21 de julio de 2015

Borrar recuerdos dolorosos

No creo que a estas alturas se pueda poner en duda el amor que se profesan Alfonso y Emilia, un sentimiento que se dice que lo cura todo y que está por encima de todo. Por lo que es bastante inconcebible que no haya sido capaz de borrar el recuerdo de días aciagos, igual que lo es que en Alfonso el recuerdo de aquellos tiempos siga siendo motivo de desasosiego, aunque haya callado sin dejar entrever nada.
Pero es bastante difícil de creer que, en dieciocho años, en ningún momento haya salido a relucir un tema que ya tendría que ser solo algo perteneciente al pasado. Y si lo hubiese hecho, sin que ello produzca sufrimiento, solo la sensación de un mal recuerdo que hay que dejar atrás.
Que suceda lleva a una consideración no muy agradable, y es que Alfonso está demostrando una falta de confianza que habría de inquietar a Emilia. Una pareja tendría que ser capaz de explicarse todo, y ello incluye cualquier tema, por espinoso que sea. Con esta actitud da la sensación que Alfonso que jamás ha perdonado del todo a la chica que un día lo dejó de lado para caer en las redes de un desaprensivo, y aunque después supo rectificar, quedó Maria para convertirse en el recuerdo viviente. Por supuesto no pongo en cuestión que Alfonso quiere a Maria como si fuera su propia hija.
Pero predicar con el ejemplo que ha puesto a Prado con respecto a perdonar y olvidar, no es precisamente lo que hace ahora mismo.
También es cierto que este mismo recuerdo es el que ha asaltado a l@s espectadores al reconocer en la trama de Matías, Prado y Sixto, la misma historia. Y hacer que Alfonso vuelva a revivir aquellos días es una buena excusa para dos cosas: para desviar la atención precisamente del hecho que significa repetir situaciones ya vividas, y por otra parte darles algo de visibilidad a una pareja que la tienen solo ocasionalmente.
De todas maneras espero que ello no signifique que pierdan de vista el principal problema y sepan dejan momentáneamente al margen los suyos. De hecho Emilia ya ha sabido sobreponerse y agarrar el toro por los cuernos amenazando a Sixto. Ahora Prado les necesita. Y también Matías.
Por cierto, y ya que hablo de este último. Creo que los guionistas han perdido una buena oportunidad de hacer más bonita esta trama de la llegada de Matías. Evidentemente no es lo mismo un bebé que un chico adolescente, pero admito que he echado en falta más escenas del estrechamiento de lazos entre padres e hijo.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario