Parece que
ahora llega a PV un nuevo inquilino que dará mucho que hablar.
Y (aunque
tampoco serviría de mucho), por supuesto nada que objetar al hecho de que se
busquen nuevas historias para mantener el interés de la serie. Entiendo que, en
vista de que algunas no han funcionado como se esperaba, se busquen otras
líneas de acción para que la serie no quede estancada, ya que es evidente que
con los personajes habituales ya no se puede construir mucho más. Incluida
Francisca, cuyo papel no avanza lo más mínimo y, en mi opinión, su intervención
en las tramas ahora es más bien de relleno. Además que considero que las otras historias
tienen suficiente entidad para marchar por si solas.
Por lo que,
como ya he escrito en otras ocasiones, no sé si los guionistas son muy
conscientes de que con la idea de introducir nuevas situaciones, también están
perdiendo la oportunidad de desarrollar un poco más a conciencia las que han
empezado pero que, de alguna manera, están dejando languidecer.
No es una
concesión a la nostalgia, pero una recuerda como en otros tiempos las tramas
eran mucho más elaboradas, y como se conseguía mantener un alto interés por
ellas. Básicamente me refiero a Tristán y Pepa, y Martín y María, aunque
también ha habido otras historias que, sin llegar quizás al grado de las
anteriores, también han conseguido acaparar miles de seguidores. Pero creo que
todo esto ha cambiado y ahora se priman más otras cosas, moviéndose todo más
por la superficie y sin dejar que situaciones que podrían ser interesantes avancen
demasiado antes de ponerles freno bruscamente. Cuando no, estropeándolas parcial
o definitivamente.
Sin embargo sigo
conservando la esperanza de que todo esto se enderece.
Y soy
consciente de lo que voy a decir a continuación no es el sentir general, y que
entre los seguidores de la serie hay muchas sensibilidades diferentes, por
supuesto todas ellas igual de respetables. Pero, en mi opinión, aparte de
personajes entrañables que de vez en cuando aportan bonitas escenas u otros que
están muy desaprovechados (léase Carmelo o Ramiro), hay dos parejas que podrían
traer a la serie algo de lo decia anteriormente. De hecho, la de Lucas y Sol
parece que está destinada a ser la protagonista, pero a tenor de los
acontecimientos considero que la supera en visibilidad la de Candela y Severo. Y
admito que me encanta que suceda esto, porque creo que, aparte de forjar una
pareja de lo más interesante ya que aporta madurez y sensibilidad al mismo
tiempo, también considero que ya tocaba que el personaje de Candela tuviera
algo más de vidilla.
Desarrollar
la historia de estas dos parejas (por descontado sin volver a recurrir a los
estereotipos habituales a los que ya nos tienen acostumbrados) podría sacar un
poco de la apatía general en la que se mueve ahora la serie, y que supongo
pretenden superar con las nuevas incorporaciones. Creo que no digo nada nuevo al
afirmar que en estos momentos la fidelidad de las y los espectadores está por
encima del interés que provocan las tramas, con alguna excepción puntual como
las que menciono anteriormente, que sin embargo también ponen a prueba la
paciencia de muchos y muchas con sus innumerables vaivenes. Y considero que las
simpatías que despiertan ambas parejas, son suficiente reclamo como para que se
construya alrededor de ellos bonitas historias.
Aún están a
tiempo para ello.
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