2 de junio de 2015

Felicidad o normas establecidas: esta es la cuestión

Algo ha quedado patente: el poder de la iglesia para erigirse en fustigador y velador sobre la moral y las buenas costumbres que la sociedad impone. Algo que tampoco ha cambiado tanto, a pesar de haber pasado varias décadas desde que se sucede la acción. Aunque lo que sí creo que ha cambiado es la manera en que las personas lo perciben y lo aceptan. Al menos en gran parte del primer mundo.
El fuego del infierno y la amenaza de perder la paz eterna no creo que actualmente sirvan para amedrentar a nadie, salvo a los más fervientes devotos. La libertad personal se impone a los dictados externos que podrían venir de una institución cuyos máximos dirigentes todavía dan consignas retrogradas, que parecen ancladas en otros tiempos. Por supuesto sin generalizar, porque también en la iglesia católica (y en todas las demás confesiones) existen quienes viven a pie de calle y conocen la realidad.
Aunque D. Anselmo sea un sacerdote que en múltiples ocasiones ha mostrado un grado de tolerancia no muy acorde con la mentalidad de la época en la que trascurren los hechos, el caso es que no puede evitar meter baza en temas que no tendrían que pasar del terreno personal. No en vano representa a unos de los poderes que manejaban los hilos.
De todas maneras, quien vive en un pueblo pequeño (como es mi caso y el de PV) sabe que aún en el momento actual, está más expuesto al escrutinio popular que alguien de ciudad cuyo anonimato está casi garantizado. Así que sólo resta escoger entre decidir por una/o misma sin tener en cuenta la opinión de los demás, o dejarse condicionar por lo que dirán.
Y en el caso de Hipólito y Gracia además hay otro tema. Está en juego la felicidad de ambos, en contraposición a las normas establecidas. Sin contar que además son personas ajenas a los interesados quienes pretenden decidir por ellos.
¿Qué es más importante, dejar escapar la posibilidad de ser feliz, o acatar unas pautas de moral pensadas para coartar la libertad de las personas?

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