31 de diciembre de 2014
La soledad de los malvados
Como dijo John
Donne “Ningún hombre es una isla, entera en sí. Cada hombre es pieza de un
continente, parte del total”.
Por ello se puede
decir que nadie está del todo solo, aunque viva en soledad.
Recuerdo cuando hace
años estuve en Siria, desgraciadamente un país que sale mucho en las noticias pero
no precisamente por nada bueno, que me contaron la historia de un asceta que
vivó 37 años en una plataforma de una columna, a 17 metros de alto. Evidentemente
esta es una opción muy drástica para vivir alejado del resto del mundo. Pero
era su opción.
Cierto que también existen
las circunstancias que pueden forzar a ello (como le sucede a Inés), el
comportamiento y la mala relación con los demás que puede llevar al ostracismo
(como a Mauricio, aunque ello parece que se está corrigiendo) o, como el
anterior ejemplo, que es quien decide estar solo por propia voluntad.
Pero cuando llegan
estas fiestas, en las que el mismo ambiente parece que lleva a buscar la paz, la armonía y el calor de los demás, es cuando creo que la soledad se debe hacer más dura de soportar.
Por ello mi mayor
deseo es que nadie, nunca más, se sienta solo.
Bueno, quizás y
aunque sea un mal deseo, no estaría mal que la doña supiese lo que es esta
sensación.
No deja de
sorprender que siempre haya algo más que añadir a su lista. Su camino parece
enlosado de muertes y destrucción, de insensibilidad y desprecio a los
semejantes, de hipocresía y tiranía, de manipulación,……pero ahora, por primera
vez, parece que se vuelven las tornas y siente insegura, que cree realmente que
Severo es capaz de cumplir su amenaza, o al menos hacer todo lo posible para
que no tenga paz.
Por fin la justicia
puede llegar a ella, y no precisamente para estar de su lado.
30 de diciembre de 2014
Salirse de la reglas
Realmente cuesta creer
que pueda existir la más mínima posibilidad de que una persona en la situación
de Aurora consiga recuperarse mínimamente, y aún menos que vuelva a parecerse a
lo que fue un su día. Quizás, y sólo después de una larga rehabiltación, es
posible que pueda volver a hablar, a
comportarse, incluso veo factible que pueda hacer una vida medianamente normal,
pero de ninguna manera que vuelva la Aurora que conocimos.
Ante todo tengo que
decir que considero que Ariadna está bordando un papel que hace de manera totalmente
creíble. No debe ser fácil meterse en la piel de una persona con las
entendederas perdidas, y además sin caer en la sobreactuación. Pero dicho esto, pienso que es lamentable que
hayan decidido llegar tan lejos con este personaje, y de paso estropear una
historia de amor.
Pero no voy a
volver sobre ello, porque ya lo he hecho muchas veces. Ni tampoco de lo que es
probable que se esté gestando alrededor del personaje de Lucas, que es evidente
que va a apartar a Conrado. Tampoco del dolor que supondría para Martín ver a
su hermana en esta situación.
Mi intención
inicial era hablar de la gente que rodea a Aurora, de su familia.
No es fácil ver
sufrir a un ser querido. Como tampoco contemplar sin inmutarse unos métodos que
pueden antojarse drásticos. Y es cierto que puede haber visiones contrapuestas
sobre la manera de actuar en una situación parecida, especialmente porque la
mente humana es muy compleja y no es fácil saber si se actúa de manera correcta
en cada caso. Como también es verdad que hay personas que tienden a
sobreproteger, a moverse por el corazón y no por la cabeza. Y a veces con
resultados contraproducentes, como se demuestra en el caso de Aurora, que a
base de permitirle todo lo que se le antoja, se está convirtiendo en una
persona díscola, caprichosa, y lo que es mucho peor, violenta.
Y creo que Lucas va bien encaminado, al luchar para que la chica vuelva a adaptarse a lo que era su vida antes de cruzarse con Fulgencio y que éste se la arruinara.
Pero por descontado, Tambièn puedo entender a Rosario. Es una abuela, no tan diferente de otras, que no
dudan en dar a sus nietos los caprichos que les están vedados por sus padres. No
es lo mismo en este caso, pero parecido. Otra cosa es que ello sea bueno para
el receptor de sus desvelos.
29 de diciembre de 2014
¿ El futuro de la serie ?
He leído con un
cierto estupor un comentario en el que se afirmaba que María Bouzas, Fariba, y también
Aida, eran la gran esperanza de la serie. No comparto esta opinión. Es más,
creo poder afirmar, sin temor a equivocarme en demasía, que esto está muy lejos
de ser el sentir general. Como también creo que por parte de l@s espectadores
(supongo que por la de los guionistas es diferente), ni en las más remotas
quinielas se llega a tener en cuenta al personaje concreto de Inés como hilo
conductor de ninguna trama, y menos como protagonista principal. Diferente es
el caso de Francisca, de la que nadie discute su protagonismo, aunque sea para llevar
el mal a todo lo que toca, o a quien tiene la desgracia de acercársele.
Lamento la dureza
de este comentario, que por descontado es sólo mi opinión. Pero en el supuesto
de que me esté equivocando y sea esto lo que nos espera en los próximos meses, admito
que tampoco me apetece en absoluto verlo.
En realidad no llego
ni siquiera a imaginarme cual puede ser la pretensión de la trama de Inés y
Amalia. Me parece muy poco normal que la historia de la primera, que los responsables
de la serie aparentemente venden como la de una futura protagonista, se limite
a hacerla llegar al pueblo, que se enrede con un desconocido, se quede
embarazada y a continuación desaparezca de escena durante semanas. No entiendo
nada de guiones, pero me parece que, aparte de la profesionalidad del actor o
actriz, la visibilidad también es importante para hacerse un hueco en el ánimo
de l@s espectadores. En cambio Amalia, que supuestamente es la tercera en
discordia, acapara todo el protagonismo al lado del que ahora se supone actor
principal.
Me imagino que la
pretensión al enseñarnos ocasionales escenas en las que Inés cada vez más se va
hundiendo en la desesperación, es un intento de corregir todo esto, además de buscar
la empatía del espectador. Y no habría problemas para ello si esta situación
fuera real, pues es algo que no es justificable de ninguna de las maneras. Pero
admito que en este caso concreto de ficción, soy incapaz de sentir nada más que
un absoluto desinterés por una trama que además tiene unas notables
coincidencias con la de Pepa y su hijo Martín. Eso sí, salvando las distancias,
porque veo bastante improbable que esta enganche de la misma manera.
Ni Fariba se puede
comparar a Megan, ni l@s espectadores tienen las mismas expectativas. Y, por
descontado, la historia de Martín es irrepetible.
28 de diciembre de 2014
La mejor aliada
No puedo estar más
de acuerdo con alguien que no hace mucho comentaba el acierto de juntar en
escena a Loreto y Marta. De vez en
cuando en la serie se han dado descubrimientos de este tipo entre parejas no
convencionales, en las que la complicidad entre actores o actrices fluye sin
casi pretenderlo.
Sucedió entre Jordi
y Àlex, que nos brindaron un montón de escenas preciosas entre padre e hijo, en
las que ambos actores dejaron aflorar con total credibilidad unos sentimientos
que llegaban a emocionar. Y también sucedió entre la misma Marta y Carlota, una
bonita amistad que hizo que la cocina de La Casona llegara a ser un lugar muy
diferente del que existía antes de la llegada de esta doncella pizpireta y sin
pizca de malicia. Por cierto, situación que después volvió a desaparecer con
Inés, que básicamente solo llevó tristeza y malos rollos a este lugar.
Y ahora toca el
turno con Loreto y Marta.
