Se levanta el
telón.
Vemos a
Carmelo trasteando en el ayuntamiento, siempre agobiado por la “enorme carga de
trabajo”, (algo realmente sorprendente teniendo en cuenta el supuesto pequeño tamaño
del pueblo……pero que me tomaré como una licencia. Otra más…)
Vale, a lo
que iba.
La cámara
gira lentamente hacia la puerta y ¡¡¡oh sorpresa, APARECE SEVERO!! (Nótese que
es ironía, eh!!). Porque no es complicado saber lo que viene a continuación:
éste deja el sombrero sobre la mesa, le pide a su amigo si molesta (evidentemente
no es así) y después tienen una conversación en la que indefectiblemente
Carmelo acaba aconsejando a Severo, y últimamente añadiendo “yo tenía razón” o
algo parecido.
Y normalmente
se acaba con la entrada de Melitón. Así hasta el dia siguiente cuando, como en
un bucle, se vuelve a repetir la misma escena, con apenas variaciones.
Se cierra el telón
.............................
Esta parece
casi la única deriva de Severo, que ha pasado de ser un personaje con una rica
historia detrás, con un buen potencial en cuanto a posibilidades de acción, a
alguien casi anodino, cuyo espacio vital ahora está limitado a temas y escenas sin
apenas interés. Ni siquiera su relación actual, con boda incluida, es una
excepción, porque no ha alterado para nada esta vida aburrida que lleva, ya que
además dudo mucho que haya calado mínimamente en los espectadores la posibilidad
de una hipotética acción de Francisca para amargarle el dia de su casamiento,
aunque sea por mano de Fernando. Si, parece que éste se presenta en el convite,
pero aun suponiendo que como mucho provoque algún malestar, no va a impedir que
el festejo siga adelante…... eso sí, convirtiéndose otra vez en el artífice del
recurso utilizado de manera recurrente en casi todas las ceremonias de
casamiento.
Si claro, también
es cierto que en este folletín pedir acción es casi lo mismo que tener
garantizado un sufrimiento desmesurado, pero cabría preguntarse si es mejor
esto que caer en el ostracismo que es lo que parece que le tienen destinado a
este personaje.
Porque para
más inri le han puesto como pareja a un personaje femenino que ni siquiera
tiene una historia detrás que lo sustente. De Irene solo se puede hablar por
conjeturas, siendo alguien que suscita muchas preguntas sin respuesta y con un
papel que deja mucho margen a la imaginación. Lo único cierto es que es una periodista que llegó
mintiendo sobre sus intenciones, que continuó mintiendo a Severo sobre su hijo,
que a punto estuvo de quedarse con el pequeño Carmelo y no devolverlo a su
padre,…. pero que en un ejercicio de malabarismo guionístico, en poco más de tres
meses ha pasado de ello a ser comprendida, perdonada, y encima, sin mediar
apenas romance, convertida en la esposa del mismo hombre al que se acercó con
engaños. Pero algo que, de momento, no mejora demasiado la historia de éste, ni
le da más protagonismo, salvo si hablamos del hecho de que vuelve a sonreír,…..
al menos hasta que las cosas se tuerzan. Igual que no mejora la de Irene, que pasa de ser una profesional con expectativas en su trabajo, a la (por supuesto respetable) tarea de ser esposa y madre de un niño que ni siquiera es suyo.
De todas
maneras decir que esta es la imagen de un personaje, pero igual serviría para
otros y otras, porque el bucle no es exclusivo, igual que no lo es el destrozo que se hace de los mismos personajes y lo poco que se trabaja sobre las personalidades. Que sea una simple telenovela (cada vez más derivada en folletín), no
tiene por que hacer menguar la calidad, pero esto es, en mi opinión, lo que pasa
ahora.
Evidentemente
las críticas que pueden surgir de este blog o de los seguidores no son muy tenidas
en cuenta, porque están hechas por profanos en la materia y basadas en gustos
personales más que en opiniones profesionales. Pero es una evidencia que hace
semanas (incluso meses) que la telenovela no avanza, y que las tramas no generan
ninguna expectativa por lo reiterativas y previsibles. Sin contar lo que ha
supuesto la marcha de grandes personajes en el último medio año, incluida
Francisca que nadie sabe dónde anda, ni el porqué de las confusas razones de su
marcha y la llegada de Fernando para sustituirla.
Por cierto,
un personaje (Fernando) y un actor (Carlos Serrano) que está demostrando que
puede ocupar perfectamente este lugar que le han asignado.
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