
Lo admito. No puedo evitar que una y
otra vez me olvide de mis propósitos y siga cuestionándome algunas cosas de la
serie, especialmente las licencias que se permiten y las incoherencias en las
que incurren. Claro que no hay que darle más importancia de la que tiene,
tratándose de una ficción y sin más propósito que el de entretener. Y me
imagino que el 99 por ciento de l@s espectadores lo ven así. Pero cuando una se
propone hablar con más profundidad de lo que se cuece en la pantalla, es
inevitable que surjan preguntas y salgan a la luz temas que despiertan
perplejidad por la deriva que llevan.
Ahora estamos ante el tema de la
intencionalidad. Y existe una discrepancia flagrante en lo que se da
actualmente. O lo que es lo mismo, pero poniéndole nombre, entre la actual
situación de Francisca y el intento de asesinato de Amalia por parte de
Inés.
Según el diccionario “intencionalidad”
es “Carácter intencionado o deliberado con que se realiza una cosa”. Claro que
hay que puntualizar que esto de por sí no es punible, salvo en algunos casos en
los que ya entra el concepto de delito y en sus diferentes variantes.
Antes de continuar he de dejar claro que no pretendo justificar a
Francisca, ni a nadie en su misma situación. Porque el caso es que si existió
intencionalidad de llevarse el dinero fuera del país, y si acabó echándose
atrás no fue por escrúpulos o solidaridad, ni siquiera por temor a la ley, sino
porque llegó a tiempo de evitar ser estafada. Nada indica que de no haber sido
así no hubiera culminado su propósito de evadir dinero a un paraíso
fiscal.
Y aquí existe mi pregunta de si en este supuesto la
intencionalidad ha de ser considerada delito. Pero si acaba siendo juzgado como
tal, entiendo que la pena no habría de ser la misma que si se hubiera consumado
el propósito. Sin embargo vemos como la justicia ha caído sobre Francisca sin
siquiera pararse en si existe realmente infracción de la ley y saltándose
además la presunción de inocencia, que es algo que ésta tendrá que demostrar. Y
que supongo podrá hacer, aunque es claro que habrá un antes y un después, y que
va a quedar marcada para siempre.
Sin embargo en el hecho del intento de Inés de acabar con Amalia
la intencionalidad si era manifiesta, incluso corroborada por la misma autora
de los hechos. Por lo que es difícilmente explicable que de buenas a primeras
haya sido exonerada por unos hechos que son claramente delictivos. Y ya no
entro en el tema del asesinato consumado de Melchor, ni la falta aparente de
conciencia de la chica.
Y ahora es cuando debo decirme que esto es una ficción, cuya
pretensión probablemente no es más que la de entretener y que, por lo tanto,
las licencias no tendrían que suponer nada especial, aunque creo que si pueden
ser cuestionadas. Pero aunque pienso que lo coherente seria que Inés fuera
castigada, es claro que no puede cumplir una larga condena porque significaría
su desaparición de la serie. Como si sucedió por cierto con Fernando, por unos
delitos también en fase de tentativa.
Vuelvo a decirlo. Creo que fue un error incurrir en esta situación
de Amalia e Inés, porque trasladan el hecho de que cualquiera puede tomarse la
justicia por su mano y salir impune (creo que es suficiente con que suceda una
y otra vez con la doña. Excepto sorprendentemente en el caso menos delictivo
que se le puede achacar). Nunca hechos del calibre anteriormente citado pueden
ser justificables, aunque sean presuntamente motivados por la lucha por un
hijo, o porque los lleve a cabo alguien a quien todos consideran una buena persona.
(Seguro que en las prisiones hay montones de buenas personas que han cometido
un error, pero tienen que pagar porque ello no las libra de cumplir una
condena).
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