15 de abril de 2015

El triunfo del amor

Quizás no existirá más remedio que agarrarse, como a una tabla de salvación, a los secundarios de lujo que hay en la serie. Y Nicolás y Mariana (o lo que es lo mismo Alejandro y Carlota) demuestran cada día que su lugar en las tramas merece ser de más enjundia.
De hecho han protagonizado la que considero una de las escenas más bonitas de los últimos tiempos, además cuando ya no existe nada que me llame demasiado la atención. Pienso que, por ejemplo, los que se pretenden pareja protagonista, Bosco e Inés, transitan por la serie sin mucho relieve, en parte por unos guiones que considero muy poco trabajados y en parte por los mismos actores. (Admito que me disgusta entrar en este tema, porque opinar sobre su trabajo no es mi talante. Sé que de estar en su lugar no me sentaría muy bien que alguien profano en la materia me criticara).
Tampoco el “romance” de la doña y Raimundo creo que sea la solución, básicamente porque tengo mis dudas de que atraiga más allá de lo que son sus incondicionales , ya que es evidente que a la gran mayoría nos parece como mínimo un sinsentido (por no emplear otros términos más gruesos). Y ahora encima ha terminado, aunque todavía es posible que no se haya dicho la última palabra, lo que en mi opinión aún podría echar más tierra sobre Raimundo (por si no tuviera suficiente). De hecho, y aunque lo lamente por Ramón, creo que lo mejor sería que Raimundo tomara las de Villadiego antes de que el personaje acabe con el actor.   
Es cierto que la actitud de Mariana ha dejado mucho que desear en los últimos días, por una obcecación absurda. Y que por su tontería podría haber acabado con una bonita historia, además de arruinar su futuro. Pero afortunadamente en este caso la conciencia y, en cierto modo la lealtad de un supuesto amigo, han hecho su trabajo y ha conseguido con la confesión de éste que las cosas volvieran a su lugar. El que le corresponde, y espero que definitivo.

Creo que en esta ocasión los guionistas se han esmerado con los guiones y han puesto en boca de un magnífico Alejando Siguenza, unas palabras preciosas que no puedo evitar reproducir: “este futuro intangible e inexistente del que hablas casi acaba con nuestro presente…..no me imagino un futuro sin ti. Eres el centro de mi existencia, el amor de mi vida y la dueña de un mundo en el que no hay cabida para nadie más”.  
Por supuesto no me olvido de Carlota, una magnifica actriz también relegada a un puesto de segunda fila, cuando considero que se merece un mejor lugar.   
Como he dicho anteriormente, pienso que han protagonizado una escena preciosa, que esta vez los guionistas han tenido a bien no dejar a medias. Evidentemente Nicolás y Mariana tienen mucho de lo que hablar y perdonar, pero en este caso si se puede decir que el amor ha triunfado por encima de todo

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