30 de septiembre de 2015

Tapando mentiras con medias verdades

No creo que este sea el camino, tapar una mentira con una media verdad.
Alfonso ha perdido la oportunidad de ser sincero del todo, y confiar en lo que le une a Emilia. Pero se ha portado como un cobarde, además de manipular los sentimientos de Emilia,… y ello le ha de pasar factura.
Alguien se preguntaba si es posible perdonar una infidelidad. Y admito que no sé cómo reaccionaría en este caso, porque puede haber muchos factores que condicionen el perdón, desde el arrepentimiento sincero, el propósito de enmienda (que tampoco implica necesariamente que, en caso de tentación, no se vuelva a caer), la recuperación de la confianza,… y lo que une con el otro, que si es fuerte puede vencer todos los obstáculos.
Pero lo que es evidente es que una infidelidad es algo que siempre estará ahí, que no se podrá borrar por mucho que se ponga tierra encima. 
Además creo que Alfonso ha cometido otro enorme error al no sincerarse. Porque Emilia ha vuelto a ser engañada. La verdad es que la escena de la “reconciliación”, que para algunos ha tenido tintes sublimes, para mí ha sido solo un ejercicio de hipocresía por parte de Alfonso, que ha tapado su desliz con una excusa banal. Que es cierto que fue el detonante de todo este proceso, por otra parte algo que nadie acabó de entender y mucho menos justificar, pero que no es excusa para lo que ha sucedido después. De hecho nada lo justifica, excepto el simple deseo carnal. Y lamento ser tan dura con el hombre, pero es que difícilmente conseguirá por mi parte recuperar el concepto que tenía anteriormente de él. Y mucho menos después de ver cómo ha vuelto a mentir a la mujer a la que dice amar desde siempre, pero a la que no ha tenido el suficiente respeto para serle fiel .
Además me ha dado la sensación de que encima ha puesto un tupido velo sobre el tema, como si los remordimientos hubieran dejado de existir y pretendiera olvidar todo para siempre. Como si la relación con Hortensia hubiera sido algo que sucedió en sueños y que una vez despierto ya no existiera.
Pero si existe, y ya se encargará el chantajista de hacérselo saber. 

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