No creo que tenga
que decir que Loreto ha experimentado una gran progresión como actriz y es en
estos momentos una de las mejores bazas de la serie, pero el caso es que una hasta
ahora gran desconocida Marta Tomasa también ha demostrado que no le va a la zaga,
haciéndose un hueco importante en la serie por méritos propios y, por supuesto,
por su gran talento, sin olvidar unos guiones que saben sacarle el mayor jugo a
su personaje. Porque parece que los guionistas se han encontrado de pronto con
un filón, al descubrir un potencial inesperado en esta sirvienta atípica, unido
al de la actriz que le da vida.
Juntas Loreto y
Marta (o lo que es lo mismo María y Fe) están dejando estos días unas escenas muy
interesantes, en las que las dos actrices están bordando su papel.
Es cierto que Loreto
lleva mucho más bagaje en la serie, y que han sido ella y Jordi quienes han llevado el mayor peso de la misma durante
casi dos años y con notable éxito, dejando además de paso un montón de escenas
preciosas. Pero eran un todo, y al desaparecer una parte probablemente much@s de
l@s espectadores se preguntaron que iba a ser de María sin Martín, y por donde
iba a ir su trama a partir de este momento. Sin embargo pronto se resolvió esta
cuestión y afortunadamente también ha servido para reivindicar un personaje
denostado en multitud de ocasiones. Sin embargo la determinación de María para descubrir
el paradero de su esposo, del que ahora tiene fundadas razones para creer que sigue vivo, pero llevándolo
a cabo de manera encubierta y sin revelar sus planes a nadie, es evidente que
no tiene muchas posibilidades de salir adelante sin ayuda, y por ello la
complicidad de Fe va a ser determinante. Una complicidad que, por otra parte,
ha surgido sin ser buscada. Pero la chica es todo un carácter, además de tener
un enorme corazón, y alguien que no duda en aliarse con quien considera puede necesitar
su ayuda, sin que el temor a su propia integridad física la frene.
También es cierto
que es, junto con María, la única que conoce casi todos los entresijos de la
historia, además de ser la mejor baza para conseguir llegar hasta el fondo de
la misma y desenmascarar a los presuntos culpables.
Repito. ¡Grandes
Loreto y Marta !
27 de diciembre de 2014
Engañado y manipulado
Siento una cierta
pena por Bosco, por lo que le están
haciendo.
Si se olvida su
aspecto real de treintañero, un hecho que impide ver las cosas desde la perspectiva
que correspondería a la edad que pretenden que represente en la serie, nos tendríamos
que encontrar ante la visión de alguien muy joven, que ha vivido al margen de
la sociedad, y sabe poco de las personas y de dónde son capaces de llegar.
Cierto que es un
chico avispado que aprende rápido y que asimila sin problemas su nueva
situación, aunque desgraciadamente con la misma velocidad también se le haya
pegado algún mal uso que le convierte en ocasiones en el prototipo de señorito
venido a más. Pero sigue conservando una cierta ingenuidad e inocencia, que le
impide cuestionarse algunas cosas que están bien a la vista. Como, por ejemplo,
el hecho de que todo el mundo hable mal de Francisca y sin embargo él piense
que los equivocados son los otros y no la mujer que le ha acogido, o que acepte
a pies juntillas la versión de ésta sin siquiera preguntarse si hay algo más. Pero
entiendo que es la gratitud la que juega un papel fundamental en esta situación
y en su fidelidad, por lo que en
consecuencia la palabra de Francisca es incuestionable para él. Y es gracias a
ello como la doña ha conseguido anular casi completamente su voluntad y
convertirlo en alguien moldeable, con la previsión de que sea en el futuro su
imagen y semejanza: un verdadero Montenegro.
De todas maneras, y
volviendo al tema de la edad, creo que este personaje tiene algunos fallos,
empezando por su irrupción en escena, con una historia increíble. Es evidente
que la necesidad apremiaba, y que se trataba de meter a toda prisa a un
personaje que había de sustituir en su día a los principales, pero que para no
perder la esencia de la serie tenía que tener un nexo conector con ellos. Y hasta
aquí creo que todo el mundo ha comulgado con ruedas de molino y aceptado con
resignación este hecho.
Pero inmediatamente
también se ha obviado el tema de la edad. Supongo que se trataba de escoger
entre un actor con un cierto bagaje y que pudiera llevar el peso de una trama
principal, o uno que se correspondiera con los años del personaje pero que evidentemente
no tenía tiempo de haber cogido experiencia. Y optaron por lo primero, aunque en este caso la imagen del actor dificilmente se correspondiera con la edad pretendida en el personaje.
Era una apuesta
arriesgada, que por cierto hay que recordar que funcionó muy bien con Àlex y
Jordi que, a pesar de que se llevan creo que un par de años, no
tuvieron problemas para hacer creíble el papel de padre e hijo, y además con sobresaliente.
Igual pasa con Emilia Y María. Pero creo que con Francisco esto no sucede,
básicamente porque tampoco hay un referente adecuado que oponerle, además de que
no hay relación con nadie de su supuesta edad.
Nada hace ver que
se trate de alguien muy joven, pues sus actos y personalidad son de una persona
mucho mayor: se supone que no tiene ni dieciocho años, además de muy poca
experiencia de la vida, pero sin embargo ya lleva la responsabilidad de una
finca, está casado y ahora va a ser padre. Quizás a principios de siglo XX las
cosas se hacían de otra manera, pero me inclino a creer que aún en aquellos
tiempos todo esto también sería considerado muy prematuro.
A estas alturas me doy cuenta de que me he perdido por los cerros de Úbeda y no he explicado el porqué de este sentimiento de pena que me sugiere Bosco.
A estas alturas me doy cuenta de que me he perdido por los cerros de Úbeda y no he explicado el porqué de este sentimiento de pena que me sugiere Bosco.
Es cierto que ya es
lo suficientemente mayor para tener criterio propio, pero me disgusta ver como su
inocencia e ingenuidad le están jugando una mala pasada. Ahora ya no se trata
solo de que sea Francisca la que le esté manipulando y haciendo de él lo que se
le antoja, sino que su propia esposa también se ha unido a este juego de engaños.
En cierta manera me recuerda a su padre Tristán, que también pasó por una
situación semejante (las historias se repiten más de lo deseable en esta serie),
y en la que Francisca también tuvo un papel destacado. Ya se sabe que todo lo
que toca esta mujer se estropea, con alguna honrosa excepción, y Bosco va
camino de ser otra víctima.
Pero no es sólo el
engaño al que está siendo sometido en este caso, sino todo lo demás. Bosco ha
formado su propia familia, pero tiene otra que le está siendo negada. Y nada
hace suponer que esto vaya a cambiar, ni que en mucho tiempo podamos ver el
abrazo de Bosco a sus hermanos. De hecho con Martín no creo que ni siquiera
vaya a producirse.
26 de diciembre de 2014
Luchando por la esperanza
Ya lo he dicho en
otras ocasiones, pero no puedo evitar sentir como una mezcla de tristeza e
indignación al ver como se está desarrollando el final de los personajes de Conrado y Quintina.
Ya sé que sólo se
trata de buscar el modo de hacer menos dolorosa su anunciada despedida, pero incluso he
llegado a plantearme si no se trata de una manera de hacer pagar a los actores
el hecho de que con su marcha, aparentemente voluntaria, hayan obligado a hacer
cambios en el planteamiento inicial de sus respectivas historias y, por
consiguiente, del discurrir de la serie. Evidentemente algo de este estilo no
es posible y no tiene ningún sentido, porque además no dudo que los guionistas
tienen suficiente cintura como para encajar estos inconvenientes puntuales y
buscar salidas que convengan a la continuidad de la serie.
