Por
descontado que Fe merece ser feliz. Otra cosa es que le convenga alguien como
Mauricio, un personaje difícil de catalogar, capaz de dar una de cal y una de
arena. Capaz de mostrar solidaridad e incluso algo de buen corazón, para al
minuto siguiente verlo convertido en un perro rastrero, en una herramienta
ejecutora, alguien dispuesto a todo movido por una fidelidad rayana en la
obsesión.
Y no me vale
que diga que no conoce otra vida y que sin ello está perdido, que Francisca le ha
dado trabajo, techo y comida, a cambio de servirla fielmente, porque ello
implica que el hombretón solo es fachada. Ya que en la relación de Mauricio con
la doña, lo que lleva implícito por su parte es no pensar, no decidir, no
cuestionar, no tener escrúpulos,….. En definitiva, renunciar a tener su propia
personalidad.
Aunque ahora quizás
lo de Mauricio también sea comodidad, y el hecho de que se mantenga al lado de
Francisca, a pesar de todo, es porque no desea empezar de nuevo. O quizás sea
miedo a ello o a perder un estatus. O puede que sea una forma de masoquismo,
que le impide alejarse de quien no duda en humillarle y tratarle a patadas
cuando le conviene.
Aunque en
última instancia hay que pensar en opciones prácticas. La primera, que conviene
a los responsables de la serie para seguir manteniendo a Mauricio en un plano
visible. Después que, y ya yendo al personaje, porque se puede permitir seguir
en su misma posición ya que no tiene lo que los demás empleados de la hacienda:
necesidades económicas, ni una familia que sacar adelante.
Y claro, también
está el tema de la fidelidad ciega, la que obliga moralmente a cumplir los
compromisos establecidos, aun a costa de renunciar a cualquier convicción, y pasando
por encima de todo y todos. Pero quizás cabría preguntarse si la fidelidad ha
de estar reñida con la conciencia. Si implica necesariamente ser ciego, sordo y
mudo ante los desmanes y las injusticias, solo por la cuestión de haber hecho
una especie de promesa a sí mismo y a otra persona.
Porque también
las promesas se pueden romper.
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