los diálogos como la puesta en escena. Y por lo que se refiere a Bosco, su total sumisión a la doña le resta el protagonismo que tendría que tener un hijo de la partera y Tristán. Claro que su aspecto hace olvidar que es un chico de poco más de 18 años y que es inexperto en muchas cuestiones, que necesita aún una cierta guía; pero ello se diluye en otras, cuando le hacen aparentar mucha más experiencia de la que corresponde a su edad. Creo que es un personaje que tiene muchas contradicciones, aparte de que no le dejan desarrollar su propia personalidad.
Raimundo y Francisca. Este es un tema sobre el que prefiero no opinar, porque me parece un sinsentido total.
De los Mirañar poco hay que decir, salvo sobre sus tramas la mayor parte de las veces infumables. Pero hay que reconocer que especialmente Selu da vida a un personaje que consigue despertar un montón de sensaciones, desde la ternura hasta la impaciencia.
Candela y Rosario: dos grandes ignoradas, cuyas tramas ahora mismo son solo de relleno. Lamentable que dos grandes actrices pasen por ello. Más o menos como D. Anselmo, desaparecido ahora incluso de escena. O como Mauricio, que da una de cal y otra de arena, con lo que es difícil tomar una postura sobre él. Su fidelidad a la doña, el gran hándicap, que solo se ve compensada a veces por buenos sentimientos que deja asomar. Incluidos los que se refieren a Fe, aunque he de reconocer que tampoco tengo muy claro si deseo que se lie con ella o no. 
Emilia, Alfonso y Matías. No es que su trama sea precisamente para lanzar cohetes, pero a veces tiene algo más de vidilla. Aun así admito que me parece ya casi cansina la preocupación de Emilia por su padre (aunque es verdad que es algo razonable en una buena hija), pero creo que éste ya es algo mayor para saber lo que se hace. En cambio me gusta la que transmiten ella y Alfonso por el chico o por Mariana.
De ésta última y Nicolás hasta ahora poco había que decir. Pero parece que en las próximas semanas habrá algo de movimiento, lo que será de agradecer. Son una pareja preciosa, que transmiten mucha química y tienen una relación muy bonita.
Y admito que esperaba algo más de movimiento con la llegada de Severo y Carmelo, cuya presencia parecía destinada a ser el contrapunto de la doña. Pero, y aunque quizás es pronto para pedirles que hagan uso de todo su poder, me cansa que ahora mismo solo exista algo que centre su atención y sobre lo que giren la mayor parte de sus conversaciones. Aunque también es comprensible que Severo quiera encontrar a toda costa a su hermana. 
Creo que sólo me queda Fe. Su trama también pasa por puntos álgidos, seguidos de episodios con una casi total desaparición. Sin embargo quizás es la protagonista de las únicas escenas que no dejan indiferente nunca. Ha sido, es, y es probable que sea en el futuro, el nexo entre diversas tramas. Y ella sola está consiguiendo que mucha gente siga pegada a la pantalla, solo por ver a esta doncella que llegó al pueblo como una gran desconocida y sin grandes pretensiones, pero que se ha convertido en alguien indispensable, no sólo para PV y sus habitantes, sino también entre l@s espectadores. Su desparpajo (al que no creo que sea ajena la propia actriz), su cháchara indomable, su curiosidad manifiesta e imparable, su sagacidad, y, especialmente su ternura y buen corazón, la hacen un personaje que considero muy completo. Que además está en el mejor sitio: desde La Casona y sin que la doña se imagine por un instante lo que se esconde tras esta doncella, Fe puede hacer mucho por otros personajes. De hecho ya lo hemos visto con María.     