Aunque los dos
personajes no creo que haya que ponerlos en el mismo cajón. Entiendo que la
desaparición de Quintina no va a suponer un grave problema, ni tampoco se va a
notar mucho su falta. No así Conrado, un personaje que durante este tiempo ha
sumado miles de adhesiones en las redes sociales, pero al que no han permitido
lucirse en todas sus posibilidades. Han convertido su historia de amor con
Aurora en un sinfín de desencuentros y reconciliaciones, pero nunca han dejado
que esta relación cuajara del todo. Y esto sólo es achacable a los guiones,
porque l@s espectadores si han respondido a las expectativas creadas, además de
mostrar una enorme paciencia.
También es cierto
que esta misma virtud ha tenido que atesorarse con otras parejas, como por
ejemplo Martín y María, que necesitaron seiscientos capítulos para ver
culminado su amor. Y las otras tampoco lo han tenido fácil. Pero mientras en
todas ellas se ha podido mantener la esperanza, Aurora y Conrado van directos
al abismo como no consigan enderezar el rumbo.
Ahora cada vez que Aurora
mira a éste con miedo, y con algo más indefinible, se abre más la brecha entre
ellos. Y por mucho que le pidan a Conrado paciencia y comprensión, que utilicen
el amor que siente por la chica como un arma de persuasión, el caso es que
entiendo la desesperanza que parece apoderarse de él. En circunstancias
normales incluso entendería que pensara en tirar la toalla, porque no hay
ningún indicio de que Aurora vaya a salir de esta situación. Ya sé que el amor
es importante y que no puede dejar a la persona amada en la estacada, pero
tampoco se le puede pedir que mantenga una esperanza incierta e hipoteque su
futuro. Una sonrisa inesperada y puntual de Aurora solo es una gota en el inmenso oceano en el que està perdida.
Desgraciadamente parece
que Fulgencio ha hecho bien su trabajo. Y a estas alturas y viendo el panorama,
se antoja imposible una curación definitiva para Aurora, por mucho que Lucas
empeñe toda su voluntad. Se necesita mucha, y sé de lo que hablo, aunque no por
experiencia propia. Al lado de mi lugar de trabajo hay una residencia para enfermos de estas características, y cada día veo desde mi ventana a un grupo de
ellos que son sacados a pasear por los celadores. Veo sus rabietas, su
indisciplina, como se tiran al suelo y gritan,…. y veo la continua rotación de
cuidadores al cargo. Creo que es difícil aguantar la presión, y solo la vocación,
o en el caso de la serie el amor, pueden dar fuerzas para seguir adelante sin desfallecer.
De todas maneras, y
aunque es evidente que Aurora de una manera u otra va a recuperarse, también lo es que el destino de Conrado ya está
escrito. Y no es formar parte del futuro de la chica. Aunque esto ahora mismo no pase de conjeturas, y el
personaje no haya llegado tampoco a esta conclusión. Pero repito, me duele ver
a Conrado como alma en pena, viéndose relegados (actor y personaje) a segundo
plano .
25 de diciembre de 2014
La otra Navidad
El espíritu de la
Navidad lo inunda todo. Es tiempo de buenos deseos, de reencuentros y de
celebraciones, de momentos en que parece que incluso es posible olvidar por un
instante lo que sucede alrededor. Pero sólo es algo fugaz, porque es difícil no
tener en mente a los miles de personas para las que la Navidad no es más que
otro día cualquiera, otro día de penurias y de desesperanza ante un futuro que
se adivina incierto. Y ya sé que me estoy saliendo de la línea que predomina en
estos días, con un pensamiento no muy positivo. Pero no se puede eludir la
realidad, ni siquiera cuando todo alrededor invita a celebrar.
PV también es un reflejo de esto.
PV también es un reflejo de esto.
Como en la vida
real, en casi cada casa, en casi cada familia, hay una silla vacía, unos
recuerdos que pesan o una situación que no invita a grandes alharacas. Y cuando
no es así de manera visible, algo sobrevuela en el ambiente que deja patente
que la felicidad es sólo patrimonio de unos pocos, y que aunque por unos
instantes se puedan sentir estos momentos de gozo, hay un día después en que
todo vuelve a ser igual, en que nada ha cambiado.
Creo que todo esto
lo refleja en cierta manera el personaje de Severo, que tengo que decir que ha
ganado puntos en mi apreciación, aun sin saber por dónde va a moverse. Y no lo
digo por el hecho de adivinarse que va a poner a la doña contra las cuerdas,
sino por un gesto que quizás no haya tenido mucha repercusión, pero que da la
medida de que, a pesar de su capacidad económica y social, es capaz de
solidarizarse con sus semejantes: ha dado orden de dar comida a los necesitados.
Además creo que no lo ha hecho para hacer caridad, sino simplemente porque cree
en ello, aunque también puede que influya el hecho de haber conocido en primera
persona esta situación de necesidad.
La otra cara de la
moneda es Francisca. Generosidad es una palabra que no existe en su diccionario,
como tampoco piedad o remordimientos. Porque ya no se trata sólo de que ignore
completamente a sus semejantes, excepto para sacar de ellos el máximo provecho
con el mínimo esfuerzo, sino del hecho de comprobar como es capaz de estar
sentada cumpliendo con los convencionalismos, mientras a pocos metros de
distancia tiene encerrada en una lóbrega mazmorra a una mujer sola y desamparada, o como puede mirar sin sentir
vergüenza a la chica que tiene a su lado a su mesa, y a la que ha hecho infeliz
de manera premeditada y sólo por puro egoísmo. Aunque mirándolo bien, se podría
hablar de una situación en La Casona en la que nada es lo que aparenta porque,
exceptuando Bosco, todos tienen algo que ocultar, o saben algo que uno o varios
de los demás ignoran. Incluida Fe.
Por cierto, honroso
(y divertido) el esfuerzo que ha hecho ésta para aligerar el ambiente. Sus
salidas de tiesto son realmente un toque de frescura en este ambiente lóbrego, aunque
sigue sorprendiendo que la doña sea
capaz de asumirlo sin problemas. Estoy segura (y ahora yéndome a la realidad)
que cuando ruedan estas escenas tienen verdaderos problemas para aguantar la
risa ya que, además de los diálogos, Marta aporta un gracejo particular que
estoy convencida otras no conseguirían con tanta facilidad (¿he de decir que me
encantan tanto el personaje como la actriz?)
Pero como la
intención primera de este comentario era hablar de la Navidad de PV, hay otras
escenas a las que hay que hacer mención. Ante todo decir que no es mi intención
ser ceniza, pero no creo que haya que esperar a estos días para que sucedan
cosas maravillosas. Todo el año habría de ser tiempo de celebración y de
esperanza, aunque sea una utopía.
En mi opinión no
existen los milagros de Navidad, sólo quizás el ambiente sea algo diferente. Y evidentemente
que Aurora sonría quizás pueda ser un pequeño paso pero no definitivo,
simplemente achacable a que la tregua de estos días y el espíritu elevado que
se respira, pueden obrar maravillas.
24 de diciembre de 2014
Que sea Navidad todo el año
Bones
Festes!!
Felices
Fiestas!!
Bo Nadal e feliz aninovo !!
Zoriontsu oporrak!!
Buon Natale e Felice Anno Nuovo!!
Merry Christmas and Happy New Year!!
23 de diciembre de 2014
Rompiendo (otra) lanza
Lo peor del binomio de estar
aburrida y navegar por Internet es que a veces te puede llevar a sitios en los
que lees cosas que no deberías, o que te hacen subir los colores por vergüenza
ajena. Realmente parece que hay quien piensa que tiene carta blanca para decir barbaridades,
sin pararse a pensar mucho en lo que dice y a quien puede ofender. Por supuesto
respeto la libertad personal de cada uno o una para decir lo que piensa, pero
me parece que no es necesario llegar a los insultos, a salidas de tono, opiniones
extremas… También hay que diferenciar entre lo que viene provocado por la realidad,
que a veces puede llevar a cosas de este calibre (pero que en ningún caso
justifico, porque ante todo está la educación), y lo que es opinar sobre una
ficción y quienes están implicados, como guionistas o actores.
No voy a eludir el hecho de que también
alguna vez yo tambièn los he criticado quizás sin mucho rigor y dejándome llevar por los impulsos,
por lo que me acuso de ello y además lamento haberlo hecho. Pero creo que
siempre ha sido desde el respeto, e intentando no salirme de tiesto.
Soy simplemente una bloguera que
deja sus impresiones por escrito, y que he tenido la inmensa suerte de que mi
espacio tenga un cierto interés, aunque en unos círculos limitados. Y por supuesto, y aparte
de mi agradecimiento infinito a todos los que se acercan a este espacio, no
tengo ninguna otra pretensión que la de dar una opinión, en la medida de mis
posibilidades.
Llevo cerca de dos años
escribiendo sobre la serie, primero desde un foro, y a punto de cumplir el
primer aniversario, desde este blog. Pero ni antes, ni ahora, lo he hecho para
halagar a nadie, ni a ningún lector, ni a ningún actor o actriz, ni tampoco
tengo en mente sacar otro provecho que el placer de poner en palabras mis
pensamientos y opiniones. Es cierto, y los que me leen lo saben, que tengo mis
preferencias, pero no espero que ello me sirva para recibir ninguna atención
especial, más allá de algún comentario que, por supuesto, agradezco de corazón.
Es posible que a estas alturas quien
lea esto se estará preguntando a que
viene la parrafada. Y además soy consciente de que siguiendo con este
comentario me estoy metiendo en un barrizal, pero es algo que me pide el
cuerpo. El caso es que tampoco estoy respondiendo a ninguna acusación directa, ni
justificándome, solo quería romper una lanza por algunos actores de PV que se
han visto envueltos en un rifirrafe, por un tema en el que creo que se mezclan
cosas.
Centrándome en ello, es una
obviedad decir que los actores y actrices ante todo son personas que hacen un trabajo. Que es cierto
que por su repercusión mediática están en el punto de mira y, por consiguiente,
expuest@s al escrutinio popular, pero también tienen su libertad para decidir,
exceptuando claro está lo que atañe a sus compromisos profesionales. Otra cosa
es que se muevan por afinidad o amistad, pero esto ya entra en otro ámbito. También
es cierto que se deben a su público, que es quien les da de comer, pero entiendo
que hasta cierto punto y sin que les haya de suponer una obligación. Además las personas
no son todas iguales, y hay quién tiene más facilidad de relacionarse. De ello
he tenido un buen ejemplo no hace muchos días, con Jordi Coll y Marta Tomasa,
dos personas cercanas y simpatiquísimas, que mostraron que la imagen de los
actores a veces está muy distorsionada.
Pero no hay que magnificar las
cosas, porque es claro que el tema al que me refiero sólo es conocido por unos
pocos y no ha tenido repercusión más allá de algunas páginas del Facebook. Sin
embargo pienso que igualmente debo decirlo, porque me parece injusto que algunos
hagan de menos especialmente a una actriz (en concreto Carlota Baró) por algo
que sólo tiene que ver con la serie de manera tangencial.
Las líneas argumentales de la serie
A estas alturas de la serie es difícil
hablar de algo que no se relacione de alguna manera con las líneas argumentales principales: la de María y Martín, la de Aurora y sus hombres, o la de Bosco y sus mujeres. Es decir, todo lo que tiene que ver con los tres hijos de Tristán y Pepa. También es cierto que además existen otras
situaciones puntuales de las que sería posible extraer algo, y que aligeran un
poco las tramas. Me refiero a las que suelen andar entre las salidas divertidas
de Fe y lo que sucede alrededor de la casa de comidas. Me salto el tema de Quintina,
porque considero que decir que es penoso es quedarme corta (siento ser tan dura,
pero la verdad es que incluso he llegado a sentir vergüenza ajena por como la
llevan a hacer el ridículo convirtiéndola en una histriónica y chismosa, cosa
que está muy lejos de cómo se ha venido desarrollando este personaje).
Aunque en realidad quizás haya (o vaya a haber) otra línea argumental, pero aún es prematuro hablar de ella, porque la
información es mínima. Me refiero a Severo y Carmelo, dos personajes de los que
sólo se puede intuir algo de lo pretenden. Porque mientras algunos de los que
se han incorporado a la serie lo han hecho como elefante en cacharrería, éstos
parece que no acaban de llegar nunca. Lo único que se puede decir de ellos es
que aparentemente tampoco se detienen ante nada. Otra cosa será ver como
administran el poder que se les presume, y también la manera de relacionarse
con la gente de PV.
De momento únicamente Mauricio
sabe lo que puede esperar, ya que lo ha probado en sus propias carnes. Al
respecto tengo que decir que hay días en que el capataz me impacienta, y hace
que mi opinión sobre él experimente vaivenes. Me parece muy mal que se haya
metido sin permiso en una casa ajena y con el único fin de husmear, por lo que
si recibe un correctivo es porque se lo merece.
Quizás es que con la edad está
perdiendo facultades, o que al igual que la doña, han hecho tanto su santa
voluntad que ya se creen invulnerables. Pero el caso es que las cosas están
cambiando, y que ya no puede hacer y deshacer totalmente a su antojo. También
es verdad que le ciega su lealtad y que es posible que piense que hay un
posible peligro para su ama, pero ello le hace perder la prudencia.
Lo admito, a veces me cuesta
tragar con Mauricio. Lejos de la doña es un hombre de carácter, duro, pero con
un cierto grado de sociabilidad y en el que en ocasiones asoma un corazoncito. Que
incluso parece que puede llegar a tener sentimientos tiernos hacia Fe, pero que
una posible timidez (o quizás temor a ser rechazado) le impide manifestar. Pero
cuando se trata de su ama parece un perrito faldero, dispuesto a dejarse apalear
sin rechistar. ¿Será un sentido práctico que hace que ponga sus intereses
económicos antes que su conciencia? Por cierto, ¿qué ha hecho con la
considerable suma de dinero que le sacó a Fernando?
22 de diciembre de 2014
Un paseo por las nubes
Hoy me permito una pequeña
licencia y este “quizás algo más” que reza en la cabecera de este blog lo voy a
utilizar para hablar de algo muy tangible y real.
El título del comentario es más o menos como se siente una al ver realizado un sueño.
Porque me siento afortunada al haber podido conocer en persona a alguien que durante meses me ha acompañado por las tardes,
y que aunque lo haya hecho como personaje de ficción, tiene detrás a una
persona amabilísima, paciente y con una gran simpatía. Además de un magnífico
profesional.
No voy a extenderme, porque además cualquier cosa que diga sobre Jordi Coll quedaría corta. Así que me limitaré sólo a invitar a quienes lean esto y tengan la oportunidad de acercarse a verlo al teatro, que no duden, porque si están de suerte, como yo misma, podrán conocerlo, y además podrán gozar de su trabajo en otra faceta muy distinta a la que nos tiene habituad@s. Aunque
algún@s afortunad@s ya lo hayamos visto anteriormente en Grease, Hair, o en
otros musicales, series,….y sabemos de su arte.
