20 de abril de 2015

Intereses mutuos. Pero también amistad incipiente

Devolver al Jaral su antiguo esplendor.
Es la ardua tarea que se ha propuesto Bosco, pero pienso que no es solo por cumplir una promesa hecha a su hermana, sino porque siente que en lo que pone sus desvelos es algo que lo une realmente a su origen, a unos padres a los que no pudo conocer. Y  lo hará para él mismo, pero también por la familia que si está aquí, la verdadera. En la que no cuenta Francisca, si no los que le quieren, arropan y apoyan, los que representan su presente. Y también su futuro.
Un futuro, un proyecto, en el que puede volcar todos sus sueños, sin más cortapisas que las que vengan dadas por inconvenientes económicos o intangibles. Pero tiene a su favor varias cosas: un enorme tesón, curiosidad y ganas de aprender, conocimiento de la naturaleza y sus señales,….. A lo que ahora hay que añadir el apoyo de Severo. Que no es desdeñable, pues si bien es cierto que no es del todo altruista, si puede ayudarle en su propósito.

Y admito que aún a pesar de que en cierto modo Severo utiliza al chico, no me disgusta el cariz que está tomando la relación entre ambos. Sin poder llamarse aún amigos del todo, está creciendo entre ellos complicidad y respeto mutuo. Por lo que, a pesar de esta presunta manipulación (que, por otra parte tampoco es que le sea ajena a Bosco, pues sabe muy bien de que pie cojea Severo), estoy convencida de que el hombre es sincero cuando dice que quiere ayudar a prosperar a la familia del Jaral. Por lo que supongo que en este caso se podría decir que el altruismo no está condicionado sino que es una herramienta sobrevenida, ya que además estoy convencida que igualmente Severo habría prestado su ayuda.  
Severo no es el típico terrateniente al que nos tienen acostumbrad@s. Evidentemente, al ser de extracción baja, ha conocido las dos partes de la vida, y aunque ahora ha escalado posiciones y se ha convertido en alguien poderoso e influyente, no ha perdido sus orígenes. Por lo que creo que le es más fácil empatizar con los más desfavorecidos de la sociedad.
Aunque en realidad hay que decir que lo hace con todo el mundo. Otra cosa es que sea correspondido. 
Pero parece que Bosco ve más allá que el resto. Quizás sea por intereses mutuos, por necesidad de una referencia masculina (no un padre, sino un amigo), o simplemente porque ha descubierto que Severo no es como lo pintan, la confianza mutua parece que se va afianzando, hasta el extremo de llegar a sincerarse en temas personales. Y Severo es de los que no juzgan, sino de los que escuchan e intentan aconsejar. Aunque en temas del corazón parece que anda más bien pez, seguramente por miedo a sufrir.  
Como decía antes, me gusta esta relación de los dos hombres. Y ya puesta, creo realmente que se podría sacar mucho más partido de esta faceta de Bosco que en la de hombre enamorado (que ya he dicho en muchas ocasiones, no consigo creerme) .
Ah, un par de cosas más.
Una reflexión sobre Severo, antes de que se me olvide.
En vista de que Raimundo va a volver a cometer el error de regresar a los brazos de la doña, Severo va a perder una partida, pero va a ganar otra más personal. Podrá sacudirse los remordimientos por haber sacado a la luz un tema doloroso.
La otra consideración se refiere al tema de la prosperidad del Jaral. Al dar a entender que no se ha sacado el provecho adecuado a la finca, también de alguna manera dejan en entredicho la gestión hecha hasta ahora. Ya sé que es una serie y éste un tema accesorio, y que, por ejemplo, es cierto que se sabe que Tristán actuó con apatía y sin prestar a su finca más que la atención necesaria para subsistir. Pero después han estado Martín y Conrado, conjuntamente con Aurora, y por lo que se deduce tampoco han conseguido mucho. Y aparentemente lo que se da a entender es que Bosco es mucho más adecuado para este menester, lo que solamente se podría justificar porque es el único de todos que ha crecido en ello. Y no porque sea el más válido. 

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