11 de febrero de 2015

Unas reglas para saltarse

Quizás es ir un poco lejos, pero pienso que la actual actitud de los Mirañar y su persecución a los vecinos del pueblo para que cumplan unas normas absurdas, que en este caso llegan casi al límite de lo esquizofrénico, parece casi un guiño por parte de los guionistas a la situación actual de España, con la aprobación de una ley mordaza que coarta los derechos de los ciudadanos.
Pedro da una de cal y una de arena. Cuando parecía que se había reivindicado, vuelve a las andadas, aunque espoleado (como casi siempre) por la mandona de su esposa, que algunas veces se coloca a la cabeza de lo más retrogrado que existe, de lo más conservador y facha que una se puede echar a la cara. Aunque también de lo más interesada, porque al igual que la doña, busca cualquier ocasión para sacar provecho personal y satisfacer su vanidad.
Pero precisamente por alardear abiertamente de ello, creo que ya nadie la toma en serio. O quizás se trate de la natural rebeldía de la sociedad ante todo un reguero de imposiciones que no tienen razón de ser, más allá de hacer valer una autoridad que el alcalde ostenta sólo de palabra. Porque es evidente que quien manda en PV es la doña, y las reglas son sólo para el pueblo llano.
Aunque en realidad tampoco es que sea una situación muy diferente a la actual, pues los alcaldes y en general todos los políticos electos, aun teniendo un mayor margen de maniobra, acaban actuando según la ideología y las directrices del partido al que representan, algo que no siempre coincide con lo que demanda la ciudadanía; que también es cierto que cada vez más está aprendiendo a alzar la voz y cuestionar algunas decisiones.
En esta ocasión la voz del pueblo ha sido la de uno de sus habitantes más jóvenes, también un guiño a este sector de población que se implica cada vez más. La frescura, la espontaneidad, la rebeldía, o simplemente la impulsividad, han puesto en boca de Matías lo que todos desean decir pero no se atreven, bien sea por prudencia o por otras razones.
Realmente pienso que ha sido una de las escenas más hilarantes y divertidas de los últimos capítulos, en los que el tono habitual dista mucho de ser de esta guisa. Y estoy segura que todo el mundo ha disfrutado como Alfonso, y deseado, como ha hecho Mauricio, de darle una palmada en el hombro al chico. 

10 de febrero de 2015

Incurriendo en un error

Reconozco que no me he dado cuenta de las verdaderas implicaciones de la decisión de Conrado hasta que Aurora no ha abierto la boca. Y es entonces, cuando el halo romántico que envolvía la escena se ha roto, cuando he sido consciente de que el hombre ha cometido un error garrafal. Y que la chica tenía motivos más que sobrados para mostrarse enfadada.
También es cierto que Aurora está hecha de una pasta especial, producto probablemente de una educación esmerada y quizás de unos genes dominantes. Y es posible que todo ello explique su marcada personalidad, más en unos tiempos en los que era algo atípico encontrar una mujer que tuviera suficientes arrestos para hacer valer su libre albedrío. Aún ahora, cuando se han hecho pasos importantes para la liberación de la mujer, siguen existiendo los roles sexistas (hay que admitir que algunas veces por culpa de las propias mujeres) y una discriminación que sigue latente en muchos ámbitos, pero a principios del siglo XX considero bastante improbable que ni siquiera se hubiera planteado el hecho de que una fémina pudiera decidir su propio destino. Y mucho menos en un ámbito rural, donde no creo que ni siquiera llegaran estos ecos.
Por supuesto no dudo de la buena intención de Conrado al plantear su propuesta. Y quizás haya quien lo considere la mayor prueba de amor que se pueda dar, que lo es, pero no creo que el hombre haya calibrado muy bien la manera de llevarlo a cabo. Es cierto que es alguien adelantado a su tiempo, que no ha tratado nunca a Aurora con los típicos roles machistas, y que siempre ha sabido darle espacio para decidir por sí misma. Pero en esta ocasión, y sin proponérselo, ha caído en una especie de trampa paternalista. Y Lucas, otro hombre sin sospecha de machismo, le ha secundado de la misma manera.
Evidentemente es un tema que no se puede plantear y esperar una respuesta inmediata (al menos de la cuestión, porque de otra manera ya la ha tenido). Este es el primer error que ha cometido Conrado, al intentar pensar por Aurora y dar por supuesto cosas que ésta jamás le ha confirmado de palabra. Cierto que la actitud de la chica, mostrándose esquiva y dubitativa, puede llevar a conclusiones del tipo a las que han llevado al hombre a tomar la determinación de dejarle el camino despejado, aún a costa de sufrir él mismo un dolor insoportable. Pero creo que era un tema que no se podía precipitar, que tenía que hablarlo a solas con ella y no intentar forzar las cosas.
Pretender que Aurora escoja lo es.
Por descontado no voy a dejar al margen a Lucas. También él ha cometido un error. Cierto que su posición era distinta, porque quizás ha visto la posibilidad de hacer realidad sus deseos (aunque también reconozco la dificultad de posicionarse en un lado u otro). Pero al dar cierto pábulo a la propuesta de Conrado ha incurrido en el mismo error que éste.
Y aprovechando que ha salido el tema de Lucas.
Hay quien piensa que se está entrometiendo en la relación de Aurora y Conrado, y que su presencia ha precipitado que éstos se hayan distanciado. Evidentemente si el médico no estuviera ahí quizás las cosas serían distintas, aunque tampoco nada garantiza que realmente lo que sucede no habría pasado igualmente.
Pero creo que a veces se olvida que su presencia en PV tenía un motivo fundado, y que su buen hacer y su perseverancia logró devolver a Aurora a la vida. De no haber mediado esto, y la llamada de Conrado requiriéndolo, Lucas habría seguido su camino a pesar de los sentimientos que le inspira Aurora. Y habría renunciado definitivamente a ella.
Por lo que considero que nadie le puede reprochar que mantenga un halo de esperanza, ahora que parece que se abren las posibilidades para él de poder hacer realidad sus deseos y liberar sus sentimientos. Sin embargo no tengo ninguna duda que si Aurora acaba dándose cuenta de que sigue amando a Conrado, el médico se hará a un lado.
Con lo que alguno de los dos hombres inevitablemente va a perder. O quizás los dos. 

