Siguiendo el hilo de lo que he empezado en el comentario anterior, me he decidido a profundizar un poco más en mi opinión sobre la pareja Bosco e Inés
Hasta tres veces en el mismo capítulo se ha repetido idéntica conversación entre Bosco e Inés. ¿Es realmente necesario?
Hasta tres veces en el mismo capítulo se ha repetido idéntica conversación entre Bosco e Inés. ¿Es realmente necesario?
Recuerdo que no hace muchos días leía que en las series se ha
demostrado necesario ir repitiendo algunos trazos de lo anterior, para que no
se pierda el hilo. Quizás sea este el caso, pero lo poco agrada y lo mucho
acaba cansando.
De verdad pienso que no lo están haciendo muy bien con estos
personajes.
Quizás ahora, alejado de La Casona, el de Bosco ha adquirido algo más
de protagonismo. Especialmente en sus enfrentamientos con Francisca, que empiezan
a dejar entrever la herencia de sus padres, y también que por sus venas quizás corre
algo más que horchata. De hecho admito que me gustó especialmente cuando puso
de relieve ante la doña algo que ésta parece empeñada en negar: que él también
es hijo de la partera. Sin embargo por lo que se refiere a su relación con su
hermana, creo que no se ha apostado lo suficiente, cuando es una trama
que podría haber dado bastante más juego.
El de Inés sin embargo no creo que haya mejorado mucho con respecto a
los últimos meses. Quizás haya adoptado un aire un poco más vivaz cuando ahora
se permite cuestionar a Amalia (siempre a sus espaldas), pero sigue con una
postura sumisa, sin mirar a los ojos de su interlocutor y sin ningún signo de
querer mejorar su situación, algo que me parece que no es muy eficaz para darle
visibilidad.
Casi todos los personajes femeninos de la serie (con sus luces y sus
sombras), han puesto de relieve un carácter rebelde, fuerte y decidido, que las
ha llevado a ganarse su lugar. Incluso María, que en los primeros tiempos fue
objeto de numerosas críticas por su apocamiento, al final acabó demostrando
este carácter del que Inés creo que adolece por completo. Entiendo que
pretendían crear un personaje que despertara empatía por su origen humilde y
por llevar escrito en la frente el destino de no ser más que una sierva, pero creo
que se han quedado ahí. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero partiendo
de esta misma premisa si consiguieron crear otro que llegó muy lejos: Pepa. Aunque
evidentemente el remake no creo que sea posible.
Juntos la pareja tampoco mejora, al menos según mi opinión. Por mucho
que lo he intentado, no consigo creerme su supuesta historia de amor, así como
tampoco el pretendido instinto maternal de Inés. Sin embargo entiendo el fin
último de esto, que es demostrar de alguna manera que existe un vínculo entre
madre e hijo.
Aunque considero que, como otras cosas (entre ellas que todos vivan bajo
el mismo techo) también es muy forzado. Lo que me lleva incluso a entender, aunque
por supuesto no justifico en ningún caso, que Amalia quiera irse. Es cierto que
es una mujer desquiciada, incluso peligrosa, pero no debe ser muy agradable
bregar con la creciente temeridad (o poca prudencia) con la que Bosco e Inés se
manejan, y que cada vez hace más patente para todo el mundo que hay algo entre
ellos.
Y creo que olvidan que Bosco es un hombre comprometido, que muy a su pesar
tiene un vínculo indisoluble que hace su relación inviable, por mucho que sus
sentimientos les digan lo contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario