Realmente la personalidad de Conrado es de lo más compleja.
No es un cobarde, y ya lo ha demostrado. Pero parece que esto se pone en entredicho cuando no es capaz de dejar atrás lo que sea que le sucedió en el pasado, demostrando al mismo tiempo falta de confianza en sí mismo y en los demás. Además de autoimponerse un duro castigo, sin al parecer ni siquiera llegar a considerar la posibilidad de redención.
Pero sí la tendría que tener, por muy gordo que fuera lo que arrastra. Todo el mundo tendría que tener derecho a una segunda oportunidad y él no ha de ser la excepción. Aunque para ello también necesita que alguien le ayude a abrir los ojos, lo que no será fácil con el carácter que atesora y con las pocas (o nulas) ganas que tiene que alguien le eche una mano.
Sin embargo que haya decidido apartarse del mundo no tendría que ser un obstáculo para que también mostrara algo de educación, por lo que es complicado encontrar una justificación para que se muestre tan cerril con Lesmes. La única explicación que se me ocurre es que es una persona íntegra, que ha desterrado la hipocresía y ello impide que muestre simpatía hacia alguien al que considera un rival.
Bueno, esto y que parece que ha dejado de importarle lo que la gente piense de él. También es cierto que ello no tendría que condicionar a nadie, porque muchas veces coarta decisiones o maneras de actuar, pero en el caso de Conrado lo que provoca además es que su soledad se agudice.
Y nadie debería estar solo, aunque en su caso sea una opción voluntaria.
Aun así me cuesta entender su proceder. Y su miedo irracional a hacer daño me parece más bien una excusa para autoflagelarse. Especialmente teniendo en cuenta que si es capaz de ser lo suficientemente lúcido para llegar a pensar que con sus actos puede hacer sufrir a alguien, también lo es para evitar llegar a este extremo. Sólo alguien muy malvado (de los que tenemos claros ejemplos en PV) es capaz de hacer daño voluntariamente, y no creo que Conrado entre en esta categoría. O al menos no ahora, aunque en el pasado quizás las cosas fueran diferentes y sean los remordimientos los que le hacen comportarse de la manera que vemos actualmente.
De todas maneras creo que necesita urgentemente poner en orden sus ideas. Porque el amor que siente por Aurora no se ha apagado ni un ápice, algo que él mismo ha admitido. Por cierto, y a pesar de que el alejamiento de Aurora es algo que él ha provocado, no he podido evitar un nudo en el estómago al oírle decir, entre resignado y desolado, que le han arrebatado a la persona a quien más quiere.
Pero no se puede estar en los dos bandos a la vez. ¿O es que recrearse en el dolor forma parte del castigo?
Castigo que al parecer incluye el sufrimiento físico. De otra manera no se entiende que no le importe desangrarse antes que aceptar ayuda profesional. ¿De verdad piensa que podrá curarse tamaño estropicio él solo? Por suerte para él, Aurora es lo suficientemente obstinada para no dejar que esta vez se salga con la suya.
Y ahora entran las preguntas. ¿Quién le ha atacado? ¿Conrado hará lo habitual en todos y también va a dejar que quién sea se vaya de rositas?
Por cierto. Me encanta que, por una vez, los guionistas hayan tenido en cuenta al personaje de Alfonso para algo. Ya que no funcionan las protestas por la ignorancia en la que lo mantienen al respecto de lo que le pasa realmente a su hija, al menos parece que se ha convertido en el confidente de Conrado y el único que sabe lo que siente éste. Y también el único (aparte de los interesados) que tiene la posibilidad de hacer algo para remediar la situación.
Por suerte no creo que Martín sea capaz de llevar a cabo las amenazas que ha formulado. Y si tuviera alguna tentación de hacerlo espero que sepan frenarle a tiempo. Lo que sí tengo por seguro es que va a poner todo su empeño en evitar que Francisca arrebate el bebé a María, aunque llegar a la violencia me parece excesivo. Sin embargo lo cierto es que ahora mismo sólo podría hacer algo usando la fuerza y sin que el hecho de que finalmente pudiera probar que el bebé no es de Fernando suponga nada efectivo, porque la ley ampara al hp.
No tiene que ser fácil hallarse en esta tesitura, más cuando existe la casi total certeza que él es realmente el padre de la criatura. Dejar a su hijo en manos de semejantes desaprensivos no es asumible. Aunque no deja de sorprenderme que haya llegado a conclusiones tan acertadas y de manera tan rápida, sólo por el hecho de la actitud de la doña con respecto a María.
Otro personaje que crece es Soledad. Su lucha por su sobrina, empleando todos los medios a su alcance, la hace merecedora de todos los respetos. Además ahora se puede entender el porqué de su vuelta y también porqué sigue en una casa en la que ahora coexisten dos bandos que pugnan abiertamente en direcciones opuestas, aunque con el mismo fin: María.
“La vida no es un camino cortado, es la búsqueda de la libertad y la felicidad. Hemos de arriesgar para ser felices. Ese es el sentido de la vida”. Las he tomado porque me han parecido unas hermosas palabras que Soledad ha dirigido a su sobrino. Y ella sabe muy bien de lo que habla.
Ya lo apunté en días pasados y hoy se confirmado. La excusa de María sigue siendo válida para Mariana, aunque ahora mismo sea esto, un argumento sin sentido. Pero entiendo que tal como está planteada la trama debe ser difícil encajar la relación con el fotógrafo sin que la actriz se vea en la tesitura de tener que alejarse de la serie. El trabajo de Nicolás requiere que éste no pueda quedarse en PV y Mariana, de tomar la opción de acompañarle, dejaría de salir en escena.
Aunque siempre queda la posibilidad de que el chico cambie de profesión.
Aún así pienso que Mariana se equivoca anteponiendo a los demás a su propia felicidad. Tanto María como Rosario tienen a otras personas que velan por ellas, por lo que utilizarlas como argumento para quedarse en un lugar donde además es tratada casi como una esclava, no acaba de convencerme. Pero el amor parece que puede superar estas barreras. Nicolás se irá, pasarán unos cuantos meses y después, si aún continúa la serie, ya veremos.
Sólo un inciso para hablar de alguien del que me propuse hacerlo lo mínimo.
Es realmente patético ver como Fernando es capaz de dejarse humillar continuamente por la doña, sólo porque no puede ir a otra parte y la necesita para no morirse de hambre.
Como también lo es ver a Francisca regocijarse con ello.
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