Veo con estupor como hay quien se toma la serie como algo personal, sin
tener en cuenta que se trata de una ficción, y que si bien en la misma se
pueden dar incoherencias, tramas infumables, situaciones inverosímiles y momentos
aburridos, tampoco es nada inusual. Estoy convencida de que en la mayoría de telenovelas
se producen estos momentos; pero aunque
admito que yo también me muestro quisquillosa a veces con algunas tramas, tengo
muy claro que estoy viendo un producto ficticio escrito por personas, y que
como tal sujeto a la posibilidad de equivocarse o acertarla de pleno. Porque
aunque exista la experiencia, los estudios de opinión,…. nadie, ni
siquiera los guionistas o los responsables de la serie, pueden saber con total
seguridad si una nueva historia va a cuajar o no entre el público. Un público, por
otra parte, que considero que cada día es más exigente y crítico, y que tiene
muy claro lo que le gusta y lo que no.
Lo he escrito antes y hay razones para afirmarlo. El Puente Viejo que
ahora vemos poco o nada tiene que ver con el que hace cinco años irrumpió en
las pantallas. Pero no creo que sea nada malo, al contrario. Porque entiendo
que, como todo en la vida, necesita una
evolución, no quedarse estancado; y especialmente no es una buena opción acomodarse
y vivir de rentas. Considero que las y los espectadores demandan cosas nuevas,
no seguir en un bucle viendo siempre lo mismo, algo por otra parte que llegaría
a ser muy monótono y aburrido. Ya pasa con bastante frecuencia que se utilizan
recursos anteriores muy reconocibles, y ello es suficiente motivo de crítica
como para permitirse convertirlo en un modo de acción usual.
Así que ya hace tiempo aprendí a abrir mis expectativas y permitir a
las nuevas tramas la posibilidad de seducirme. Solo es cuestión de darles una
oportunidad, aunque admito que ha habido de todo en los últimos tiempos y no ha
sido fácil tragar con algunas cosas. Pero la misma inercia de la serie y la
clara opción de los televidentes, manifestada especialmente a través de las
redes sociales, han puesto las cosas en su sitio y han propiciado que se
enderezara el rumbo.
Y es en este momento cuando irrumpen en la serie nuevas propuestas.
Por supuesto mi fidelidad sigue con los que monopolizan mis simpatías, y
como he puesto de manifiesto otras veces: las parejas de Lucas y Sol, y Severo
y Candela, como también Carmelo. Pero ello no impide que añada a ello a los nuevos Hernando y Camila, y a los que les acompañan. De hecho admito que,
sin haber visto casi nada de ellos, ya han conseguido despertar mi interés,
incluso con el carácter manifiestamente arisco y poco dado a hacer amigos del
primero. En realidad creo que este elemento diferenciador, siempre que sea
llevado hasta un límite razonable, es algo que hace aún más interesante esta
nueva línea de acción de la novela.
Solo una última cosa. Los que habitualmente se acercan a este espacio,
y a los que aprovecho para reiterar mi más sincero agradecimiento, creo que saben que ni el objetivo de este blog, ni el ánimo con el que está planteado, es el de hacerles la rosca a los guionistas o a los actores, ni por
descontado se trata de buscar el reconocimiento de éstos (algo que por
supuesto, y si llega a suceder, agradezco profundamente). Además soy consciente de mis
limitaciones, y de que mis comentarios son sólo reflexiones de una seguidora de
la serie que se guía por lo que ve; eso si, intentando siempre desde una óptica particular, hacer una crítica constructiva o dar una opinión.
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