9 de febrero de 2015

Nuevos viejos tiempos

Después de la despedida de Jordi y Loreto, o lo que es lo mismo Martín y María, me ha invadido una especie de nostalgia. Que es algo que me sorprende a mi misma, porque vivir del pasado es algo que intento evitar a toda costa, aparte de que entiendo que la marcha de esta pareja era inevitable por temas ajenos a la serie. Pero creo que hay un motivo para que sienta este deseo de recurrir al visionado de sus escenas, además de las de Martín con Tristán, y son dos cuestiones: porque lo que veo actualmente no me atrae en demasía, y porque la serie ya no es ni reconocible.
Por descontado también creo firmemente en la máxima de renovarse o morir, y ello vale para todo. Y PV no puede ser como al principio, porque hay otros personajes y también han pasado un montón de años en la ficción, desde que Pepa y Tristán iniciaron esta historia. La sociedad de la época en la que transcurre la acción ya no es la misma, y en consecuencia también los valores tendrían que haber experimentado cambios (aunque en algún caso parezca que sigan anclados y no haya pasado el tiempo). De hecho esto es algo que siempre (y no sólo en 1922) ha convenido a los que manejan los hilos, porque la evolución puede llevar consigo también el cambio de mentalidad, y que la gente piense por si misma siempre es peligroso para el establishment. Sin embargo también es inevitable que exista quien haga uso de esta cualidad. No todo el mundo es acomodaticio, ni se deja llevar por las conveniencias sociales o las normas establecidas. Y también hay quien no se deja manipular, ni se fía de las apariencias.
El último ejemplo de ello es Fe. No creo que nadie en La Casona, exceptuando quizás Mauricio (que también desconoce algunas cosas de ella) tenga ni idea de la verdadera naturaleza de la chica. Es evidente que los de la casa, en mayor o menor medida, la consideran la sirvienta que es además la gobernanta, cocinera, doncella y chica para todo, alguien eficiente y leal. Pero no creo que nadie de los de la planta de arriba tenga ni la más remota sospecha que, detrás de todo ello, se encuentra además una mente lúcida y clarividente, a la que no se le escapa nada y que es capaz de ver más allá de lo que pretenden. De hecho es la única persona de las que no están en “el ajo” que ha puesto en cuestión el tema de Amalia y su “parto”.   
Y de aquí a que descubra la verdad va un suspiro. Ya sabemos que Fe no se rinde fácilmente y que, por mucho que Mauricio le pida prudencia, no va a dejar de abrir los ojos y buscar respuestas. Aunque de momento su atención esté fijada en el pequeño ser que, afortunadamente para él, ha caído en sus brazos. Y ya sabemos que solamente el padre del pequeño va a hacerle sombra en el cariño hacia éste, porque Fe no hay duda que va a ser la nueva versión de Rosario, la mujer que en los principios de la serie cuidaba de un pequeño Martín que sólo podía contar con ella y con su padre Tristán. 
Vamos, que también en este caso se repite la historia. 

