13 de enero de 2014

Caminar juntos hacia la tierra prometida (13-1-14)

“Caminar juntos hacia la tierra prometida”.
Bonito deseo que, por ahora, no se podrá cumplir.
Ni siquiera un plan mejor elaborado que los anteriores ha sido factible. De hecho era muy arriesgado y además preparado con algo de premura, acuciado por el rumbo que han tomado las conjeturas de tod@s. Pero además , como dice la Ley de Murphy, si algo puede salir mal, sale mal. Al menos para MARTÍN y María, que parecen condenados a que esta ley se cumpla a rajatabla y, en consecuencia, a ser infelices para los restos. 
Y ya tenemos al chico otra vez entre rejas. Aunque no he podido evitar que me surjan preguntas al respecto, porque pienso que esta situación tiene algunas incoherencias que considero producto más de necesidades del guion (y por lo tanto entendible desde el punto de vista comercial) que de algo que se pueda parecer a la realidad. 
Así que voy a hacer el ejercicio de buscar respuestas, guiándome por lo que me parece la lógica.
La pregunta principal es: ¿realmente porque han detenido a MARTÍN? 
Es cierto que a veces me miro las situaciones con la óptica actual, olvidando que en la serie eran otros tiempos y había otra mentalidad (aunque a tenor de lo que nos está cayendo encima actualmente, a la mínima que nos descuidemos nos encontraremos de nuevo viviendo como en el siglo XIX) 
Perdonadme. Ya me he ido por los cerros de Úbeda…………..
Quería contextualizarlo, aunque soy consciente de mis carencias y no sé si sabré explicarme. 
Sé que es un tema sobre el que ya se ha hablado en otras ocasiones y que es cíclico en los comentarios, pero que me viene bien para argumentar estas disquisiciones. Me refiero a la amalgama que se hacía entre moral, conveniencias sociales, política y religión, y donde esta última jugaba un papel importante. El poder de la iglesia era incuestionable y por ello mucho me temo que MARTÍN va a volver a sentir como cae sobre sus espaldas el peso de la ley (y, por descontado, el de las maquinaciones de la doña).
Pero ahí entra el supuesto “delito” que podría haber cometido.
Es cierto que ha perpetrado un engaño, haciéndose pasar por sacerdote cuando no lo es. Y mirándolo desde el lado de los que han sido víctimas de ello, puedo entender que se sientan agraviados e incluso que piensen que MARTÍN ha cometido un acto de herejía. Pero no ha perjudicado a nadie, y entiendo que lo único a lo que se le puede condenar es a ser apartado de los sacramentos, e incluso excomulgado. 
Lo que sí podría ser punible por la ley es la suplantación de identidad, pero tampoco se puede hablar de ello porque para llevar a cabo su plan no ha tomado la de nadie. De hecho casi es para no creérselo que haya escogido su verdadero nombre para sus propósitos. Y ya que estoy en estas y siguiendo con mi particular cruzada reivindicando el nombre de MARTÍN, lo irónico del tema es que el chico lleva años con una identidad que no le corresponde y que podría pertenecer a una persona real, con lo que sí estaría incurriendo en delito.
También podría ser condenado por complicidad en intento de fuga. Pero el caso es que ni siquiera han pasado la puerta, por lo que sólo se le podría achacar la intención. 
Los otros posibles motivos de castigo que veo factibles son:
Acceder a un lugar para el que no tiene permiso. Porque al parecer no puede visitar a María debido a algún tipo de orden de alejamiento, que ya sabemos que no ha dictado precisamente un juez. 
¿Saltarse los horarios de visita? (modo ironía, eh). 
¿Puede ser ello constitutivo de delito? 
De hecho de lo único que creo que se le puede culpar es de amar sin mesura. De ser beligerante ante la injusticia terrenal y (en caso de existir) la divina, que le impide vivir la vida que anhela. Porque, despojado ya de sus cadenas, MARTÍN ha aceptado al hombre que hay en él y entendido que la mejor opción es ser uno mismo. Que la libertad de pensamiento y sentimientos es algo que nadie le puede coartar y que no hay ámbito superior a este. 
Y especialmente ha descubierto que ha renunciado a muchas cosas por la ambición y la manipulación de otros, no porque fuese lo que deseaba. El amor de una mujer y la bendición de un hijo son lo que realmente anhela y por lo que ha de luchar hasta la extenuación, aún a costa de ponerse en peligro. 

