25 de octubre de 2015

Francisca pierde una jugada

Últimamente tardo tanto entre un comentario y otro, que cuando vuelvo a encontrar un motivo para escribir ya ha sucedido algo en la serie que me ha hecho mudar otra vez de parecer al respecto de la misma. Un día me aburre y puede que al siguiente, o al otro, vuelva a encontrar motivos para pensar que aún es posible que algo se enderece, que algo parecido a las bonitas historias que me engancharon a esta serie pueden volver a repetirse. O puede que lo que suceda es que vuelva a desilusionarme y vuelta a lo anterior.
Sin embargo sigo ahí.
Porque si bien es claro que la serie ha cambiado, las historias de amor, odio, conflictos, desencuentros, traiciones,….son universales y no tienen edad, ni época, ni saben de clases sociales. Y estoy convencida que pueden volver a escribirse, por supuesto en la piel de otros personajes y en otro contexto, pero con la misma intensidad y fuerza que le pueden imprimir unos buenos guiones y unos no menos buenos actores. Y de éstos y éstas hay muchos en PV, de los antiguos y de los que se han incorporado en fechas más recientes.
Sin embargo también cada vez estoy más convencida que también es momento de hacer borrón y cuenta nueva, porque seguir anclados en el pasado solo puede generar apatía e inercia. Por lo que me parece una buena decisión el  introducir savia nueva, además de darle un giro a las tramas, manteniendo la esencia de la serie como son las historias de amor como eje principal, pero no único. Por cierto que no pretendo insinuar que además hayan de ser más amables, porque si no reflejaran situaciones verosímiles y realistas no tendrían ninguna credibilidad, pero sí sin llegar a extremos. Y quizás el toque de atención de la CNMC pueda ayudar a ello.
Pero mientras exista Francisca no va a ser posible este desenganche, porque es un personaje que ata al pasado, y además lo hace de manera que impide que las cosas se renueven. Evidentemente historias edulcoradas y sin conflicto no tendrían mucho recorrido, y es necesario que haya altibajos y situaciones casi al límite para darles intensidad. Pero lo de Francisca clama al cielo, porque ya aún antes de que vuelva a recuperar su dinero, ya sabemos que va a volver a ser con toda probabilidad este elemento distorsionador, la que va a volver a meterse por en medio y además arrasando con todo lo que se interpone en su camino. Vamos, la Francisca que no va a cambiar nunca, que se cree por encima del bien y del mal, que ha hecho de la mentira y del engaño su modus operandi , de la venganza su objetivo, que piensa que las personas son marionetas en sus manos, …..y que considera que todo mal puede ser perdonado, aunque se reincida una y otra vez. La Francisca que parece incombustible, que siempre acaba saliendo bien librada de todas las situaciones, como si por alguna razón tuviera bula (y no sólo en las tramas). Solo espero que la balanza esté ahora más equilibrada con Severo, que éste sea el contrapunto al disponer de la misma fortaleza económica y poder que la doña, aunque con la enorme diferencia en la maneras de entender la relación con la sociedad.
Y que la doña no va a cambiar ha quedado muy claro con su última jugada. Ni siquiera el supuesto amor que proclama por Raimundo ha podido con su egocentrismo, con su inveterada idea de que nada puede escapar a su control, con la seguridad de que su voluntad es ley y que todo el mundo ha de entenderlo así y aceptarlo. Pero lo peor es que parece estar segura que puede jugar también con los sentimientos y que los suyos están por encima. Sin embargo esta vez se ha equivocado, aunque la deriva de Raimundo en este tema no permita que nadie ponga la mano en el fuego por él. Pero lo ha traicionado con un tema muy sensible, además que deja en evidencia que sólo esperaba de él su compañía y cercanía, no compartir con él nada más.
Pero nadie se lleva de esta vida más que su cuerpo terrenal, es en lo que tod@s somos iguales. Y si existe un infierno, en el mismo las riquezas no tienen cabida. 

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