Ni siquiera podría decir cuánto
duró la obra “Merda d’ Artista, el musical”. Solo que cuando terminó pienso que hubo una sensación generalizada de preguntarse ¿ya está? Porque creo que a todos nos supo a poco
el rato divertido y ameno que nos brindaron con esta obra irreverente, entre un
musical y una comedia, y dotada de un ritmo trepidante. Que además demuestra
que no es necesaria una gran parafernalia para hacer cosas de una enorme
calidad, y además con un fondo de crítica.
Por cierto, una mención especial
a la magnífica coreografía de Marta, que también estaba ahí.
GRACIES, GRACIES, GRACIES, JORDI !!
La llegada de Lucas
Es más que evidente lo que va a suponer
para la pareja Aurora y Conrado la irrupción en escena de Lucas. Especialmente
para Conrado, que ya de por si está suficientemente ninguneado por las tramas
actuales. Sin embargo admito que, a pesar de ello, me gusta Lucas y me gusta
que presumiblemente vaya a tener un papel crucial en la recuperación de Aurora,
aunque lo cierto es que el que realmente ha luchado, y sigue luchando por ella,
ha sido Conrado.
Pero entiendo que es el comienzo
de la despedida del personaje del geólogo, y creo que, llegado el momento, Lucas
puede ser un digno sucesor. Aunque de lo que estoy convencida es de que no va a
hacer nada para separar a la pareja, sino que van a ser las circunstancias.
Otra cosa son sus propios sentimientos hacia Aurora, que creo que van más allá
de sentirla como una amiga, pero que no han de interferir en su voluntad
primera que es la de ayudarla a salir de este pozo en el que se halla inmersa.
Lo sorprendente es que sea él,
junto con Martín, las dos únicas personas que han quedado fijadas en la mente
de Aurora, dejando entrever que ésta ahora sufre algo parecido a memoria
selectiva. Aunque porqué la ocupa precisamente Lucas y no Conrado ya es otro
tema, y algo difícil de entender. Ya que mientras que no creo que
haya ninguna duda sobre los sentimientos de Conrado, esta situación si pone en
entredicho los de Aurora.
Dicen que a veces es difícil
distinguir entre la verdadera amistad o el amor. Y también que la mayoría de
las relaciones empiezan con una gran amistad que va derivando en sentimientos más
profundos. Creo que Conrado y Aurora han hecho esta fase a la inversa, pasando
directamente a hablar de amor. Y solo con el tiempo y el mutuo conocimiento han
aprendido además a ser amigos, aunque su relación también haya pasado por
numerosos altibajos. En cambio con Lucas existe una amistad forjada por la
complicidad que enseguida se manifestó sin tapujos, unos intereses similares, una
relación sosegada y sin contratiempos, además de ser éste una persona con una
mente abierta que permitió hacer más llevadera la estancia de la chica en la
capital.
También es verdad que muchas de
estas cualidades están presentes en Conrado, además de otras que son únicas en
él, pero considero que el punto de partida es diferente.
Por supuesto ello no es justificación
para que todo lo que se ha desarrollado durante este tiempo entre Conrado y Aurora tenga
que desaparecer, sino es por causas ajenas. Porque se supone que lo que ahora los
une es un amor fuerte y verdadero, y esto está por encima de la amistad.
Pero aceptando que la marcha de
Conrado es inevitable, vuelvo al principio. Aunque sé que decir esto me va a
suponer alguna crítica, me reitero: me gusta el personaje de Lucas, el carácter
jovial y bromista que le confieren, el valor que le da a la amistad, su natural
disposición a ver las cosas desde un ángulo muy avanzado a los cánones de la época,
su sincera vocación para la medicina (con lo que, de paso, reivindican un poco
lo que ha sido el sino de los médicos de la serie, que casi todos han acabado siendo
de la peor calaña) , su sentido de la justicia,……. Creo que si no lo estropean,
este personaje puede dar mucho de sí.
19 de diciembre de 2014
Chantaje en La Casona
Pues parece que Francisca está
perdiendo facultades. Si hasta ahora había conseguido anticiparse a todos los
flecos que pudieran derivarse de sus malas acciones y además salir bien
librada, ahora tiene, no a uno, sino a dos chantajistas metidos en su propia
casa. Y sin la posibilidad de librarse de ellos, excepto cediendo a sus
demandas. Bueno, en realidad y dejando aparte a Bosco, casi todos los demás
habitantes de la casa están en la misma para sacar algo que nada tiene que ver
con sentimientos positivos. Y no creo que tenga que remarcar que con esto
último me refiero especialmente a María.
Pero volviendo a los
chantajistas, creo que también hay que establecer diferencias. Aunque quizás no
haya tantas, porque en la práctica los dos temas objeto de presión son
diferentes en la forma aunque el resultado es el mismo: jugar con la vida de otra
persona para obtener un beneficio personal, que en el caso de Leonardo es a
través de una buena suma de dinero, y en el de Amalia conseguir la seguridad de
una vida regalada al lado de un hombre al que además dice amar.
Esto pone a los dos personajes en
el punto de mira, aunque considero que en el caso de Amalia, sin olvidar que
ahora es cómplice de un secuestro y lo que ello supone, quizás podría
entenderse que lucha por amor. Sin embargo mucho me temo que no va a quedar
solo en esto y que va a tener otras implicaciones. Y que al final la chica se
va a poner a la misma altura que los otros personajes siniestros de la serie.
Se le ha terminado la
tranquilidad a Francisca. Porque lo que se demuestra que ésta también puede
perder cuando tiene delante mentes tan retorcidas como la suya. Y que su
aparente poder omnímodo, unido a su desprecio a casi todo el mundo, también la
puede cegar llevándola a minusvalorar a las personas. Y aunque admito que es
muy aventurado afirmarlo, creo que tanto tiempo de urdir maldades algún día tenía
que volverse contra ella. Por descontado espero que los vengadores además le
pongan la puntilla.
Como también espero que se quede
sola, sin nadie a su alrededor. Ha manipulado, utilizado y apartado a todo el
que se ha puesto en su camino, y ya no tiene redención posible. Y aunque ahora
mismo se agarre a Bosco como su única tabla de salvación, es evidente que esto también
tendrá su punto final el día en que éste descubra algo de lo que su protectora
le esconde. Hay muy pocas puertas en La Casona, y aunque no siempre se da la
oportunidad, puede suceder que algún día el chico escuche algo que no debe. Por
de pronto ya empieza a recelar de algunas cosas, aunque siempre se antepone su
fidelidad a Francisca.
Y como ya he sacado el tema de
Bosco, un inciso. Admito que empiezo a tener sentimientos contradictorios con él.
Hay días que querría darle un coscorrón por bobo y otros que me da lástima ver
como lo manipulan cada vez con mayor intensidad. Porque ahora ya no se trata
solo de Francisca, sino que también Amalia se ha unido a ello.
18 de diciembre de 2014
La determinación de María
La situación que está viviendo María
no es nueva, ni para ella ni para la serie. Anteriormente hemos visto como este
mismo subterfugio era usado por Pepa y después por Mariana, ambas para
conseguir sacar información y salvar a los suyos. Pero aún así, y admitiendo
que existe una justificación, el hecho de que tenga que volver a pasar por ello
me parece cuando menos una aberración. Pienso que es un manido recurso de
tintes machistas que se tenga que utilizar otra vez este ardid de tener que seducir a un hombre, y que pone a la
mujer (en este caso María) sólo como el cuerpo del deseo, sin tener en cuenta
otras maneras de llegar al fondo de la cuestión. Además de situar a la chica en el disparadero al impulsarla a hacer uso del medio que si que es verdad que aparentemente es el que está más a su alcance,
aunque sea el peor posible. También es verdad que no hay muchas maneras de
enredar al cubano y que intentar sacar provecho de uno de sus puntos débiles
(el otro es el dinero) es quizás una buena manera de llegar a la verdad, pero
el peligro es grande y además se necesitan muchas tragaderas para que el
fingimiento sea creíble.
