30 de agosto de 2015

Todas las mujeres valientes

No es algo generalizado, ni siquiera pasa de unos cuantos comentarios en las redes y básicamente siempre del mismo sector de la audiencia, pero aún así creo que debo romper una lanza por Candela y las otras mujeres, que han sido contrapuestas en negativo a la figura de Francisca por el solo hecho de que ella ha salido a buscar a Bosco y las demás han dejado que fueran las partidas quien hicieran este trabajo. Por cierto, puntualizar algo que parece haberse dejado de lado, con el evidente propósito de ensalzar aún más la acción de Francisca. Sin negar que su intervención ha sido decisiva para salvar la vida de Bosco y por ende la de Beltrán (ya no entro en el tema de que las partidas no lo han encontrado porque ella misma cuidó de desviar la atención), hay que destacar que nadie, ni siquiera ella, podía saber que Bosco se había accidentado y necesitaba ayuda. Así que cuando se lanzó al monte, es de suponer que su pretensión era intentar convencerlo para que depusiera de sus intenciones y volviera a casa, porque solo de haber intuido que Bosco estaba en problemas habría sido una enorme irresponsabilidad por su parte intentar solucionarlo ella sola.
Entiendo que esto es una serie y que en la vida real sería muy poco probable que se diera una situación de este tipo. Y me imagino, como todos lo que ven la serie, que el verdadero propósito es propiciar un acercamiento de Francisca y Bosco, algo que ya está provocando multitud de comentarios, la mayoría contrarios a ello. Nadie olvida lo que es y lo que ha hecho Francisca, incluido a su propio nieto al que dice querer, pero al que no dudó en hacer infeliz secuestrando a la mujer a la que amaba, y manteniéndole en la inopia sobre su verdadera familia.
Pero de lo que se trataba el comentario es la actitud de las otras mujeres, haciendo especial incidencia en Rosario y Candela. No creo que estas alturas haya nadie que pueda reprochar algo a estas dos mujeres valientes y corajudas, dispuestas siempre a darlo todo por los demás.
Y si de lo que se trata es de buscarle las vueltas, Francisca incluso puede salir perdiendo con las comparaciones, y no solo por el tema de su manera de proceder. Cierto que es una mujer de armas tomar, que ha tenido que bregar en un mundo dominado por el género masculino. Pero esto no la diferencia de Candela y Rosario, que en condiciones quizás incluso más difíciles, también se han visto abocadas a salir adelante por sus propios medios y sin hombre que las ayudara.
Lo que si marca la diferencia, aunque en este caso limitándome a Candela, es otro tema que desgraciadamente sigue muy vigente: la violencia de género. Ambas mujeres comparten el horror de haber pasado por este trance, pero ahí radica precisamente lo que hace a Candela mucho más valiente que Francisca. Porque ella tuvo el coraje de decir basta y tomar las riendas de su vida, haciendo lo único posible en aquellos tiempos: dejar atrás a su maltratador y empezar una nueva vida lejos de éste, llevándose además a su hijo. Un niño que posiblemente podría haber quedado marcado de por vida, porque aunque la parte visible de esta lacra sean particularmente los integrantes de la pareja, es claro que los niños sufren en igual medida las consecuencias de ello.
En cambio Francisca optó por callar y aguantar. Es cierto que nadie puede juzgar las razones que llevan a una mujer a adoptar esta actitud, pero en Francisca podrían haber influido además otros factores como son las conveniencias de la clase a la que pertenecía y el hecho de que era aceptado socialmente el hecho de la dominación del marido. Sin embargo no es admisible que esta suerte de resignación por su parte, que también podría confundirse con cobardía, hiciera que girase la vista en el maltrato infringido también a sus hijos, hasta el punto de ignorar el estupro continuado al que era sometida su hija Soledad, incluso con el agravante que ella misma también la maltrataba. O el menoscabo al que era sometido Tristán que, en cuanto tuvo la primera ocasión, optó por poner tierra de por medio para alejarse del  despótico hombre al que creía su padre.
Por ello cada vez que alguien intenta justificar a Francisca con la excusa de su duro pasado, creo que tendría que mirar antes a Candela y constatar que las consecuencias de ello no se tienen que traducir necesariamente en hacerlo pagar a los demás, cuando ella misma podría haber cambiado las cosas.

2 comentarios:

  1. Hola Anna, no comento en las redes sociales porque miedo me da, pero sé que tu blog es muy leído, así puestos, me atrevo a hacerte una petición. Desde luego si te parece bien.

    ¿Podría haber un artículo titulado “Memoria histórica para Puente Viejo”?

    ¡Por favor? ¿No sabe Bosco que su hermano Martín tuvo que huir de Puente Viejo por culpa de Francisca? ¿Que ésta intentó matar a su madre, Pepa, en varias ocasiones? ¿Y que estando embarazada Pepa casi los mata a Aurora y a él? (Aunque nadie sabía que venía él venía en camino) ¿No conoce Bosco todos los horrores de su abuela? Sí que los conoce.

    Pedir coherencia en Puente Viejo, una coherencia sencillita vamos, es imposible, pero por favor, Bosquito, ¡un poco de memoria histórica por quien siempre ha querido acabar con los de tu estirpe!

    Yo hasta que no vea Francisca ante la tumba de Tristán, avergonzada y hundida, pidiendo perdón de rodillas y llorando por las muertes que causó de Pepa, Martín, María y Esperanza (aunque éstos tres estén vivos pero ella no lo sabe) y por la casi total destrucción de Aurora en un manicomio, sin la menor piedad para la sangre de su propia sangre, no puedo pensar que los guionistas de PV, los nuevos o los viejos, da igual, estén medianamente coordinados.

    ¡MEMORIA HISTÓRICA EN PUENTE VIEJO!

    Irina

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    1. Gracias por comentar.
      El que propones es un tema que me gha pasado un montón de veces por la cabeza. Incluso he empezado a hacer una lista de todos los desmanes de Francisca y me he perdido de tantos y tan variados.
      Al respecto de Bosco, es evidente que todo se trata de una estrategia para poner a Francisca en los altares y hacer que parezca buena , algo que es evidente que va a costar lograr colar. Después de cuatro años de ver lo mismo, nadie (o casi nadie) cree en una redención repentina.

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