Dicen que el amor logra ganar muchas
batallas y derribar muchos muros, pero parece que también puede conseguirlo una
amistad profunda y sincera.
Porque ha sido cuando Carmelo ha
estado en peligro, cuando Severo se ha dado cuenta de que la amistad de éste
seguía estando por encima de todo, que Carmelo seguía ahí a su lado, y que su
apoyo incondicional es lo único de valor que ha tenido desde que ambos eran
niños. Además que estos lazos fraternales les han permitido crecer y asentarse en
su actual posición.
De hecho se ha evidenciado de manera
cristalina que los vínculos que les unen son más fuertes que cualquier obstáculo
que se pueda interponer en su camino, y que estos lazos podrían ser considerados
mucho más que de una amistad entrando casi en la categoría de hermanos, no de
sangre, pero sí de corazón.
Mientras no exista nadie más, y con
ello me refiero a la posibilidad de que encaucen sus vidas por separado con
otras personas, siempre se necesitarán y tendrán el uno al otro. E incluso
aunque se dé este caso.
Aunque me sigue sorprendiendo que se dé
la impresión que ambos han optado por aceptar la vida que tienen ahora, sin
plantearse otros escenarios para el futuro. Estos días pasados Severo hablaba
de dejar todo a su hermana, sin siquiera imaginar la posibilidad de dejarlo a
una hipotética descendencia. Y el caso es que él y Carmelo son dos hombres
jóvenes que todavía disponen de toda una vida por delante (siempre que la
Montenegro lo permita), y que pueden tener otros horizontes, aparte de intentar
prosperar en los negocios. Esto último no tendría por qué ser una meta, sino un
medio.
No creo que el trabajo les dé felicidad,
sólo ocupa su tiempo. Porque ni Severo ni Carmelo parecen los típicos empresarios
que sólo viven para acumular dinero y poder. Creo que les falta algo más, y
esto sólo lo podrán encontrar mezclándose con la gente, y buscando su propio
lugar en la vida en el que intervengan más los sentimientos y no tanto otras
cosas más superficiales o materiales.
Y ya que estoy metida y dando vueltas
antes de llegar a la cuestión, mejor me tiro de cabeza. ¿Qué tal si van pensando
otra vez en la posibilidad de incluir a Candela en esto? Eso sí, sin que se vuelva
a convertir en un hombro en el que apoyarse, o al menos que sólo lo haga en
parte. Todos merecen ser felices, y especialmente Candela.
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