Entiendo que, exceptuando a Francisca,
ser mujer en 1921 no era fácil, porque el estatus de las fèminas no era el mismo
que el de ahora y la consideración tampoco. En muchos casos no eran más que una
figura de adorno destinada a satisfacer los deseos del hombre, y así lo veían la
mayoría de ellos (con notables y conocidas excepciones, es cierto). Lo que por
descontado no deja a éstos en muy buen lugar, aunque esta manera de ver al sexo
opuesto no haya desaparecido del todo, y aún sigue siendo una lacra y motivo de
desgraciadas noticias periódicas.
Por supuesto no pretendo
justificar esta situación de María, que como he dicho antes, me parece
aberrante. Sin embargo esta vez hay algo diferente y que hace más soportable
que vuelva a verse forzada a sentir las manos de un indeseable sobre su cuerpo.
Ahora es su decisión, no la del otro, y sus motivos no tienen nada que ver con
lo que parece.
Después de todo la influencia de
Francisca si ha servido para algo y si ésta no ha logrado corromper su corazón,
si ha conseguido trasladarle algo de su astucia. Que unido a su lucidez, han de
servirle de mucho para conseguir sus propósitos. Porque hay que reconocerle que,
a diferencia de otras ocasiones, esta vez lo está haciendo relativamente bien. Ha
sabido buscarse los aliados adecuados y está llevando el tema con una firme determinación,
dispuesta a todo. Por cierto, hay que hacer un inciso especial en el caso de Fe, con la
que ha establecido una relación de complicidad que me parece fantástica. Las
dos juntas pueden llegar muy lejos, porque la doncella tiene la misma
determinación que María, y encima, aunque a ojos de la gente pueda parecer
simple, es uno de los personajes más clarividentes que se han dado en la serie.
Pero hay algo más en este tema
que no se puede dejar de lado. Es cierto que el personaje de María no ha hecho
más que penar desde que se inició esta nueva etapa hace más de quinientos
capítulos, y que aunque la mayor parte del sufrimiento que ha tenido que soportar se puede considerar
gratuito, entiendo que siempre ha sido en función de mantener la tensión al límite
para mantener pegada al televisor a la audiencia. Sin embargo ahora no es lo
mismo, porque la situación se ha visto forzada, ya que de alguna manera se
tenía que justificar la ausencia de Martín/Jordi. Y esta vez, aunque también
existe el sufrimiento, hay un rayo de esperanza razonable. Aparte de que ahora
es ella quien mueve los hilos, y tiene en sus manos su presente. Y seguramente su futuro.
17 de diciembre de 2014
Volver a aprender a ser padres
Es evidente que Alfonso y Emilia
tienen la teoría y algo más, pero que les falta también algo de práctica, especialmente
cuando se trata de encauzar a un adolescente con las hormonas revolucionadas.
Con María creo que se saltaron
esta parte. Porque mientras Matías expresa espontáneamente su conflicto actual,
María lo llevó de otra manera y sin que ellos apenas intervinieran. Y ahora
podría entrar en el tópico de que los hombres y las mujeres lo viven de
diferente manera, cosa que considero que no es del todo cierta. Pero si lo es
que en la época en la que trascurre la acción, la liberación de la mujer ni
siquiera se planteaba como tal, y sólo se daban casos concretos y en chicas con
un cierto nivel social. Sin embargo todas tenían que cuidar su reputación si no
querían verse señaladas de por vida, cosa que, por descontado y en la misma
situación, no sucedía con los hombres.
También es verdad que Alfonso y
Emilia no son las típicas personas que se dejan llevar por las conveniencias
sociales, o al menos no dejan que éstas interfieran en sus decisiones. Pero es evidente que el entorno
influye y que, aunque ambos son personas con ideas muy liberales para la época,
no es extraño que tengan una idea diferente sobre los actos del chico, y que
Alfonso, en principio, se lo haya tomado más a la ligera. Hasta que los recelos
de Emilia han calado, y dejado ver que el chico se está arriesgando demasiado, haciendo
méritos para que algún marido celoso le dé una buena tunda. La imprudencia y la
inexperiencia juntas pueden ser una mala combinación, y aquí se hace necesario
que intervenga un padre responsable, que sepa aconsejar sin presionar.
Y no dudo que Alfonso reúne estas
cualidades.
En realidad pienso que él y
Emilia también están viviendo una nueva experiencia. Vuelven a ser padres con
todas las consecuencias, cosa que implica también estar pendiente de Matías, de
sus necesidades y deseos. Pero pienso que no lo hacen mal del todo, y que
especialmente saben darle el cariño que le ha faltado hasta ahora. Y además lo
hacen de manera incondicional.
16 de diciembre de 2014
Dolor y esperanza
La chaqueta de Martín y la
desolación de Conrado.
Creo que han sido dos de los
momentos con mayor impacto emocional de los últimos días.
Por supuesto también lo es la
triste situación de Aurora, la conmovedora dedicación de Candela y Rosario y su
alegría ante los pequeños avances de la chica,….
Admito que todo ello ha conseguido
tocarme la fibra.
Aun sabiendo que Martín sigue
vivo, no me ha costado meterme en la piel de quienes le creen desaparecido para
siempre. Por ello he sentido la desolación de Rosario y Candela en la devoción
con la que sujetaban la chaqueta de Martín, e incluso en mayor medida cuando esta
última la ha estrechado contra su pecho para impregnarse del olor del chico que
un día la llevó puesta. Aunque la guinda la ha puesto Aurora al abrazar con
desesperación la chaqueta de su hermano, en lo que veo como un claro signo de
vínculo fraternal, pero también de necesidad. En algún rincón recóndito de su
mente extraviada, parece que Aurora siente que Martín podría alargar la mano,
sacarla de este pozo y salvarla.
Algo que inexplicablemente no sucede
con Conrado. Solo aceptando la evidencia de que se trata de un recurso para ir
separando a la pareja, es posible entender esta situación. Es cierto que esta
relación ha estado llena de desencuentros, pero siempre han conseguido
superarlos ante la fuerza del amor que les unía. Por lo que no me parece
razonable (aunque en este caso la razón no es precisamente la palabra) que
Aurora sólo tenga atisbos de esta parte negativa. Aunque también es cierto que
sacar conclusiones sería un poco precipitado, y que la chica ahora lo que
necesita es tiempo para recuperarse, si ello es posible.
Pero la desolación de Conrado,
llega al alma. No creo que sea suficiente que todo el mundo le diga que ha de
tener paciencia, que Aurora saldrá de este trance, y que a cada poco se
vislumbran indicios de esperanza. Porque pienso que en el fondo sabe que está
perdiendo a Aurora, y que no puede hacer nada por impedirlo.
La verdad es que no entiendo esta
deriva. No creo que el personaje de Conrado se merezca esta encrucijada, más
después de lo que ha luchado y sigue haciéndolo, incluido hacerse cargo en
solitario de la finca, ahora que María se ha desentendido de ello (aunque ya
sabemos que ésta tiene sus razones).
14 de diciembre de 2014
Entretener o dar información. Esta es la cuestión
“¿Resulta indispensable mostrar
escenas tan realistas para que el público entienda cómo era la sociedad en
aquella época (1921)? ¿O, por el contrario, se puede
realizar de una manera más sutil y delicada?”
Extraigo esta
pregunta de un artículo publicado por Raquis Pucelana en Mi zona tv.
