16 de junio de 2015

La intención es la que cuenta. O no



Lo admito. No puedo evitar que una y otra vez me olvide de mis propósitos y siga cuestionándome algunas cosas de la serie, especialmente las licencias que se permiten y las incoherencias en las que incurren. Claro que no hay que darle más importancia de la que tiene, tratándose de una ficción y sin más propósito que el de entretener. Y me imagino que el 99 por ciento de l@s espectadores lo ven así. Pero cuando una se propone hablar con más profundidad de lo que se cuece en la pantalla, es inevitable que surjan preguntas y salgan a la luz temas que despiertan perplejidad por la deriva que llevan. 
Ahora estamos ante el tema de la intencionalidad. Y existe una discrepancia flagrante en lo que se da actualmente. O lo que es lo mismo, pero poniéndole nombre, entre la actual situación de Francisca y el intento de asesinato de Amalia por parte de Inés. 
Según el diccionario “intencionalidad” es “Carácter intencionado o deliberado con que se realiza una cosa”. Claro que hay que puntualizar que esto de por sí no es punible, salvo en algunos casos en los que ya entra el concepto de delito y en sus diferentes variantes. 
Antes de continuar he de dejar claro que no pretendo justificar a Francisca, ni a nadie en su misma situación. Porque el caso es que si existió intencionalidad de llevarse el dinero fuera del país, y si acabó echándose atrás no fue por escrúpulos o solidaridad, ni siquiera por temor a la ley, sino porque llegó a tiempo de evitar ser estafada. Nada indica que de no haber sido así no hubiera culminado su propósito de evadir dinero a un paraíso fiscal. 
Y aquí existe mi pregunta de si en este supuesto la intencionalidad ha de ser considerada delito. Pero si acaba siendo juzgado como tal, entiendo que la pena no habría de ser la misma que si se hubiera consumado el propósito. Sin embargo vemos como la justicia ha caído sobre Francisca sin siquiera pararse en si existe realmente infracción de la ley y saltándose además la presunción de inocencia, que es algo que ésta tendrá que demostrar. Y que supongo podrá hacer, aunque es claro que habrá un antes y un después, y que va a quedar marcada para siempre. 
Sin embargo en el hecho del intento de Inés de acabar con Amalia la intencionalidad si era manifiesta, incluso corroborada por la misma autora de los hechos. Por lo que es difícilmente explicable que de buenas a primeras haya sido exonerada por unos hechos que son claramente delictivos. Y ya no entro en el tema del asesinato consumado de Melchor, ni la falta aparente de conciencia de la chica. 
Y ahora es cuando debo decirme que esto es una ficción, cuya pretensión probablemente no es más que la de entretener y que, por lo tanto, las licencias no tendrían que suponer nada especial, aunque creo que si pueden ser cuestionadas. Pero aunque pienso que lo coherente seria que Inés fuera castigada, es claro que no puede cumplir una larga condena porque significaría su desaparición de la serie. Como si sucedió por cierto con Fernando, por unos delitos también en fase de tentativa. 
Vuelvo a decirlo. Creo que fue un error incurrir en esta situación de Amalia e Inés, porque trasladan el hecho de que cualquiera puede tomarse la justicia por su mano y salir impune (creo que es suficiente con que suceda una y otra vez con la doña. Excepto sorprendentemente en el caso menos delictivo que se le puede achacar). Nunca hechos del calibre anteriormente citado pueden ser justificables, aunque sean presuntamente motivados por la lucha por un hijo, o porque los lleve a cabo alguien a quien todos consideran una buena persona. (Seguro que en las prisiones hay montones de buenas personas que han cometido un error, pero tienen que pagar porque ello no las libra de cumplir una condena). 

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