11 de junio de 2015

Culpable mientras no se demuestre lo contrario

Supongo que por un lado habrá quien se haga preguntas, y por el otro quien no se cuestiona lo que se hace o dice en la serie. Las dos opciones son igual de válidas, especialmente al tratarse de un producto de entretenimiento que, en este caso, además bucea en cuestiones reales. Evidentemente no pueden alejarse mucho de ello sin exponerse a que las historias no sean creíbles, pero si además introducen temas de la realidad cotidiana de la época, es claro que dan más calidad y realismo. Y considero que no es de recibo que además ello tenga que ver con situaciones que no distan mucho de lo que sucede actualmente.
El poder y el dinero parece que no saben de edad ni época, y que los manejos al margen de la ley, entonces y ahora, están a la orden del día: alcaldes corruptos y prevaricadores anclados a su poltrona, gente con poder económico que compra voluntades, políticos que se venden, poderosos que se aprovechan de su estatus para alcanzar privilegios, defraudadores,……..Y gente que, aún en esta tesitura, siguen gozando del favor popular, algo que no deja de causar bochorno. El último caso el de una tonadillera que fue jaleada al salir de la cárcel, después de cumplir parte de su condena por fraude fiscal.
También es cierto que, aunque quizás no en todos los casos, la maquinaria del estado acaba pillando a los infractores, pero aquello de que la justicia no es igual para todos acaba prevaleciendo en muchos casos. Un buen abogado, y mucho dinero encima de la mesa, puede hacer que una condena sea mucho más leve que para alguien que ha robado, por ejemplo, productos en un supermercado (aunque sea para dar de comer a sus hijos). No existe la proporción delito y pena para los poderosos, o al menos esta es mi percepción.
Así que no me hago muchas ilusiones con la doña. Va a pasar una mala época al estar en el punto de mira, y probablemente va a perder por el camino parte de su influencia, pero no creo que acabe con ella. Quizás tenga que contestar muchas preguntas, y también renunciar a buena parte del estatus del que gozaba, pero no creo que por el camino pierda también todo su dinero. Por cierto, desconozco como era el funcionamiento de Hacienda en aquellos tiempos, y no sé si es una licencia o realmente era así, pero retener todos los bienes a alguien sin informar antes al interesado/a me parece que no es el procedimiento (que alguien me corrija si no es así), pero en este caso sería lo mismo que afirmar que alguien es culpable mientras no se demuestre lo contrario, y que por lo tanto se ha pasado por alto la presunción de inocencia. De hecho tampoco es que una vez notificado/a pudiera hacer nada con su dinero, porque entonces sería alzamiento de bienes y otro delito a añadir.
Lo que sí me parece claro es que después de esto, habrá un antes y un después. Y que a Francisca, aun consiguiendo demostrar su inocencia, le va costar buena parte de su fortuna el defenderse de las acusaciones. Además de perder la tranquilidad, y probablemente la felicidad.  
Por cierto, es posible que Severo tenga que ver con esta situación, pero no hay que olvidar que hay otros que se la tienen jurada a la doña, entre ellos la tía de la que no recuerdo el nombre. Incluso en días pasados se dejó caer que Raimundo hacía llamadas y mandaba telegramas, aunque me parece demasiado retorcido, incluso para PV.  

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