Siento una cierta
pena por Bosco, por lo que le están
haciendo.
Si se olvida su
aspecto real de treintañero, un hecho que impide ver las cosas desde la perspectiva
que correspondería a la edad que pretenden que represente en la serie, nos tendríamos
que encontrar ante la visión de alguien muy joven, que ha vivido al margen de
la sociedad, y sabe poco de las personas y de dónde son capaces de llegar.
Cierto que es un
chico avispado que aprende rápido y que asimila sin problemas su nueva
situación, aunque desgraciadamente con la misma velocidad también se le haya
pegado algún mal uso que le convierte en ocasiones en el prototipo de señorito
venido a más. Pero sigue conservando una cierta ingenuidad e inocencia, que le
impide cuestionarse algunas cosas que están bien a la vista. Como, por ejemplo,
el hecho de que todo el mundo hable mal de Francisca y sin embargo él piense
que los equivocados son los otros y no la mujer que le ha acogido, o que acepte
a pies juntillas la versión de ésta sin siquiera preguntarse si hay algo más. Pero
entiendo que es la gratitud la que juega un papel fundamental en esta situación
y en su fidelidad, por lo que en
consecuencia la palabra de Francisca es incuestionable para él. Y es gracias a
ello como la doña ha conseguido anular casi completamente su voluntad y
convertirlo en alguien moldeable, con la previsión de que sea en el futuro su
imagen y semejanza: un verdadero Montenegro.
De todas maneras, y
volviendo al tema de la edad, creo que este personaje tiene algunos fallos,
empezando por su irrupción en escena, con una historia increíble. Es evidente
que la necesidad apremiaba, y que se trataba de meter a toda prisa a un
personaje que había de sustituir en su día a los principales, pero que para no
perder la esencia de la serie tenía que tener un nexo conector con ellos. Y hasta
aquí creo que todo el mundo ha comulgado con ruedas de molino y aceptado con
resignación este hecho.
Pero inmediatamente
también se ha obviado el tema de la edad. Supongo que se trataba de escoger
entre un actor con un cierto bagaje y que pudiera llevar el peso de una trama
principal, o uno que se correspondiera con los años del personaje pero que evidentemente
no tenía tiempo de haber cogido experiencia. Y optaron por lo primero, aunque en este caso la imagen del actor dificilmente se correspondiera con la edad pretendida en el personaje.
Era una apuesta
arriesgada, que por cierto hay que recordar que funcionó muy bien con Àlex y
Jordi que, a pesar de que se llevan creo que un par de años, no
tuvieron problemas para hacer creíble el papel de padre e hijo, y además con sobresaliente.
Igual pasa con Emilia Y María. Pero creo que con Francisco esto no sucede,
básicamente porque tampoco hay un referente adecuado que oponerle, además de que
no hay relación con nadie de su supuesta edad.
Nada hace ver que
se trate de alguien muy joven, pues sus actos y personalidad son de una persona
mucho mayor: se supone que no tiene ni dieciocho años, además de muy poca
experiencia de la vida, pero sin embargo ya lleva la responsabilidad de una
finca, está casado y ahora va a ser padre. Quizás a principios de siglo XX las
cosas se hacían de otra manera, pero me inclino a creer que aún en aquellos
tiempos todo esto también sería considerado muy prematuro.
A estas alturas me doy cuenta de que me he perdido por los cerros de Úbeda y no he explicado el porqué de este sentimiento de pena que me sugiere Bosco.
A estas alturas me doy cuenta de que me he perdido por los cerros de Úbeda y no he explicado el porqué de este sentimiento de pena que me sugiere Bosco.
Es cierto que ya es
lo suficientemente mayor para tener criterio propio, pero me disgusta ver como su
inocencia e ingenuidad le están jugando una mala pasada. Ahora ya no se trata
solo de que sea Francisca la que le esté manipulando y haciendo de él lo que se
le antoja, sino que su propia esposa también se ha unido a este juego de engaños.
En cierta manera me recuerda a su padre Tristán, que también pasó por una
situación semejante (las historias se repiten más de lo deseable en esta serie),
y en la que Francisca también tuvo un papel destacado. Ya se sabe que todo lo
que toca esta mujer se estropea, con alguna honrosa excepción, y Bosco va
camino de ser otra víctima.
Pero no es sólo el
engaño al que está siendo sometido en este caso, sino todo lo demás. Bosco ha
formado su propia familia, pero tiene otra que le está siendo negada. Y nada
hace suponer que esto vaya a cambiar, ni que en mucho tiempo podamos ver el
abrazo de Bosco a sus hermanos. De hecho con Martín no creo que ni siquiera
vaya a producirse.
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