Intento
meterme en la piel de Sol y tratar de entender el porqué de su comportamiento
cerril.
Claramente el
motivo principal de su enfado es haber sido arrancada a la fuerza del lugar
donde vivía y llevada a un sitio que le es extraño, permaneciendo además recluida
en contra de su voluntad. Esto, en circunstancias corrientes, por si solo ya es
un motivo para entender su proceder. Además es una mujer madura, que ha de ser
capaz de tomar sus propias decisiones, y en esto Severo está actuando de manera
egoísta anteponiendo sus propios sentimientos y convicciones a cualquier otra
consideración.
Sin embargo
creo que las intenciones de éste son buenas, no así el método empleado. Y creo
que de verdad quiere a su hermana y desea lo mejor para ella. Pero que es
evidente que ello no pasa por aceptar saberla entregando su cuerpo a cambio de
dinero, y asimismo expuesta a situaciones como malos tratos, vejaciones, extorsión
o enfermedades de transmisión sexual. Esto
no es vida para ella, ni lo tendría que ser para ninguna persona.
Es posible
que Sol no haya tenido muchas alternativas antes de llegar a este punto en el que se encuentra, aunque
nunca podría ser una justificación, porque no todas las mujeres en las mismas
circunstancias acaban prostituyéndose. Y además lo que le reprocha a su hermano
también podría hacérselo a sí misma, ya que no parece que por su parte haya
hecho nada para encontrarle y buscar su ayuda. Por lo que se sabe, Severo
es una persona muy conocida, lo mismo que sus productos, por lo que no tendría
que haber sido muy difícil dar con su paradero. Así que la única explicación es
que siente que su hermano la abandonó cuando más lo necesitaba, y su
resentimiento la ha llevado a olvidarse
de él, después de aprender, llevada por la necesidad, a valerse por sí misma.
Pero lo que
más me cuesta entender es que aparentemente no quiera renunciar a la vida que
llevaba, aunque es difícil decidir cuánto hay en su actitud de rabieta, o por
el contrario, de convicción. Tampoco es que le estén pidiendo que se deje
deslumbrar por las riquezas y la vida muelle que le proporcionaría su hermano,
pero el caso es que el destino le pone delante una oportunidad de oro para escapar
de su jaula y ser libre, además de gozar de una estabilidad que en un
prostíbulo, aunque sea de lujo, está lejos de ser una posibilidad. Porque
también este lugar es una cárcel y está sometida a un carcelero, además de que
aunque ahora aún le parezca lejano, también depende de otra prisión igual de
tangible como es su propio cuerpo y el implacable paso del tiempo que, tarde o
temprano, va a acabar con su lozanía y dejándola posiblemente en la cuneta.
¿Qué considera
el lupanar como su casa? Quizás ella haya acabado considerándolo así, pero el
caso es que ha conocido lo que es un hogar y una familia, así que difícilmente
puede referirse a este sitio más que como el lugar donde vive, pero en el que
no se encuentra ni cariño, ni calor familiar, ni siquiera un núcleo al que
sentirse unida. Es cierto que alguien independiente (o al menos es lo que ella al
parecer cree) puede hacer su vida pensando que puede prescindir de todo ello,
pero como decía John Donne “Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre (o
mujer) es un pedazo
de un continente, una parte de la Tierra”. Y Sol ha de descubrir que no está
sola, y que si tiene quién la quiere por sí misma, no por lo que es.
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