31 de julio de 2015

El romanticismo en PV

Quizás el romanticismo este sobrevalorado y no sea más que una idea enfatizada por la literatura.  
Además si la pretensión es que la serie se ajuste a parámetros de la vida cotidiana de un pueblo, las prioridades necesariamente han de ser otras y no solo los momentos intensos entre una pareja, los que podrían enmarcarse en la idea romántica de una relación. También hay que encontrar el momento propicio para dar rienda suelta a estas emociones.
Y, en última instancia, es evidente que las personas no pueden ir todo el día con una idea fija, pues la vida también son otras cosas. Por descontado, sería muy poco fructífero que anduviéramos todo el día en una nube, sin poner los pies en el suelo.
Pero esto sería en la realidad, en la ficción todo es posible. Así que es difícil entender porque una serie que empezó con una bonita historia de amor, eso sí, sembrada de momentos dramáticos, ha derivado más en lo segundo que en lo primero.
Ninguna pareja consigue llegar más allá de un mes sin que suceda algo que les separe, bien sea un tercero en discordia u otra cosa. Y lo mismo da que ya estén consolidadas, en fase de ello o sean solo un proyecto. Porque después hay que esperar semanas y semanas hasta que se vuelve a producir un acercamiento o una reconciliación.
Evidentemente no estoy pidiendo que las parejas anden todo el día inmersas en situaciones bucólicas, sumidas en un estado de seminconsciencia y con una sola idea en mente, pero no estaría mal que se dosificaran las tramas y siempre hubiera alguna que permitiera seguir manteniendo una cierta expectativa. Sin embargo el caso es que últimamente parece que todas hayan de tener problemas al mismo tiempo.
Llegados a este punto, quizás alguien pueda decir que ahora existe la relación de Francisca y Raimundo. Pero sin ánimo de establecer comparaciones, es difícil ver en esta algo que haga vibrar como en anteriores parejas. Por supuesto no pretendo insinuar que una relación entre dos personas maduras haya de tener menos consideración, pero en esta relación se aúnan más cosas que el supuesto resurgir de un amor de juventud. Por mucho que se esfuercen en maquillar las escenas, tiñéndolas de un ambiente, una música y unos diálogos especiales, creo que difícilmente nadie olvida lo que es Francisca y la poca justicia del destino que permite que sea feliz a pesar de todo lo que ha hecho. Y anticipándome a lo que puedan decir l@s seguidores de esta pareja, lo que pueda haber hecho en positivo es tan poco y tan escasamente altruista, que nunca podría justificar que al final de su vida fuera redimida de todas las maldades que ha cometido. Porque si el dicho que “todos los hechos tienen consecuencias” se pudiera aplicar sin restricciones, Francisca ya hace tiempo que tendría que haberlas conocido. Y sin embargo ha seguido tan campante. Hasta ahora.
Bueno, quizás también se podría hablar de Hipólito y Gracia. Pero, como todo en los Mirañar, hemos pasado de la sequía a la inundación en un abrir y cerrar de ojos. Por supuesto deseo que Hipólito pueda rehacer su vida y Gracia puede ser una buena compañera, pero creo que tampoco es necesario que ahora exageren tanto. Son dos personas maduras y en consecuencia habrían de saber hasta dónde pueden llegar en sus manifestaciones públicas de cariño. De todas maneras admito que me gusta que no se dejen avasallar por los convencionalismos y las habladurías, haciendo uso de su libertad como personas. Y quizás esta pareja, a pesar de los inconvenientes insalvables que tiene ahora, pueda ser la que tenga el futuro más asegurado.
También se podría hablar de la de Matías y Prado. Creo que los dos actores trabajan muy bien, a pesar de su juventud y supuesta inexperiencia, y que consiguen atrapar al espectador. Especialmente Iván, que ha conseguido impregnar sus escenas de total credibilidad, por lo que el momento con Prado ha sido precioso. Otra cosa es que consigan llevar mucho tiempo esta relación, debido a sus pocos años. Cierto que es una relación fresca, con un aire inocente y de descubrimiento, pero que también auguro llena de vaivenes. Porque espero que Emilia y Alfonso cumplan con su cometido como responsables y no permitan que suceda nada irremediable.  
Por supuesto existen las otras parejas que ya están consolidadas. Pero éstas ya se ven de otra manera.
Dicho todo lo anterior, resumo: de verdad creo que hace falta en PV algo que vuelva a emocionar, algo que haga que l@s espectadores sigamos enganchados a la serie más que por inercia o fidelidad. Y creo que los guionistas tienen en sus manos los protagonistas perfectos: Lucas y Sol.
Por descontado, sin olvidar a Severo y Candela.  

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