A veces actos no muy meditados, o dejarse llevar por los instintos más básicos, puede poner en evidencia a una persona.
Pero ni siquiera la excusa de la ceguera por el dolor sería suficiente
para no censurar a Severo una actitud que después, y ante la situación a la que
actualmente se enfrenta, podría llegar a dar cuenta de doble moral. Me refiero
a las mujeres de la vida que llevó a su casa, un tema que después le ha
explotado en la cara al tener que enfrentarse a ello desde el bando de las
mismas.
No existe justificación por aquel proceder, a pesar de que Severo hasta
ahora ha dado muestras de ser un caballero además de un buen hombre, y tener claro su lugar, sin dar motivos
para habladurías. También es cierto que todo el mundo a veces puede cometer deslices
de los que después arrepentirse. Pero utilizar los servicios de prostitutas ya es
ponerse a un bajo nivel, porque lo que lleva básicamente es a contribuir a la explotación
de la mujer.
Ahora ha de descubrir en toda su crudeza que es lo que se esconde detrás
de este mundo en el que él mismo ha llegado a contribuir, y del hecho que si
hay mujeres que practican la que se ha
calificado eufemísticamente “la profesión más antigua del mundo” es porque hay
hombres explotadores, bien sea porque las utilizan para fines lucrativos (proxenetas) o
para satisfacer apetitos carnales.
Por supuesto se puede entender que no desee ver a su hermana en esta tesitura.
No sólo por el hecho de querer volver a tenerla a su lado, cumplir su promesa,
darle una buena vida como la que permite su enorme fortuna, o incluso, aunque dudo
que haya llegado a pensarlo todavía, por temor a tener que enfrentarse a la vergüenza
social, si no porque no creo posible hacerse a la idea de que alguien querido pueda
pasar un minuto más en situación de estar en las manos de hombres sin moral ni escrúpulos, y arriesgándose a consecuencias imprevisibles.
Lo cierto es que la vida le ha dado una buena lección a Severo, al descubrir
también el sufrimiento que muchas veces se esconde detrás de estas mujeres que en
su mayoría llegan a ejercer esta mal llamada “profesión” por necesidad o por
haber sido engañadas. Como lo ha sido Sol.
Otra cosa es que pretenda usar la fuerza para arrancarla del mundo en
el que ha vivido hasta ahora. Evidentemente no creo que los motivos de Sol para
negarse a acompañar a su hermano sean económicos, ni de apego a a la profesión,
sino que deben esconder algo más como el temor a las represalias del que hasta
ahora se había erigido en su protector, pero que en realidad es su
extorsionador. Sin embargo creo que Severo al tratar de imponer su propia voluntad, aunque
sus motivos sean sólo para sacar a su hermana de una vida malsana, está
actuando también de manera arbitraria, decidiendo por ella. Lo que evidentemente
va a suponer de entrada un notable desencuentro que probablemente va a costar
de superar, visto el carácter fuerte e independiente de la chica.
Por cierto, algo que supone un soplo de aire nuevo en la serie, faltada
últimamente de personajes de estas características.
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