7 de febrero de 2015

Mi agradecimiento

Siempre intento contestar a los comentarios que se dejan en este blog, pero reconozco que ahora mismo me siento desbordada, e incapaz de dejar ni siquiera unas líneas a cada uno. Ruego me disculpéis por esta falta de cortesía, o quizás es porque, a fuer de ser sincera, en muchas ocasiones también me dejáis sin palabras.  
Así que he decidido optar por lanzar un agradecimiento general a todas y todos los que se acercan a este rincón y dejan sus opiniones. Además, y aunque ya lo haya hecho en otras ocasiones,es algo que nunca será suficiente.
También he de admitir que ante todo siento una enorme felicidad, e incluso si se me permite un punto de orgullo, por la acogida que tiene este blog y especialmente el tono de los comentarios que suscitan mis opiniones. Razonados y bien argumentados, siempre hechos con el máximo respeto aún en la discrepancia, y que reconozco que además han conseguido hacerme cambiar de opinión sobre las personas que opinan  en los medios. O al menos yo he tenido la inmensa fortuna de haber merecido la atención de esta parte que considero entiende el concepto de la tolerancia.
Todo ello me impulsa a seguir adelante, intentando siempre hacerlo lo mejor posible, dentro de mis posibilidades.


MUCHAS, MUCHISIMAS GRACIAS !!!!

No se puede cambiar la historia

Las razones por las que se ha decidido dar impulso a la relación de Francisca y Raimundo es claro que solo las saben los responsables de la serie, pero ello no impide que al abrigo de esta nueva situación hayan surgido un montón de conjeturas y especulaciones. Igual que de argumentos a favor y en contra, aunque tengo casi por seguro que estos últimos ganan por goleada.
Y no puedo evitar volver a exponer mi opinión al respecto, después de ver además algunas declaraciones que considero que solo son una manera para intentar dar calado a esta trama. Porque no se puede entender de otra manera que a estas alturas se argumente, por ejemplo, que sin la historia Ulloa- Montenegro no existirían los personajes que han sido el motor de la serie. Cierto que sin los padres no existirían los hijos, pero esto es en todas partes, y al menos a mi parecer este es un argumento muy débil. Además de que la historia de Francisca y Raimundo jamás ha tenido otra consideración que la de algo que sucedió en el pasado, y no creo errar al afirmar que la verdadera esencia de El Secreto de PV siempre ha sido todo lo que se ha desarrollado alrededor de la vida y hechos que tienen que ver con Pepa la partera y su estirpe. O al menos así lo han vendido hasta ahora, cuando parece que se ha decidido cambiar el enfoque original.
Por separado, y por lo que se refiere a Raimundo, tampoco es que éste haya gozado de un protagonismo destacado. Si lo ha tenido (y lo tiene) Francisca Montenegro, aunque básicamente por ser la persona destinada a entorpecer cualquier intento de sus más directos allegados de alcanzar la felicidad (dígase hijos, nietos o amadrinados). Y lo ha hecho sin reparar en medios, y sin ningún escrúpulo.
Por ello tampoco se entiende que ahora, de alguna manera, nos hallemos ante un presunto intento de edulcorar la personalidad de esta mujer, haciendo que asome un lado más humano y frágil. Algo que sus actos desmienten una y otra vez. Como decía un o una amable comentarista en este mismo blog, las pocas cosas buenas que ésta puede haber hecho (y que probablemente se pueden contar con los dedos de una mano), no tapan ni de lejos las incontables acciones malvadas que ha instigado o protagonizado, además de no albergar ni un mínimo propósito de enmienda, y mucho menos mostrar arrepentimiento o remordimientos por sus actos.  
Por lo que los intentos de justificar un posible giro en su trama no creo que puedan convencer a nadie que haya seguido su historia. Además de que lo considero un craso error, porque la imagen que proyecta es que con el amor puede llegar, de alguna manera, la redención, y que Francisca aún puede ser feliz a costa de pasar un tupido velo sobre sus “hazañas” pasadas. Por descontado no creo que los receptores de las mismas puedan hacerlo, como tampoco la mayoría de l@s espectadores.
Porque la violencia nunca puede ser justificada y mucho menos recompensada, ni aunque haya sido llevada a cabo en grado de tentativa. Por ello como mínimo son sorprendentes los intentos de buscar lo primero, basándose en el hecho de que no siempre se ha llegado a un fin luctuoso, cuando el caso es que todos los actos han sido premeditados y albergando una intención de hacer daño. Y esto siempre es violencia.
Aunque Francisca no solo ha utilizado la violencia física. También existe otro tipo más sutil, pero igualmente censurable: la que implica la manipulación y el engaño a los que ha sometido primero a María, y actualmente a Bosco. No voy a entrar en el tema de la primera, que ya está resuelto, pero por lo que se refiere a Bosco, aunque quizás sea cierto que le quiere (aparte de existir el tema de la sangre al ser su nieto) tampoco ha tenido muchos reparos en impedir su felicidad, decidiendo por él lo que presumiblemente le conviene, y obviando su libre albedrío. Aparte que está dejando que Amalia le engañe impunemente, pero especialmente negándole el derecho a conocer sus orígenes y a su otra familia. 
Y esto también es violencia.
Solo un último inciso con respecto al otro protagonista de esta relación. Siento decirlo, pero a veces me da la sensación que los guionistas no reparan mucho en estropear a algunos personajes. Creo de verdad que están dejando a Raimundo a la altura del betún, y no solo por su repentino e inexplicable furor de enamorado otoñal, sino por otra faceta añadida y hasta ahora desconocida: la de grosero y hasta cierto punto xenófobo, al mostrar un abierto rechazo a unos forasteros, a los que además se cree en el derecho de pedir explicaciones. Y que, por cierto, ya ha recibido por parte de uno de ellos, una educada, contundente  (y merecida) respuesta. 

