9 de febrero de 2016

Puente nuevo

Parece que ahora llega a PV un nuevo inquilino que dará mucho que hablar.
Y (aunque tampoco serviría de mucho), por supuesto nada que objetar al hecho de que se busquen nuevas historias para mantener el interés de la serie. Entiendo que, en vista de que algunas no han funcionado como se esperaba, se busquen otras líneas de acción para que la serie no quede estancada, ya que es evidente que con los personajes habituales ya no se puede construir mucho más. Incluida Francisca, cuyo papel no avanza lo más mínimo y, en mi opinión, su intervención en las tramas ahora es más bien de relleno. Además que considero que las otras historias tienen suficiente entidad para marchar por si solas.
Por lo que, como ya he escrito en otras ocasiones, no sé si los guionistas son muy conscientes de que con la idea de introducir nuevas situaciones, también están perdiendo la oportunidad de desarrollar un poco más a conciencia las que han empezado pero que, de alguna manera, están dejando languidecer.
No es una concesión a la nostalgia, pero una recuerda como en otros tiempos las tramas eran mucho más elaboradas, y como se conseguía mantener un alto interés por ellas. Básicamente me refiero a Tristán y Pepa, y Martín y María, aunque también ha habido otras historias que, sin llegar quizás al grado de las anteriores, también han conseguido acaparar miles de seguidores. Pero creo que todo esto ha cambiado y ahora se priman más otras cosas, moviéndose todo más por la superficie y sin dejar que situaciones que podrían ser interesantes avancen demasiado antes de ponerles freno bruscamente. Cuando no, estropeándolas parcial o definitivamente.
Sin embargo sigo conservando la esperanza de que todo esto se enderece.
Y soy consciente de lo que voy a decir a continuación no es el sentir general, y que entre los seguidores de la serie hay muchas sensibilidades diferentes, por supuesto todas ellas igual de respetables. Pero, en mi opinión, aparte de personajes entrañables que de vez en cuando aportan bonitas escenas u otros que están muy desaprovechados (léase Carmelo o Ramiro), hay dos parejas que podrían traer a la serie algo de lo decia anteriormente. De hecho, la de Lucas y Sol parece que está destinada a ser la protagonista, pero a tenor de los acontecimientos considero que la supera en visibilidad la de Candela y Severo. Y admito que me encanta que suceda esto, porque creo que, aparte de forjar una pareja de lo más interesante ya que aporta madurez y sensibilidad al mismo tiempo, también considero que ya tocaba que el personaje de Candela tuviera algo más de vidilla.
Desarrollar la historia de estas dos parejas (por descontado sin volver a recurrir a los estereotipos habituales a los que ya nos tienen acostumbrados) podría sacar un poco de la apatía general en la que se mueve ahora la serie, y que supongo pretenden superar con las nuevas incorporaciones. Creo que no digo nada nuevo al afirmar que en estos momentos la fidelidad de las y los espectadores está por encima del interés que provocan las tramas, con alguna excepción puntual como las que menciono anteriormente, que sin embargo también ponen a prueba la paciencia de muchos y muchas con sus innumerables vaivenes. Y considero que las simpatías que despiertan ambas parejas, son suficiente reclamo como para que se construya alrededor de ellos bonitas historias.
Aún están a tiempo para ello. 

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