18 de junio de 2015

Se vuelven las tornas

Pues no lo siento en absoluto y no me da ninguna pena que Francisca haya sufrido un revés y ahora esté asustada. Ha paseado su soberbia por estos mundos durante años, ha cometido mil desmanes impunemente, ha humillado y abusado de su posición, así que una cura de humildad le vendrá de perlas.
De hecho aún sigue demostrando una actitud caciquil de lo más subido de tono. Tanto que incluso Mauricio parece cuestionarla, básicamente porque a diferencia de ella conoce muy bien el otro lado de la situación y sabe a lo que se enfrentan los obreros y empleados. Por lo demás, gente explotada sin ningún escrúpulo, que no tiene por qué estar agradecida por el hecho de recibir un mísero jornal que se ganan con su esfuerzo. Parece que la doña olvida que sus empleados no son animales de carga sino personas, y que tienen familias que sustentar, que el pan no cae del cielo.   
Y que Severo se aprovecha de la situación, es cierto. Pero solo sería reprochable hasta cierto punto, si se limitara a regodearse viendo como la doña cae en desgracia, y se cruzara de brazos ante los daños colaterales. Por cierto, ¿alguien duda de cuál iba a ser la actitud de Francisca si la situación fuera a la inversa? Pero Severo carga con las consecuencias de sus actos y piensa en los demás. Además de que, aunque su actitud pueda parecer interesada, el caso es que él y Carmelo han demostrado en otras ocasiones su generosidad, además de que tienen conciencia (cierto que la misma de la que se olvidan cuando se trata de la doña, algo perfectamente comprensible). Lo que es casi seguro es que a los trabajadores a los que pretenden ayudar no se van a cuestionar los motivos si ello les permite seguir llevando el sustento a sus familias, sin obviar que cualquier atisbo de lealtad (que la doña no ha hecho nada para merecer) no les va a llevar comida a la mesa.  
De todas maneras y dando por hecho que Severo está detrás de toda esta situación, y aún considerado la venganza como algo no muy loable, ¿quién puede censurarle que desee hacer pagar a la doña los daños infringidos a él y a su familia, y que utilice los medios que tiene a su alcance? Además en este “juego” de venganzas, en el que la doña es una experta, Severo establece una diferencia sustancial porque sus métodos no son cruentos. Aunque igual de efectivos, ya que ha sabido dirigirlos directamente a la línea de flotación. Y por mucho que las cosas se vuelvan a enderezar para la doña, nunca volverá a ser lo mismo, porque su reputación ha quedado marcada para siempre. Aunque se demuestre su inocencia, es más que probable que su poder e influencia dejen de ser lo que eran.
Y aunque evidentemente no se da cuenta, Francisca está perdiendo otra cosa: sus empleados están dejando de tenerle miedo. El mejor ejemplo, Fe. Lo cierto es que ésta ha dejado claro en multitud de ocasiones que lo único que espera de la “Paca “es un jornal, y que su lealtad no pasa de las puertas de La Casona. Pero realmente hoy lo ha demostrado y ha estado magnífica, dando un paso al frente y defendiendo sus derechos y los de sus compañeras.
¡¡Bravo por las mujeres con coraje!!

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