26 de septiembre de 2015

Negros nubarrones en el horizonte

Es un hecho que en la vida real hay personas con una mente muy retorcida, capaces de las mayores aberraciones.
Por ello no tendría que ser una cosa inusual que en PV aparezcan sujetos de este calibre, ya que tampoco se trata de estar al margen de la realidad y evitar entrar en estos temas. Aunque, en mi opinión, el límite razonable de malvados que han hecho recalar en este pueblo se ha sobrepasado con creces, y la frecuencia con la que aparecen tres cuartos de lo mismo.
Sin embargo lo peor es que se ensañen con una profesión, la de médico, que a tenor de lo visto acabará teniendo peor consideración que el peligro de andar por una cornisa a treinta metros de altura y sin protección. Ni aunque, como en el caso de Lucas, el problema no sea él, si no que sea la víctima.
Pero esto solo lo sabemos, de momento, los espectadores. Y una cosa es lo que es y otra lo que puede parecer a los ojos de la gente. Es evidente que para Lucas se avecinan tiempos difíciles, y no solo por su angustia al no saber en qué ha fallado supuestamente, si no por algo mucho peor.
En realidad puedo hablar de ello porque las diferentes páginas de la serie ya se han hecho eco de la acusación de asesinato que le va a sobrevenir, por lo demás absolutamente previsible. Pero no solo esto, sino que también lo es que va a tener que ver como antes es acusado sin juicio previo. Porque en PV (y quizás también en la vida real) se tiende a ser muy olvidadizo y estigmatizar pronto a la gente. No basta con la entrega, generosidad o bondad, si existe la más mínima sombra de duda, sea razonable o no.
Y no es razonable que Lucas haya acabado con la vida de un niño, después de luchar denodadamente durante semanas para que recuperara la salud, y lo consiguiera. Hasta que una mano negra decidió que éste se convirtiera en chivo expiatorio de algo que desconocemos.  
Otra cosa es la actitud de la madre. Por supuesto puedo entender que la mujer, cegada por el dolor, se deje arrastrar por las palabras de un anónimo que le da una respuesta (equivocada) a algo que no tiene explicación. Y además, si ya no es fácil aceptar la muerte de un hijo, menos lo debe ser después de haber visto que sus renacidas esperanzas se han roto abruptamente. Así que es difícil juzgarla por su actitud porque quizás la situación no le permita pensar con claridad, pero aun así se le puede censurar que ni siquiera se haya planteado que hay detrás del anónimo y como quien sea puede tener esta información.
Lo que es claro que se avecinan días negros para Lucas. Aunque no dudo que también tendrà el firme apoyo de Sol y de todos sus amigos. Porque quien conoce a Lucas sabe muy bien que no puede ser capaz de hacer nada malo, ni siquiera de cometer un error que lleve a tan fatídico desenlace

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