16 de septiembre de 2015

Cruzar la línea

Debo ser un bicho raro, pero lo cierto es que no necesito que alimenten mi morbo para encontrar interesante una serie. Creo que hay muchas otras razones para verla sin tener que depender de este recurso, especialmente cuando se puede distinguir perfectamente esto de lo que son las expectativas. Que aunque son términos que a veces se podrían confundir, considero que son dos cosas muy diferentes.
Pero no me considero una mojigata y puedo soportar escenas subidas de tono, aunque por supuesto es más fácil verlas si además están hechas con buen gusto y no sucede como con algunas de las que estamos viendo.

Me estoy refiriendo al tema de Alfonso, que admito me produce incluso un irracional dolor a la vista, por no hablar de repulsa directamente. Además con excusas que suenan vacuas y sin ninguna credibilidad, que parecen solo una mera autojustificación. Porque si realmente creyera lo que dice, no seguiría adelante, y mucho menos encima haciendo recaer las culpas en otro, en este caso a Emilia.
Y el paso que han dado con este personaje creo que ya no tiene vuelta atrás. Difícilmente en adelante se podrá mirarlo sin que venga a la retina su comportamiento actual y su facilidad para caer en la tentación. Ya no puede hablar de que no quiere traicionar a su esposa, cuando ya ha cruzado la línea en la que se establece esto, aunque parece que él cree que aún tiene vuelta atrás si no llega a consumar el adulterio. Nada más lejos de la realidad, porque desde el momento en que ha puesto los ojos en otra mujer, buscado el contacto físico con ella y dedicado atenciones que nada tienen que ver con el trato normal, el adulterio ya existe.
Es cierto que ha habido otros en PV y podría parecer que estoy aplicando doble rasero. Y la verdad es que cuesta justificar cualquier modo de adulterio, aunque a veces puede llegar a ser comprensible que ante situaciones extremas alguno de los componentes de la pareja busque la felicidad por otro lado. Este fue, por ejemplo, el caso de Maria, infelizmente casada con un hombre violento, mientras amaba a otro hombre. O el caso actual de Hipólito, que a pesar de su estado civil no ha dudado en agarrarse a la felicidad que se ha cruzado en su camino en la persona de una encajera. Pero en el caso de Emilia y Alfonso aparentemente no existía ningún condicionante para que se rompiera algo que parecía bien asentado, pues hasta hace bien poco eran la imagen de una pareja bien avenida, estable, incluso aburrida. (Por cierto, si se pretende usar esto último sería una excusa patética para justificar el arrebato, por llamarlo de alguna manera, de Alfonso).
Solo un último inciso, volviendo al principio. Creo que es posible hacer escenas algo más explicitas sin llegar a rayar lo pornográfico (quizás esta palabra es muy extrema, pero no encuentro otra definición que se ajuste).
Y esto lo hemos podido comprobar recientemente con Lucas y Sol inmersos en una situación íntima que creo que han llevado con exquisita delicadeza, en la que la ternura y la pasión se han expuesto a partes iguales sin caer en excesos. Casi la misma escena que vimos en el pasado con Martín y Maria, en la que las sensaciones fueron parecidas. Lo que demuestra que sí que es posible hacer las cosas de otra manera.  
Aunque también me pregunto si no interviene en ello la manera de hacer las cosas de los mismos actores. Pero esto ya es otra discusión. 

2 comentarios:

  1. "Aunque también me pregunto si no interviene en ello la manera de hacer las cosas de los mismos actores. Pero esto ya es otra discusión". Pues te invito a desarrollar esa discusión en otro post, Anna, porque lo que a mí me sugieren tus palabras - y te pido disculpas si me equivoco - es una falta de respeto increíble hacia el trabajo de Fernando Coronado, quien como actor no tiene otra que interpretar el guión que le dan (le encuentre sentido o no, le guste o no lo que hacen con su personaje). Un saludo.
    PD. Ops, he borrado sin querer mi propio mensaje.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar.
      Quizás no me he expresado muy bien. Por supuesto entiendo que los actores y actrices hacen el papel que les encomiendan, que a veces es poco lucido. Pero el comentario no es ninguna critica, solo es que creo que a pesar de que representan una ficción, también aportan algo de ellos mismos.Y por muy profesionales que sean, hay algunas situaciones que unos sacan mejor que otros.

      Eliminar