Pienso que para
responderla también hay que hacerse la de cuál es la verdadera pretensión de
la serie: si entretener o ser didáctica. Dos conceptos que, por supuesto, no están reñidos y más de una vez he defendido. Seguramente sin estas incursiones en temas puntuales
de aquellos tiempos, muc@s de nosotr@s no habríamos llegado nunca a saber de algunas cosas, aunque sea a título de curiosidad. Y durante todo este tiempo ha
habido de todo, desde temas sin mucha transcendencia hasta episodios
importantes de la historia.
También admito
que la fidelidad a todo lo que tiene que ver con la época en la que transcurre
la acción es importante para dar la medida de la calidad de un producto. Por
supuesto se entiende que existan las licencias, pero ajustarse a la vida y
costumbres de la sociedad de la época dice mucho de la seriedad de quienes
escriben los guiones y de los documentalistas que les asesoran.
Pero hay la segunda parte de la pregunta: “¿se puede
hacer de manera menos explícita?”.
No me considero una mojigata y entiendo que no se pueden
eludir los hechos probados. Y el caso es que, como comenta en el mismo
artículo, la historia demuestra que los manicomios no tenían como fin recuperar
a los enfermos mentales, sinó más bien anularlos. Hay casos escalofriantes de
instituciones de este tipo, en los que los internos recibían toda clase de vejaciones
y torturas. Y en las que destruían el cuerpo y la mente de éstos, acabando con ellos de la peor manera
posible. Como parece suceder en el caso de Aurora.
Pero soy consciente de que esto es una serie.Y sé que es
inútil perderse en especulaciones sobre la posibilidad o no de que alguien en
la situación actual de Aurora pueda llegar a recuperarse, y que además si lo
hace consiga salir de ello sin secuelas, ya que es evidente que si va a suceder
y posiblemente en poco tiempo, mientras que en la vida real sería algo impensable.
Ni siquiera en la actualidad. No puedo afirmarlo con total certeza, pero
considero que el ensañamiento con el que nos han hecho creer que se ha empleado
Fulgencio sería suficiente para dejar a una persona irrecuperable para toda la
vida.
Entonces entra en juego la credibilidad de la situación.
Por ello creo sinceramente que han llegado demasiado
lejos. En realidad pienso que ni siquiera era necesario hacer pasar a este
personaje por este trance, y además de manera tan explícita, para después supuestamente
pretender recuperarla en su verdadera esencia. Se antoja una ardua tarea, de la
que no consigo ni siquiera imaginarme los derroteros.
Y como esto ya toma el carácter de una crítica, creo que volveré
a sacar por enésima vez otros temas a colación.
Entiendo que hay que desarrollar nuevas tramas para
captar la atención del público (aunque sean tramas siniestras como la que me ocupa)
pero creo que esto sucede en detrimento de otras que se han cerrado en falso o
directamente se han perdido en el limbo, y que l@s espectadores se siguen
preguntando. Empezando por el destino del cuerpo de Pepa, lo que ha sido de
Tula, que pasó entre Fulgencio y su mujer, además de las misteriosas llamadas
por teléfono,….. la lista es larga.
Y ya no digo de la deriva de otras tramas. Ya he hablado
antes de ello, y entiendo que no es fácil encontrar una solución que
satisfaga a todo el mundo, pero los derroteros de la despedida de Quintina no
acaban de convencerme, pues están dejándola en un pésimo lugar y no creo que el
personaje lo merezca. Otro tema es el de Inés, que lleva ¿cuánto tiempo
encerrada?... ya he perdido la cuenta, y sin que mientras tanto su trama avance un
milímetro, a pesar de ser supuestamente una de las protagonistas. Y no es que
la eche en falta, sólo constato un hecho.
¿Quizás habrá un mini salto temporal para solucionarlo?
13 de diciembre de 2014
Aliadas y còmplices
Cuando María decidió
meterse en la boca del lobo, impulsada por algunas certezas y muchas sospechas,
no creo que lo hiciera con un plan trazado de antemano, ni tampoco contara con
tener el auxilio de más medios que su propia determinación, su intuición y su no
probada capacidad de fingimiento. Pero entiendo que tomara esta decisión sin
pensárselo demasiado, porque no debe ser fácil, ante la duda razonable,
permanecer con los brazos cruzados. Más cuando ahora todo hace pensar en la
posibilidad de haber sido la víctima de un engaño premeditado, con fines
oscuros, y que ello le haga replantearse lo que le han contado sobre Martín,
con lo que ahora se puede permitir un resquicio de esperanza de que éste siga
vivo. Sin embargo ha decidido actuar sola y permitir además que su acción
provoque la incomprensión (y la repulsa) de casi todo el mundo, al desconocer éstos
los verdaderos motivos que la impulsan a actuar de este modo. Por consiguiente
nadie va a ayudarla, por lo que está sola en sus pesquisas.
Bueno, en
realidad esta afirmación quizàs no sea muy exacta. Sus padres y abuelo confían en ella y saben que hay algo más. Y ahora
también está al corriente D. Anselmo, pero éste no puede hablar, por el tema de
secreto de confesión. Sin embargo, y sin proponérselo, en La Casona le ha
salido una aliada, aunque no inesperada, porque María ya conoce a Fe y sabe que
puede confiar en ella, que puede ser sus otros ojos y oídos. A la doncella
pizpireta y lista como el hambre no se le escapa ni una, y además su lealtad
hacia Francisca se acaba cuando los actos de ésta se oponen a su conciencia y a
su natural bondadoso. Y algo más: no la teme, sólo la respeta porque es quién
le da el medio de vida. De hecho considero que Fe va a ser para María algo
parecido a lo que fue en su momento Mariana, aunque en este caso hay que unir
la lucidez con otros aspectos que hacen a Fe única y especial. Que no quiero
decir que sea mejor o peor que ésta, sólo diferente.
Un día dije que Fe nunca
iba a ser protagonista, pero el caso es que cada vez tiene más cuota de
pantalla, de lo que me alegro muchísimo porque aparte de reiterarme en mi
apreciación del buen hacer de Marta, el personaje aporta a las tramas una
frescura especial, aun teniendo a veces éstas un componente dramático. Incluso
en estos momentos es capaz de sacar una sonrisa.
Y me encanta la
complicidad que se ha establecido entre ella y María, y creo que también entre
las dos actrices. La ayuda de Fe a María va a ser crucial para desenredar la
madeja y llegar a descubrir la verdad, para que ésta pueda volver a reunirse
con su esposo (¡que gracioso suena esto cuando lo es de las dos, en un caso
ficticio y en el otro real!).
De todas maneras es
evidente que ambas tendrán que actuar con mucha prudencia y mantener ante la
gente una cierta distancia. Sólo así lograrán encontrar respuestas y atar
cabos. Lo único que falta es que todos los sospechosos se confíen lo suficiente
y cometan un error que permita encontrar
la respuesta esperada.
Pero aún así admito
que me sorprende el hecho de que Francisca se haya tomado con tanta
naturalidad la vuelta de María a La
Casona. Claro que tampoco tiene motivos para recelar de ésta, aunque es
evidente que aún sigue pensando en ella como la ingenua que fue. Y
afortunadamente la está minusvalorando.
12 de diciembre de 2014
El hombretón
Mejor no andarse por las ramas.
