5 de mayo de 2015

Amor o deseo. Esta es la cuestión.

Partiendo de la base que solo l@s espectadores conocemos quien es y cómo se conduce la verdadera Amalia, me parece que Inés y Bosco tampoco están a la altura.
Es cierto que Bosco no es feliz en su matrimonio, pero una persona responsable carga con las consecuencias de sus actos. Y mientras no se sepa la verdad, está comprometido con su esposa y su hijo. Al que, por cierto, no sé si tiene muy en cuenta, pues de ser Beltrán realmente el hijo de Amalia y dejándose llevar por el deseo más que por la razón, Bosco está dejando de lado el bienestar del niño. Incluso ha llegado a plantearse huir con su amante, sin pensar en las consecuencias que ello puede acarrear para Beltrán.
El caso de Inés no es que sea mucho mejor. Aceptar ser la amante de un hombre casado, por mucho que diga quererle, significa que, olvidando todo escrúpulo, está dispuesta a quitarle el marido a otra mujer. La legitima. Y también apartar a un niño de su madre (puntualizo que estoy hablando desde la perspectiva de quien no conoce la verdad).
Por supuesto no pierdo de vista que esto es una novela, y que saltarse algunos pasos es una licencia que se pueden permitir en aras a dar más dramatismo a la acción. Pero en la vida real creo que esto sería muy diferente, más cuando la amante vive en la misma casa que la pareja, y todos son conscientes de lo que existe.
Y es cierto que Amalia es insoportable y que tod@s la toleran solo porque es la esposa de Bosco, pero precisamente esto último es el quid de la cuestión. Su unión está legitimada por la ley y la iglesia, y por mucho que tod@s se alineen con Inés y deseen su felicidad, ahora mismo nada cambia que la relación de la chica con Bosco es imposible. Y que repudiando a Amalia y dejando que se reconcoma sola, lo único que consiguen es que ésta sea más infeliz y aumente su desquiciamiento. (Vuelvo a remarcar que ahora mismo nadie ni siquiera sospecha lo que hay detrás de la apariencia de ésta). Por supuesto no es que Amalia me produzca lástima, porque en realidad mucho de lo que le sucede es consecuencia de sus actos, pero puedo entender sus celos y su frustración al ser consciente de que el amor de su esposo es para otra, y que no puede cambiar esto.
Pero volviendo a los amantes ¿es legítimo anteponer los sentimientos a todo lo demás? ¿Qué sentimientos unen a Inés y Bosco?
En mi opinión esta relación ha sido presentada como una relación más carnal que otra cosa. Ya lo he dicho en otras ocasiones: Bosco e Inés no se conocen, no han compartido nada más que unos momentos de pasión y poco más (no olvido que tienen un hijo, pero sólo ha sido consecuencia de esto último, no exactamente del deseo de tenerlo, ni de una decisión meditada). Es posible que ahora sus sentimientos mutuos hayan empezado a echar raíces, pero sigo pensando que entre ellos no existe una línea clara entre el amor y el deseo, porque el amor ha de estar basado en el conocimiento real de la persona y esto requiere un tiempo que no han tenido, mientras que el deseo procura la satisfacción inmediata y la necesidad de estar con la persona lo más cerca, oscuro y alejado de la gente posible.  
También es cierto que esta situación, o parecida,  ya es recurrente en las parejas de PV, y que la idea del romanticismo se cuela ante cualquier consideración. Además de que los lazos del matrimonio en esta serie son casi volátiles y en muchos casos solo un “problemilla” menor, que se suele resolver quitando de en medio al que sobra, habitualmente por la vía directa.
Pero lo que es realmente sorprendente es que pretendan hacer creer que en una época en la que las mujeres no tenían capacidad de decisión y el estigma social caía sobre la que se atrevía a saltarse las normas, casi todas ellas tengan otra vida, y sus familias una tolerancia digna de mención.
Creo en la libertad de la persona y su libre albedrío. Y también creo que todo el mundo tiene derecho a equivocarse e intentar rehacer su vida, pero no creo que estas ideas estuvieran muy arraigadas en 1922, salvo en algunos casos concretos de personas con posibles, que no tuvieran que depender del escrutinio popular. En un pueblo en el que se conocen todos, saltarse las conveniencias dictadas por los hombres y una poderosa iglesia, debía ser poco menos que impensable.
Solo una última consideración, aunque ya lo he dicho con anterioridad en otros comentarios, Creo que Inés y Amalia están inexorablemente ligadas la una a la otra. Si desaparece Amalia, el papel de Inés queda en casi nada, porque ésta encarna a un personaje que no tiene un carácter especial, y considero que está limitado a ser la mujer, la amante, la madre de…..con lo que solo pasaría a convertirse en otro elemento de decoración en el Jaral. Como desgraciadamente les sucede a Rosario y Candela

2 comentarios:

  1. Hola Ana, en mi caso soy mas subjetiva con Ines y Bosco, hubiera querido que se desarrolle la trama de otra manera, pero no ha sido asi, aunque pienso que los enamoramientos se pueden dar a primera vista como tambien a larga vista, incluso a vista super larga, que paseis un buen dia, saludos.

    ResponderEliminar
  2. Opino lo mismo, la relación de Inés y Bosco cansa un poco, cada conversación es igual a la anterior, y cuando Amalia desaparezca (si es que lo hace) no sé en qué quedará Inés. En los casos de muchas parejas de PV cuando tienen algún problema siempre queremos que se solucione, como con Alfonso y Emilia o Mariana y Nicolás, para dejar paso a la tranquilidad y la felicidad. Pero en el caso de Inés y Bosco, en mi opinión, es más interesante cuando tienen algún problema.

    ResponderEliminar