2 de diciembre de 2014

Una boda de conveniencia

Ya lo dijo Mauricio, aunque es algo obvio. Casarse es tomar una decisión importante que puede hacer a una persona muy feliz o muy desgraciada.
Aunque realmente en el caso de Bosco es difícil decidirlo, porque aparte de unas prisas para sellar su unión con Amalia que considero de todo punto injustificadas, mi impresión es que tampoco sufre demasiado por dejar atrás algo que ni siquiera se puede considerar que llegó más allá de unos escarceos, que se pretendían amor pero que parecían otra cosa (eso sí, que arrastran consecuencias, aunque él aún no lo sepa)
De todas maneras también creo que Bosco no es muy consciente de lo que está haciendo. Para él más bien pareciera que se trata de un puro trámite al que le han empujado, y sin que llegue a cuestionarse la posibilidad de negarse o dar largas a una condición que le supone atarse para toda la vida. Y también, como he dicho anteriormente, es el supuesto enamorado menos sufridor que he visto, ya que no consigo vislumbrar que le dedique muchos pensamientos al que considera el amor de su vida, que se supone que no es Amalia.  
Será por todo esto que me ha parecido la boda más desangelada y fría de todas las que se han oficiado en PV. La felicidad sólo ha sobrevolado de manera fugaz sobre toda la escena, y únicamente la novia ha dado alguna muestra de ello. Lo de los demás no dudo que era puro fingimiento, aunque el del novio hay que situarlo en otro contexto. Parece dispuesto a dejarse llevar y a hacer lo que considera correcto, que en este caso es intentar hacer feliz a la que ya es su esposa. Y pienso que no lo hace mal a pesar de todo, porque he de admitir que la escena de la habitación me ha parecido que no tiene nada que ver con las otras escenas de supuesto amor en las que Bosco ha estado implicado. Ha habido más ternura, cariño y comprensión, nada de apresuramiento y bastante de nueva experiencia, lo que considero que en una relación normal podría sentar las bases de algo mucho más profundo.
Pero como ha dicho Fe, la doncella más clarividente que hay ahora mismo en escena (comparable a Mariana en su momento), ni el lujo ni el “parné” pueden comprar algo que es evidente: que ahora mismo no existe querer alguno entre Bosco y Amalia, aunque ambos parecen dispuestos a intentarlo.
Por cierto. Parece que la que si se afianza es la relación de Fe y Mauricio. Las señales cada vez son más evidentes, aunque ninguno de los dos (a pesar de las indirectas mutuas) parece dispuesto a dar un paso adelante, algo que, estoy convencida, gustaría a casi tod@s l@s espectadores. 

1 comentario:

  1. "Y pienso que no lo hace mal a pesar de todo, porque he de admitir que la escena de la habitación me ha parecido que no tiene nada que ver con las otras escenas de supuesto amor en las que Bosco ha estado implicado. Ha habido más ternura, cariño y comprensión, nada de apresuramiento y bastante de nueva experiencia, lo que considero que en una relación normal podría sentar las bases de algo mucho más profundo."

    Totalmente de acuerdo.

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