Su carácter es complicado, pero su vida también lo ha sido.
Sin embargo aceptar esto no significa que automáticamente todo haya de
ser más fácil, porque otra cosa es la convivencia con una persona como Sol. Que
no es que sea mala persona, solo es un ser atormentado que ha de aprender a
quererse a sí misma y también a dejarse querer. Aunque lo segundo sea más fácil
que lo primero, porque ya existe quien la quiere y quien desea ayudarla a
quererse.
Las carencias afectivas pasan factura y Sol parece haber olvidado lo que es sentirse arropada
por quien le da su afecto. Y la desconfianza es comprensible cuando ha sido
utilizada como una muñeca de trapo en manos de hombres sin escrúpulos, que ha
tenido que crearse una coraza para sobrevivir, que ha visto como le arrebataban
la inocencia antes de empezar a vivir, y que al final probablemente ya había asumido
un destino que parecía no poder cambiarse. Pero si se puede, y para Sol ha
surgido la oportunidad de dejar atrás una vida que solo se antojaba sin
libertad, ni futuro.
Hay quien se impacienta por el carácter de la chica y su carácter
cambiante, que hasta el momento parece dejarse arrastrar por factores ajenos, y
que para una mujer que se antoja aparentemente fuerte como Sol no tendrían que
ser un problema difícil de superar. Pero
no ha sido solo abandonar el entorno en el que se movía, sino entrar en otro
mundo totalmente diferente, y quizás es complicado asimilarlo. Ha pasado de ser
una simple herramienta para unos fines concretos, tratada sin la mínima consideración,
a ser una mujer respetable, respetada e incluso querida por quien o quienes han
visto detrás de ella a la auténtica Sol.
Sin embargo esto no parece suficiente para calmar sus temores, aunque
ahora arrastra también en cierto modo a su hermano. Porque no es Severo quien
pretende imponerse, sino que es Sol quien, como dijo Carmelo, se está comportando egoístamente, dejando que sus miedos la condicionen y que su pasado la persiga en vez de plantarle cara, y además sin que acabe de ver que
ello condiciona a los que la quieren. Por supuesto tampoco pretendo decir que
tenga que someterse y callar lo que siente, solo que quizás habría de ceder un
poco e intentar entender.
Y especialmente no decidir por los demás. En concreto por Lucas, del
que parece quiere huir, aunque es evidente que lo que teme es que si vuelve a
verle no podrá acallar sus sentimientos. Pero si Lucas la acepta tal como es, que
es consciente de a lo que enfrenta por el pasado de ella y aún así esto no lo
frena, es difícil entender porque se ha de negar el amor, a tener a su lado a
un hombre que no busca satisfacer unas necesidades sino estar con ella por algo
más que entra ya en el terreno de los sentimientos.
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