18 de abril de 2015

¿Es sinceridad o teatro ?

Ni aun mostrándose aparentemente sincera, consigo creerme que Francisca esté siéndolo realmente. De natural miente con tanta convicción y desparpajo, y es capaz de tergiversar de tal manera las cosas, que incluso cuando ahora parece que esté diciendo la verdad una no puede evitar pensar (casi se puede decir que tener la certeza) que, otra vez, solo está dejando asomar “su verdad”. Que al final no es más que una manera de llevar el agua a su molino y enredar a quien sea con sus tretas, envolviéndolo en su tela de araña.
En realidad creo que más bien lo que pretende no es la remisión, sino encontrar a alguien que alivie su soledad al precio que sea, ahora que es consciente que su existencia se va acortando y que al final de su vida se va a ir sola. Y lo peor, sin nadie que la eche en falta.
La cierto es que no casa para nada con la mujer arrogante y despiadada que hemos visto hasta ahora, y es difícil creer que un reverdecido amor de juventud pueda obrar el milagro de hacerla cambiar. Por lo que verla andar arrastrándose, humillándose y pidiendo perdón, es algo que se antoja que no puede tener más que una segunda intención. Ya que además hemos visto que, a solas, sigue existiendo la auténtica Montenegro, la que se considera por encima del bien y del mal.
Aunque es evidente que con sus malas artes va a conseguir pillar otra vez a un Raimundo en horas bajas, que ha perdido toda la credibilidad, y que al parecer también el criterio. Porque no creo que exista amor tan fuerte capaz de pasar por encima de todo, solo con la justificación de que las cosas se han hecho llevadas por este sentimiento. Como si las personas agraviadas no los tuvieran, o fueran menos importantes.
Lo siento, pero no puedo sentir ni pena, ni compasión por una mujer de la que ahora pretenden dar una imagen de indefensión, cuando es evidente que no hay nada de esto.
Por cierto, la bajada de Raimundo a los infiernos parece que solo ha empezado su periplo. Ya se sabe que el “ahora me quedo, ahora me voy….”, va a ser “ahora vuelvo a La Casona para quedarme como un adosado, sin nada que hacer, sin moverme del sofá, sin relacionarme con nadie, dejando atrás todo (familia, amigos,..)….. y poniéndome el mundo por montera, pasarme por el forro cualquier escrúpulo”.
Y después, si aún queda algo que pueda merecer algún interés en esta trama, creo que puede ser la puntilla ver la reacción del hombre cuando Francisca se ponga manos a la obra con Severo, y probablemente de rebote reciban también Bosco y los demás habitantes del Jaral, ahora que ambas casas se están convirtiendo en aliadas. Y ver si se convierte en un parapeto o en un ariete, en un cómplice de los desmanes de la doña o en alguien capaz de impedirlo.
Me reservo el comentario, a la espera de los acontecimientos.

3 comentarios:

  1. Francisca por primera vez en mucho tiempo ha sido muy sincera en los motivos por los que actuó de esa forma esa noche. Sabe que sólo siendo totalmente sincera, Raimundo la podría entender. No se ha ido por las ramas, ha sido muy directa. ''Cuando regresaste a Puente Viejo con ella y con vuestros hijos, enloquecí de celos. La odiaba como nunca antes había odiado a alguien y cuando enfermó sólo pude agradecérselo a Dios.''

    Por eso Raimundo la perdona, que no comparte lo que hizo. Porque entiende los motivos que la llevaron a hacer eso: el amor, el rencor, el saber que otra era la esposa del hombre que amaba. Si hubiera querido hacer teatro, hubiera adornado sus motivos como hizo cuando le contó lo de Bosco. Y sólo hace falta mirar ambas escenas para darse cuenta de que cuando le cuenta lo de Bosco no es totalmente sincera y en esta escena, sí. María Bouzas es una actriz maravillosa y con sus gestos queda muy claro cuando Francisca dice la verdad y cuando no.

    Además ya lo dijo Ramón Ibarra en el videoencuentro: veríamos a una Francisca como nunca la habíamos visto. Una mujer desesperada a la que no le importa humillarse, suplicar que no se vaya de su lado. En el capítulo del lunes, Francisca lo deja muy claro. Se ha quedado sin sus hijos, sin María, sin Bosco, pero siempre creía que aún odiándose Raimundo siempre estaría ahí.

    La escena de despedida del lunes es maravillosa y como raipaquista estoy deseando ver la escena del miércoles, cuando se reconcilien. Así es su historia de amor: ni contigo ni sin ti. Y mientras sigan estos maravillosos actores seguiré deseando verles en una misma escena.

    Un saludo.

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  2. Sia Stone, respeto tu opinión pero no la comparto, Francisca no se quiere ni a ella misma, no se odia porque no puede, pero es evidente que su amor siempre es interesado, si tanto ama a Ray por qué intentó envenenarle cuando este dio el paso de ir a vivir juntos?, esta mujer no tiene indulgencia con nadie, una vez consigue el trofeo y la contradicen sale su vena de odio. Raimundo si cae en sus redes volverá a ser pasto de sus llamas

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  3. Si algo tiene Francisca es que sabe perfectamente como actuar en cada momento,suele manipular para salirse con la suya y emplea tácticas diversas,pero es lista y sabe que esta vez tenia que decirle a Raimundo la verdad de lo que pasó con Natalia pues era la única manera de retenerlo,a la menor vacilación,el no la hubiese creído y la esperanza d recuperarlo se esfumarían.A Francisca hay q reconocerle q no se rinde nunca y esta vez se juega mucho,quedarse sola y por eso es capaz hasta d humillarse y perseguir a Raimundo y si este finalmente claudica,sabrá lo q es el infierno en vida pues no podrá mantenerse al margen de los desmanes q cometerá con Severo o con quien se le ponga por delante y entonces ya veremos q tal anda la conciencia de Raimundo y si es capaz de vivir solo con Francisca dejando atrás a todos los q de verdad le han querido y respetado siempre.

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