A medida que
transcurría el capítulo me iba invadiendo una sensación que más tarde me ha
confirmado involuntariamente mi madre con un comentario así de pasada. “¡Ahora
resulta que la doña parece estar volviéndose buena!”
Es cierto que
también me lo ha dicho con sorna, porque ella, como creo que muchos, no acaba
(acabamos) de creer que después de cuatro años de arrasar a diestro y a siniestro,
sin reparar en nada ni nadie, Francisca se haya convertido de pronto casi en
una hermanita de la caridad (dicho con todo el respeto a este colectivo).
Pero lo peor
es que casi a renglón seguido, se mostraba un Severo dispuesto a todo para
vengarse, como si se buscara que, cambiando las tornas, Francisca parezca más humana y Severo más malvado.
Y no me gusta
lo que parece están pretendiendo con él. Ponerlo a la altura de Francisca cuando tiene muchas cualidades con las que ha demostrado con creces que
anda muy lejos de ser como ella.
Por supuesto
hay que reconocer que esta venganza le ciega en cierta manera, que en estos
momentos se muestra despiadado, sin que le asalte su conciencia. Y que parece
dispuesto a todo para consumarla, convencido de que hasta que lo consiga no
tendrá reposo. Quizás esto sea reprochable y con el tiempo le puede pasar factura tanto en el terreno anímico, como seguramente (si la doña recupera algo
de poder) en el físico. Aunque lo que nadie puede negar es lo que representa
este personaje, porque hasta ahora nadie había conseguido hacer morder el polvo
a Francisca, algo que tanto espectadores como las gentes de PV han demandado
sin éxito durante cuatro años.
Otro tema es
Bosco y su acercamiento a Francisca. Dejando aparte lo que pienso de este tema
y de la también ceguera del chico, que a pesar de que conoce lo que ha hecho su
abuela con sus padres, hermanos, familia y también a Inés, además de todo bicho
viviente que se haya tenido la desgracia de interponerse en su camino, parece haber pedido la memoria
por completo (¿es posible que el árbol también le cayera sobre la cabeza?),
creo que Severo tiene motivos sobrados para sentirse decepcionado. Pero evidentemente
no puede mandar en los sentimientos de Bosco, ni decirle lo que tiene que
hacer, ni impedirle que se acerque a quien desee, aunque él piense que puede
volver a sufrir algún daño.
Y entiendo
que habrá quien interprete esto como que Severo ha perdido un aliado contra
Francisca, y que todo lo que ha hecho hasta ahora es para manipular al chico en contra de
su abuela. Pero si se piensa así, creo que es totalmente injusto.
Quizás en un principio hubiera algo de todo ello, pero estoy convencida que con el tiempo ha acabado considerándolo un amigo y que su preocupación por el chico es sincera, incluso adoptando algo parecido a
responsabilidad hacia él. De hecho, a estas alturas pienso que pocos dudan que, por
ejemplo, todo lo que hizo por Inés no fuera altruista. Porque de no ser así no
tenía por qué haberse molestado en mover un dedo, ni gastar dinero; simplemente
bastaba con aceptar el veredicto de Lucas y dejar que el tiempo hiciera el
resto. Otra muestra de buena voluntad también fue la propuesta de unir la
producción de las dos fincas, que por supuesto era beneficiosa para él, pero
que también traía prosperidad al Jaral (aunque fuera en detrimento de La Casona,
pero no se puede ganar siempre). Un contrato que Bosco rompió de manera
unilateral y por lo que Severo tendría que estar resentido, aparte del
descalabro económico que le supone. Sin embargo ha demostrado que la amistad está por encima de todo esto, al mostrarse realmente preocupado cuando Bosco ha estado en peligro de muerte, y comprobar que casi no se ha movido de su lado.
Pero a partir de
ahora veremos cómo evoluciona esta relación. Es fácil deducir que Bosco en
algún momento se verá en la tesitura de tener que tomar partido entre su abuela y Severo, y tal como
pintan las cosas también es fácil encontrar la respuesta. Lo que no será tan
fácil es encontrar el encaje que, si sucede realmente como parece va a ser,
tendrán Candela y Rosario en esta historia. Aunque es evidente que no se van a
poner en el bando de Francisca.
Totalmente de acuerdo con tu análisis, Anna. Sería muy injusto si ahora quieren ponernos a Severo de malo, cuando ha hecho tantas cosas buenas por tantos en el pueblo. Francisca lleva cuatro años de maldades criminales, y por muy buena que sea la actriz, nadie lo duda, no convencerán a la audiencia de que se ha transformado en un alma generosa. Será una estrategia parecida a la de la catatonia, con la que al final no hubo cambio alguno. Desde que se fue Inés, la he vuelto a ver y me gusta la relación de Lucas y Sol, o de Hipólito con Gracia. Como en Puente Viejo todo puede pasar y volver a pasar, espero que Berta sea una desconocida hermana melliza de Amalia (como Angustias y Calvario), porque ésta y Bosco si tenían química. O que vuelvan buena a Amalia, total ésta chica lo que hizo sí fue por amor, y en ese pueblo la gente cambia de un día para otro. Ya sucedió con Olmo.
ResponderEliminarIrina
Deberían matar a Francisca y dar paso a un villano nuevo de una vez por todas. Total, los protagonistas buenos retirados se cuentan por más de media docena.
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