La insinuación por parte de los
guionistas de que Francisca y Raimundo podrían tener en el futuro un acercamiento
puntual no sólo me parece un desatino, sinó pura y llanamente una insensatez total (si ello se llegara a producir). Y aún más si el motivo es el de contentar a una mínima parte de la audiencia, ya que además establece diferencias, cuando
a los seguidores de Conrado y Aurora, que son multitud y fieles, parece que van
camino de perder la última oportunidad para ver a la pareja juntos y felices. Es
algo ya contrastado que, ante la marcha de un actor, sus tramas van perdiendo
fuelle. Pero aprovecho para mostrar mi descontento ante algo tan evidente como
el hecho de que con esta última pareja han ido un poco lejos. El personaje de
Conrado no ha tenido ninguna tregua, y a tenor de lo que se está viendo, se
marchará de esta guisa.
Y si lo que decía al principio
llega a ser cierto, también van camino de estropear el personaje de Raimundo,
que ya de por sí no tiene demasiados minutos de gloria. Primero porque pueden
dejarlo a la altura del betún, por mucho que en el fondo de su corazón éste piense
que puede seguir queriendo a Francisca, aunque lo que realmente ame sea a un
recuerdo. Pero especialmente lo que creo es que Francisca no merece ni un
miligramo de atención de nadie, porque además estropea todo lo que toca,
incluso lo que la roza de refilón. Aunque también es cierto que en ello ha
tenido desigual fortuna, porque muchos de los que llegaron a caer bajo sus
garras consiguieron alejarse de ella a tiempo, antes de que fuera demasiado
tarde.
Sin embargo parece que con Mauricio no va a suceder esto último, a pesar de que cada vez con mayor frecuencia parece
cuestionarse algunos mandados o iniciativas de la doña. La fidelidad, la
comodidad, el temor a tener que empezar de nuevo,…todo ello puede influir para
que siga en La Casona, a pesar de que su conciencia le empiece a pasar factura.
Y quiero creer que buena parte de ello viene dado por la influencia de personas
que han estado o están cerca de él, como Pepa, Tristán, Soledad, Rosario,
María,..O ahora Mariana o Fe. Casi tod@s han sufrido además los desmanes de la
doña, ante la mirada del capataz y sin que éste haga casi nada para evitarlo. Y digo “casi”,
porque no sería justo olvidar que, a espaldas de la doña, ha intentado alertar a
algunas de las posibles víctimas de ésta.
Ahora a María.
Ahora a María.
Pero Mauricio tiene un hándicap
importante: su fidelidad a la doña, que le ha valido el repudio de la sociedad,
y que hace difícil que pueda tener alguna vez la simpatía de los que alguna vez
han sido víctimas de sus desmanes. Aunque su justificación sea la de obedecer
las órdenes de Francisca. Mauricio está
solo, y así seguirá sinó consigue también liberarse del yugo de su ama, que además
cada vez le trata con más tiranía y desconfianza.
10 de diciembre de 2014
Las velas de la venganza
Aunque suene a
contradicción y a pesar de que soy una gran devoradora de los libros de Stephen
King y otros autores parecidos en cuanto a temática, soy incapaz de ver un
thriller sin saltarme un montón de escenas. Pero el caso es que es mucho más fácil cerrar el
libro y dejarlo para otro momento, que estar en el cine o ver la televisión y
pasarte todo el rato en tensión o con los ojos cerrados, evitando ver momentos
truculentos. También es verdad que a veces visionar las noticias casi vendría a
ser lo mismo, aunque (otra contradicción) en este caso parece que estoy más
inmunizada, y aunque algunas cosas me provoquen el mismo horror, desgraciadamente y sin que sirva de justificación, una acaba acostumbrándose a ello.
Todo esto viene a
propósito de las velas para la doña. No es que se trate exactamente de una escena
de terror en el sentido que se entiende por ello, pero es evidente que ésta es
la intención de Severo con respecto a Francisca. Terror psicológico, tan
efectivo como el otro, pero que en este caso tiene un ingrediente añadido: la
inseguridad que provoca al destinatario de ello. Ni en su fortaleza Francisca ahora se puede sentir protegida, cuando las más estrictas medidas de seguridad no han
servido para que alguien se colara en su jardín y le montara el espectáculo.
Por cierto, que no debía ser una sola persona, porque tamaña cantidad de velas
y después encenderlas, debe llevar su tiempo.
Parece que
finalmente ha llegado el momento de que pruebe su propia medicina. Porque mientras
le está procurando a su nieta ser víctima de los manejos de un psicópata, a
Inés el terror de estar encerrada en una lúgubre mazmorra sin contacto con
nadie, o a Martín posiblemente el temor de estar secuestrado en un país
extraño, sabiéndose además en peligro de muerte, hasta ahora ella vivía ajena a
estos sufrimientos. Pero parece que, por fin, se empieza a hacer justicia,
aunque venga de alguien ajeno a todo lo anterior.
¡¡Pero qué
importa!! Es justicia al fin y al cabo.
9 de diciembre de 2014
La fuerza del amor
Dicen que la fuerza
del amor puede mover montañas y también que éste nunca muere, especialmente si
se trata de un sentimiento tan intenso como el que une a Martín y María. Y es
este sentimiento, además de lo que le dictan sus instintos, lo que impulsa a María
a buscar más allá de las evidencias que le han presentado y que ahora sabe que
no son más que burdas mentiras.
Aunque para conseguir
su propósito y que salga a la luz la verdad, antes sea necesario meterse en la
misma guarida del lobo.
Realmente hay que
tener mucha sangre fría y mucha fuerza de voluntad para mantenerse firme y no
saltar al cuello de los indeseables que le han procurado la infelicidad a ella
y a su familia. Sin contar el esfuerzo titánico de disimular sus verdaderos sentimientos,
sin dejar asomar ningún indicio de lo que le corroe por dentro.
Porque María, en el
fondo de su corazón, ahora alberga la certeza de que Martin sigue vivo y que la
respuesta está en La Casona. Y por ello está dispuesta a todo para conseguir
encontrarla.
Evidentemente debe
haber opiniones para todos los gustos sobre si lo que tenía que haber hecho es explicar
a alguien su hallazgo, en especial a las autoridades, o por el contrario lo más
prudente es tratar de investigar por su cuenta lo que hay detrás del ataúd
vacío de Martín. Teniendo en cuenta que ha profanado una tumba, lo primero es
impensable. Lo segundo, aunque arriesgado tanto para ella como para Martín, es
más factible de conseguir si sabe jugar sus cartas con astucia, sabiendo además
donde ha de buscar. Porque ahora ya sabe que Leonardo ha creado una sarta de
patrañas, y creo que no tiene dudas de la implicación de Francisca. Sólo falta
adquirir la certeza, aunque para ello tenga que tragar bilis.
Sin embargo su
decisión, mirada desde el otro lado, se entiende que sea de lo más inexplicable
para quienes desconocen los verdaderos motivos que la han impulsado a ello. Que
es todo el mundo.
Por cierto.
Pienso que han resuelto
muy bien la escena con Emilia, que realmente se comporta como una madre con todas las
letras. Su hija le pide que confíe ciegamente y ella no hace preguntas, lo que
engrandece aún más a este personaje que con el tiempo ha ido ganando en
personalidad, casi al mismo tiempo que se alejaba de Francisca y además aprendía
a plantarle cara. Al igual que Alfonso.
La cruz, como es
habitual, la ha vuelto a poner Francisca. Quizás se pretendía que fuera una escena plácida,
pero me ha producido una sensación más bien vomitiva ver su cara de felicidad al
tener a Bosco y María a su lado. Pero aún peor ha sido ver el orgullo reflejado
en su rostro cuando los llamaba sus nietos (aunque Bosco lo sea en realidad), cuando a los que lo son de verdad se los ha sacado de delante. Porque aunque no
quiera y apele a la biología, lo que no puede negar es que Martín es hijo legal
de Tristán, además de amado por éste como si fuera de su sangre. Por lo tanto, y aunque no quiera admitirlo, Martín también es su nieto.
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