Quizás no existirá más remedio que agarrarse, como a una tabla de salvación, a los secundarios de lujo que hay
en la serie. Y Nicolás y Mariana (o lo que es lo mismo Alejandro y Carlota) demuestran
cada día que su lugar en las tramas merece ser de más enjundia.
De hecho han
protagonizado la que considero una de las escenas más bonitas de los últimos
tiempos, además cuando ya no existe nada que me llame demasiado la atención. Pienso que, por ejemplo, los que se pretenden pareja protagonista, Bosco e Inés, transitan por la serie
sin mucho relieve, en parte por unos guiones que considero muy poco
trabajados y en parte por los mismos actores. (Admito que me disgusta entrar
en este tema, porque opinar sobre su trabajo no es mi talante. Sé que de estar
en su lugar no me sentaría muy bien que alguien profano en la materia me criticara).
Tampoco el “romance” de la doña y Raimundo creo que sea la solución, básicamente
porque tengo mis dudas de que atraiga más allá de lo que son sus incondicionales , ya que es
evidente que a la gran mayoría nos parece como mínimo un sinsentido (por no
emplear otros términos más gruesos). Y ahora encima ha terminado, aunque
todavía es posible que no se haya dicho la última palabra, lo que en mi opinión
aún podría echar más tierra sobre Raimundo (por si no tuviera suficiente). De
hecho, y aunque lo lamente por Ramón, creo que lo mejor sería que Raimundo
tomara las de Villadiego antes de que el personaje acabe con el actor.
Creo que en esta ocasión los guionistas se han esmerado con los guiones y han puesto en boca de un magnífico
Alejando Siguenza, unas palabras preciosas que no puedo evitar reproducir: “este
futuro intangible e inexistente del que hablas casi acaba con nuestro presente…..no
me imagino un futuro sin ti. Eres el centro de mi existencia, el amor de mi
vida y la dueña de un mundo en el que no hay cabida para nadie más”.
Por supuesto
no me olvido de Carlota, una magnifica actriz también relegada a un puesto de segunda
fila, cuando considero que se merece un mejor lugar.
Como he dicho
anteriormente, pienso que han protagonizado una escena preciosa, que esta vez los
guionistas han tenido a bien no dejar a medias. Evidentemente Nicolás y Mariana
tienen mucho de lo que hablar y perdonar, pero en este caso si se puede decir
que el amor ha triunfado por encima de todo.
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