El perdón
“La Biblia nos dice que sólo a
Dios le corresponde la venganza. Nos invita a poner la otra mejilla. Sentarnos
a la mesa del enemigo sin temor alguno. Y a perdonar. A perdonar las ofensas,
así como nosotros también seremos perdonados.
Yo lo siento, pero no puedo
perdonarte. Lo único que puedo esperar es que el altísimo sea más benevolente y
se apiade de tu alma”.
Pero la balanza se decanta visiblemente
hacia el lado del primero, aunque el segundo actúe de contrapeso.
De los sentimientos de rencor de Martín no se puede desprender que sea una mala persona. Solo es alguien que ha
padecido en sus propias carnes los muchos desmanes de Fernando, pero que especialmente
lo que le lleva a sentir lo que siente es el hecho de que éste se los haya
infringido a la mujer a la que él ama. Por lo que el perdón es imposible,
porque también lo es el olvido.
No puede perdonar porque esto además
implicaría renunciar a reclamar un justo castigo o reparación por el daño
causado.
¿Es venganza pedir esto?
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