2 de julio de 2015

Donde las dan, las toman

Por los centenares de veces que Francisca ha humillado y se ha reído de los demás, creo que bien merece sentir en sus propias carnes lo que es esto. Y es por ello que, a pesar de que pienso que las venganzas siempre traen consecuencias, tampoco me parece tan mal que Severo haya decidido regodearse en privado.
Porque al fin y al cabo es algo que ha quedado entre ellos dos, y de lo que nadie más ha sido testigo.
¿Qué ha sentado mal al orgullo de Francisca? Es posible, igual que es normal que después haya proferido las típicas amenazas de venganza, algo que a pesar de su situación actual no ha cambiado. La soberbia es algo que no pierde, así como tampoco el convencimiento que tiene de que siempre ha de ganar.
Pero se ha demostrado que no es así.
No sabemos cuánto tiempo va a estar en esta situación y hasta qué punto va a llegar la misma, pero creo que nadie duda que vaya a haber un momento que esto se va a revertir, y volverá la implacable y vengativa Francisca. Sin embargo admito que me fastidia el solo pensamiento, porque esta espiral ya empieza a ser insufrible.
Evidentemente habrá quien considere normal que Francisca desee vengarse de Severo, pero aparte de que estos sentimientos van implícitos en ella, quien la crea con derecho olvida que es ella la que ha empezado la guerra. Que es la que hizo caer en desgracia al padre de éste acusándolo de algo que no había hecho, desprestigiándolo sólo para sacar beneficio propio y llevándolo de manera indirecta a la muerte, la que dejó que la madre de Severo muriera, cuando podría haberlo evitado y después de haber incumplido una promesa hecha a la mujer, y es ella la que provocó la separación de los dos huérfanos y los posteriores sufrimientos para ambos que se derivaron de ello. Sin olvidar que incluso ahora ha seguido intentado evitar que se reencontraran (Por cierto ¿dónde para el detective contratado por Severo?). Con estos antecedentes es bastante comprensible que Severo no esté precisamente por la labor de dejar que Francisca duerma tranquila.
Solo espero que Severo ahora no baje la guardia, porque ganar una batalla no es hacerlo con la guerra. Y Francisca no se anda con remilgos, ya que su idea de venganza no va por los mismos derroteros que los de éste. Ya sabemos cómo las gasta y que suele utilizar métodos definitivos para sacarse de encima a los que la molestan. Muy diferente de Severo, que prefiere sistemas más sutiles pero igualmente efectivos. Como ya se ha demostrado.  
Afortunadamente hay algo que la doña no parece tener en cuenta. Inevitablemente se resentirá de esta situación por la que atraviesa actualmente, y no creo que consiga recuperar el poder que ostentaba. Está marcada para siempre, se demuestre su inocencia o no, y dudo mucho que sus supuestas amistades y contactos (que al final ha quedado patente que solo lo eran por interés) vuelvan a tratarla de la misma manera. Cierto que el dinero puede comprar muchas cosas, pero difícilmente podrá servir para recuperar su imagen anterior. Y esto puede jugar a favor de Severo, cuyo poder e influencias sí parecen muy importantes.
Por cierto ¿alguien duda de que si las cosas hubieran sido al revés, la doña no hubiera corrido a echarle en cara a Severo una supuesta victoria?

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