Al hilo de un
comentario que ha dejado en este blog mi buena amiga Miguelitas, he
decidido poner por escrito una reflexión
(o quizás mejor unas sensaciones) que me producen las últimas tramas y de las
que ya he dejado algunos retazos en otros comentarios.
De hecho más bien
se trata de buscar una respuesta al rumbo de unas tramas concretas, de las que
admito no consigo ni siquiera imaginarme el propósito. Es cierto que tampoco es
que haya necesidad de hacerlo, más que nada porque es una tarea inútil. Es claro
que sería mucho más fácil sentarse ante la tele y dejar que las escenas fluyeran,
sin cuestionarse nada, algo que supongo hace el 99 % de los que ven la serie. Pero también hay
quien, como yo, que pertenece al 1% que se hace preguntas , que se hace eco de
las incongruencias, que se muestra critica, que se impacienta por la lentitud
de algunas tramas o la poca credibilidad de otras, …. y que opina, aunque
siempre intentando hacerlo de manera constructiva. O, desgraciadamente hay
quien en algunos casos (pocos, entre los que, por supuesto, pretendo no
incluirme nunca) incluso lo hace con visceralidad. Por ello siempre procuro tener
presente que esto es una serie, no la vida real, donde es cierto que a veces la
única alternativa que hay es la contundencia verbal o la movilización. En una serie
esto no tiene ningún sentido, mas allá de dar a conocer a los responsables una
opinión particular que no tiene por qué coincidir con la mayoría. Como muestra,
esta misma semana ha quedado demostrado con el intento de boicot del día 3 que
no tuvo ninguna incidencia, llegándose a dar el caso de que incluso la
audiencia fue superior que en otros días. Así que parece demostrarse que, o la gente no dice la verdad
cuando afirman que no ven la serie, o ésta a pesar de todo sigue despertando un
elevado interés.
Pero a lo que
quería llegar es, en primer lugar, a la trama de Aurora. Dejando aparte el tema
de si es o no demasiado dura de tragar, el caso es que, siguiendo la estela de
lo que comenta Miguelitas, yo también he llegado a preguntarme si no es una
manera de intentar dar un giro a la personalidad de la chica, haciéndose eco de
algunas críticas por el hecho de crear un personaje con rasgos que no se correspondían
a su edad. Pero hasta aquí llego. Y, por descontado, si este fuera el caso, lo
considero un error, ya que el personaje está desarrollado y no creo que sea
necesario cambiarlo. Además, en mi opinión, todo lo que pudo ser criticable ya
no existe y el personaje de Aurora ya no da la imagen de la superwoman del
principio. Ahora es vulnerable, y es ella la que necesita ayuda.
Sin embargo he de
admitir que estoy desconcertada por el cariz que está tomando esta historia y
el encarnizamiento del que es objeto el personaje que, por cierto, vuelvo a
remarcar mi opinión que en esta situación concreta está muy bien defendido por
la actriz. Someter a una persona a tales atrocidades, que no justifico ni
siquiera para una persona mentalmente enferma, (aunque que no es este el caso,
lo que lo hace doblemente censurable), me parece de todo punto una abominación.
Especialmente teniendo en cuenta las posibles secuelas, ya que por muy fuerte
que sea la persona, no es fácil que salga indemne, sin lesiones físicas o psicológicas.
Pero hay otra historia que tampoco entiendo a donde quieren llegar. Se suponía que Inés había de tener un papel principal en las tramas (o al menos esto parecía cuando la presentaron “en sociedad”), pero simplemente ha desaparecido de escena. Y aunque admito que tampoco la echo en falta como creo que sucede a la gran mayoría, ya que este personaje parece que de entrada no ha suscitado más que unas pocas simpatías debido a la poca credibilidad de los argumentos en que se fundó su historia, tampoco me parece muy normal esta situación. Creo que es difícil que algo funcione sin darle una mínima visibilidad, y aunque se sabe que Inés está ahí, difícilmente una se puede imaginar cual va a ser su papel en el futuro. Si es que ha de existir. Además que una trama de una mujer encerrada no puede dar mucho de sí, a menos que suceda algo inesperado. ¿O habrá que esperar hasta que nazca su hijo y presumiblemente la doña se lo arrebate?
Pero hay otra historia que tampoco entiendo a donde quieren llegar. Se suponía que Inés había de tener un papel principal en las tramas (o al menos esto parecía cuando la presentaron “en sociedad”), pero simplemente ha desaparecido de escena. Y aunque admito que tampoco la echo en falta como creo que sucede a la gran mayoría, ya que este personaje parece que de entrada no ha suscitado más que unas pocas simpatías debido a la poca credibilidad de los argumentos en que se fundó su historia, tampoco me parece muy normal esta situación. Creo que es difícil que algo funcione sin darle una mínima visibilidad, y aunque se sabe que Inés está ahí, difícilmente una se puede imaginar cual va a ser su papel en el futuro. Si es que ha de existir. Además que una trama de una mujer encerrada no puede dar mucho de sí, a menos que suceda algo inesperado. ¿O habrá que esperar hasta que nazca su hijo y presumiblemente la doña se lo arrebate?
(recreación de los guionistas de Puente Viejo barruntando futuras tramas)
ResponderEliminarOye, tío, tenemos que separar a estas dos parejas. ¿Se te ocurre algo?
Sí, precisamente estaba pensando ahora en un par de muertes que son la leche y podríamos...
No, no, calla. Hemos usado lo de la muerte demasiadas veces. Nos tacharán de repetitivos.
Tienes razón. ¿Qué te parece si a la chica se le cae una maceta encima de la cabeza, cambia de personalidad, ya no ama a su marido y se marcha con otro?
¿Y con la otra pareja qué?
Mmmm. ¿Qué te parece si a la chica le cargan un crimen que no ha cometido, la envían a un manicomio donde la torturan y la torturan hasta que se vuelve loca, cambia de personalidad, ya no ama a su prometido y se enamora de otro.
¡Genial, tío, genial! ¡Con razón ganas más que yo!