6 de febrero de 2015

Dividida entre el corazón y la conciencia

He leído en multitud de ocasiones, y supongo que repetirlo es una obviedad, que trabajar al lado de un gran actor o actriz ayuda mucho. Y sin desmerecer el hecho de que Francisco ya sea un gran profesional, es por lo que quizás tiene mejor valoración que las partenaires que le han tocado en suerte; aunque también, y para ser justa, tampoco creo que ayude mucho a ninguno de ellos los guiones que les han correspondido.
Sin embargo creo que tan importante como esto es también la complicidad que se puede establecer entre los actores.
Soy consciente de que casi puede ser cansina mi insistencia sobre el tema, y que ya he escrito en multitud de ocasiones sobre ello, pero admito que no puedo evitar seguir sintiendo una cierta nostalgia por uno de los personajes que dio mucho a la serie, pero que fue rápidamente olvidado: Tristán. Y saco a relucir este tema porque se habla de que el motor de buena parte de las series son las historias de amor y de lo importante que es la química entre los componentes de la pareja que las protagonizan, pero casi siempre pensando en dos personas de diferente sexo. Siguiendo el hilo de lo anterior, Tristán y Martín cambiaron en cierta manera esta visión, al protagonizar su propia historia. Una preciosa historia de amor paterno-filial, aunque sin final feliz.
Pero no me voy a engañar. Es evidente que lo que realmente conmueve es el amor romántico, el que hace que dos personas unidas por un sentimiento profundo sientan que no pueden vivir el uno sin la otra. La mejor muestra de ello, la historia protagonizada por Martín y María, una pareja que han dejado el listón casi inalcanzable. Cierto que también existen en este momento otras parejas que hacen visible este sentimiento con intensidad, pero que ya no han de luchar por ello (de los abueletes prefiero no hablar). A excepción de Aurora y Conrado.
Y es este el tema al que quería llegar.
Reconozco que mi empatía hacia Conrado va creciendo en la misma medida que su relación con Aurora se va deteriorando. Y al mismo tiempo no puedo evitar sentir pena por lo que le han hecho a éste, y en especial a Rubén. Pero tampoco negaré que me gusta la incipiente y cada vez más estrecha relación de Aurora y Lucas, básicamente porque creo que lo están haciendo mejor que con los anteriores. Empeñados en unos guiones absurdos que no han hecho más que poner obstáculos entre la chica y Conrado, han dejado que su relación perdiera fuelle y creciera un abismo entre ellos. No voy a entrar en valoraciones de si además hay química o no entre los actores, porque esto es muy subjetivo y depende del color del cristal con el que se mire, pero en mi opinión si la hay entre la chica y Lucas, con escenas que tienen más vida y luz. El personaje de Lucas es mucho más extrovertido que el de Conrado, y aunque esto último no tendría que ser ningún obstáculo ya que cada persona es como es y la personalidad no se puede cambiar, si da me da la impresión de que hay algo más de vidilla en las escenas con el médico, que hace que en ocasiones Aurora incluso sea capaz de sonreír. Con Conrado ha dejado de hacerlo, porque creo que ahora se siente culpable de no ser sincera con él y con sus propios sentimientos. Es evidente que no se pueden mezclar conceptos como el amor, el agradecimiento, el compromiso, y el deber que se deriva de ello. Por lo que aferrarse a esto último y dejar que condicione todo, aparte de ser injusto para el otro, puede condenar a una vida infeliz a ambos.
Aunque también tengo mis dudas de que Aurora sienta algo profundo por Lucas. No al menos por ahora, cosa que es evidente que si sucede con él. En realidad creo que la chica está totalmente confusa con sus sentimientos, y dividida entre lo que le dicta su corazón y su conciencia.