Antes de dejar el tema, quisiera decir otra cosa
Creo que tod@s hemos despotricado en algún momento sobre esta pareja, pero a medida que avanzan los capítulos tengo que reconocer que he cambiado de idea. De verdad que la relación de MARTÍN y María ahora me parece preciosa y su historia de amor camino de emular la de Tristán y Pepa. Aunque éstos tardaron 333 capítulos en poder culminar su relación, y MARTÍN y María ya llevan más de 350 sin que les den tregua (y lo que queda previsiblemente).




Que si Fernando, que sí. Que si es necesario, hay que castigar a Gonzalo Balbuena. Eso sí, que antes comprueben que el detenido es el tal Gonzalo y no otra persona. Porque hay un MARTÍN CASTRO que también está en prisión por amor a una mujer que”casualmente" se llama María, como tu esposa, y podría haber un malentendido. Grrrjrhfjhfrfhrfhrjkhfrkj……..
¿No tenéis la sensación que hemos vuelto a los primeros tiempos después del salto temporal? Ahora no sólo no llaman a MARTÍN por su nombre, sino que encima le vuelven a añadir el falso apellido. ¿O es que nadie recuerda que es el hijo de Tristán CASTRO? De hecho ni siquiera Francisca, que aún no hace unas semanas andaba rota de dolor por un hijo al que ya parece haber olvidado. 
Lo siento, es superior a mí……..

Y ya que hablaba de Fernando. Es tan sumamente mezquino y maquiavélico que incluso es incapaz de disimularlo. Su media sonrisa es capaz de sulfurar al más pintado y alimentar los deseos más retorcidos de verlo en la tesitura que desea para los otros. Aunque de alguna manera ya lo está padeciendo, porque no es de recibo vivir siempre con el ánimo desquiciado y sin contar para nadie.
Hoy a esta lista de los que abiertamente sienten desprecio por él, se ha añadido Sor Encarnación. 
No sé muy bien que pensar sobre este personaje, que por un lado tiende la mano para aceptar un soborno y además muestra la ortodoxia propia de una persona convencida de que la moral que pregona la institución que representa es la única e incuestionable. Pero por la otra tiene rasgos que denotan que la caridad cristiana no le es ajena y que aún siendo muy estricta también puede tener algo de humanidad. 
Cosa de la que, por cierto, carecen los dos interlocutores a los que ha visitado en La Casona y que algún día de éstos se van a envenenar con su propia ponzoña. 
De verdad que me cuesta imaginar que pueda existir alguien así. 
Y cuesta entender que Francisca haga objeto de su ensañamiento a una chica que sólo le ha demostrado devoción y cariño, y que ahora ha pasado a segundo plano en sus querencias para convertirse sólo en el recipiente de un futuro nuevo juguete. Aunque lo de Fernando es mucho peor y ni siquiera puedo ponerle nombre, porque su encarnizamiento con una mujer a la que ha violentado repetidamente, drogado y maltratado, considero que ya es signo de un problema para lo que se requiere a un especialista en enfermedades mentales. 
Pero el caso es que la acción de MARTÍN tendrá efectos colaterales y María va a perder todos los privilegios de los que gozaba hasta ahora. Solo falta saber que actitud tomará la chica al saber que éstos eran porque la doña así lo había dispuesto, y que de la misma manera se los ha arrebatado. ¿Podrá más el cariño, que a pesar de todo aún conserva para Francisca, que el rencor por no haberla apoyado y encima hacer todo lo posible para que recaiga con mayor dureza el castigo impuesto? ¿Sabrá ver quien realmente la quiere por encima de todo y ante todo? ¿Será capaz de entender que Francisca pretende quedarse con su hijo?
Espero que esta vez consiga hacerse una idea de la situación y, en consecuencia, adoptar la actitud correspondiente. Creo que después de todo lo que le ha sucedido, seguir considerando a Francisca de la misma manera en que lo ha venido haciendo, incluso durante su encierro, no sería nada entendible.

A Candela le han salido los chicos algo problemáticos. Se tiene que pasar el día consolando a uno u a otro. O padeciendo por ellos. Pero ejerce muy bien su papel de madre. 


¿Doroteo otro desquiciado? Si la tasa de malvados en este pueblo rompe todas la estadísticas, parece que no menos la de locos. Creo que este tema empieza ser algo recurrente y poco imaginativo, casi tanto como las desapariciones inexplicables, las curaciones milagrosas o los cambios de personalidad de algunos personajes malvados. Ahora parece que le toca a Aníbal. En fin………………sin más comentario


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