No podrán
sustituir nunca a Alfonso y Emilia porque no llevan los años de rodaje de
ellos, ni la experiencia profesional de los dos actores que han dado vida a
estos personajes,…pero ante todo porque son otra historia.
Por supuesto
convengo que su relación tampoco ni siquiera se asemeja, porque además nunca
han sido una pareja pasional,…..y siguen sin serlo. Pero no es algo achacable
solo a ellos, sino que considero que ahora mismo es algo generalizado a toda la
telenovela.
La magia que envolvía
a personajes emblemáticos y que dió lustre al producto se ha ido perdiendo con
el tiempo, y los guiones que ahora se escriben adolecen totalmente de elementos
de aquel estilo, mientras parece que prima la precipitación, el que las cosas
fluyan a toda velocidad. Y lo peor, sin margen a la sorpresa, por la
reiteración de situaciones ya vividas anteriormente.
De todas
maneras también hay otra cosa a remarcar sobre la pareja Matías y Marcela, aunque
se puede hacer extensible a otros personajes.
Hay los que
nacen con estrella,….y otros que lo hacen estrellados. Evidentemente hay que
reconocer que no es fácil acertar con un personaje, y que la supuesta buena
voluntad de los guionistas a veces no se acaba correspondiendo con los gustos
de l@s seguidores. Por ello estaría bien que de vez en cuando los responsables
de la serie se bajaran de su pedestal, vieran lo que se cuece y se preguntaran si
están haciendo algo mal y que es lo que se puede o debe cambiar (claro que
quizás no quieran saberlo, porque últimamente más bien da la impresión que solo
importa llenar líneas de guiones como sea. O, como decía alguien,
convirtiéndose en re-escritores, adoptando la línea más cómoda).
En el caso concreto
de Marcela y Matías, en mi opinión no lo están haciendo muy bien. Si bien dejan
un poco al margen al chico, no así a Marcela, un personaje de los que decía
antes que nació con mala estrella, pero que tampoco están haciendo nada para
que mejore su imagen, sinó más bien al contrario (por descontado estoy hablando
de los personajes. Los dos actores considero que defienden muy bien su
trabajo).
Antes que continuar
tengo que decir que no comparto para nada algunas opiniones sobre la chica, y
mucho menos los calificativos que se le han dedicado en el pasado y que todavía siguen poniendo periódicamente su
imagen en entredicho, básicamente por su relación con Matías. Esta historia es cosa
de dos y a él nadie le puso una pistola en el pecho para lanzarse, ni ella hizo
nada reprochable,….solo seguir su corazón.
Evidentemente
en toda esto se olvida otra cosa, que se reconoce fácilmente en todas las
tramas con final trágico o doloroso. Cuando se produjo el primer escarceo entre
la pareja, la tercera en discordia, Beatriz, ya estaba “sentenciada” a dejar la
telenovela (aunque nadie, o pocos, lo sabían) y como viene siendo habitual ya
se estaba produciendo el destrozo progresivo del personaje. La dulce e ingenua chica
de los comienzos se estaba volviendo alguien irreconocible, con un comportamiento
que calificaría de reprochable cuando menos, injustificable las más de las
veces por muchas vendas que se le quieran poner, …….aunque evidentemente con la
intención última de que su marcha forzada llegase a ser menos dolorosa para los
seguidores. Así que trasladar la culpa a Marcela de la deriva de la historia me
parece cuando menos excesivo, porque si alguien tiene la culpa son los nefastos
guiones y los responsables de la serie que tomaron la decisión de prescindir de
toda la trama de Los Manantiales,… incluida Beatriz.
Lo peor es
que esto está llevando además a descalificaciones personales entre l@s mismos
seguidores, dando la impresión a veces que la línea roja entre ficción y
realidad no se tiene muy clara. Poner a caldo a un personaje con el que no se
comulga con su trayectoria, hacer concesiones a la nostalgia, insistir en temas
que a pesar de no tener solución no se acaba de tragar con ellos, o en otros
que no se considera se haya llegado a la solución idónea, puede acabar
llevando a situaciones bastante esperpénticas, en las que las acusaciones
cruzadas van más allá del límite, en las que el respeto a la opinión ajena no
parece tenerse mucho en cuenta. Y ello cuando solo se habla de personajes
ficticios, sin que aporten nada a nuestras vidas más que un supuesto
entretenimiento (que no es tal, vistas las circunstancias).
Evidentemente
las opiniones son muy subjetivas y cada persona se muestra según sus creencias
y pensamientos, por lo que a veces se puede llevar a la acusación de falta de
objetividad. Pero es claro que ésta a
veces también puede esconder una cierta hipocresía, y es mucho más honesto
decir claramente lo que crees, lo que piensas.
Sin embargo
parece que hacer este ejercicio últimamente se está convirtiendo en una actividad de riesgo.