4 de febrero de 2016

Adiós César Cárdenas

Malos muy malos y retorcidos, malos que ocasionalmente dejan entrever una conciencia, buenos que están entre dos aguas, buenos que de tanto que lo son acaban cayendo en la ingenuidad,…..forasteros que nada más llegar ya atraen sospechas aunque sin ningún fundamento que lo avale, forasteros (que con mayor frecuencia de la deseada) parecen una cosa y acaban convertidos en desquiciados, locos o peligrosos,….. Y, por supuesto, también está la gente corriente, de buen corazón, generosos, solidarios, comprensivos, amigos,….en fin la buena gente de PV.
Por lo que es de agradecer que, aunque sea de manera ocasional, aparezca alguien (por supuesto dejando de lado los protagonistas fijos) que se salga de las normas establecidas de la serie. O al menos esto parece.
Nada hace suponer que Cesar no sea tal como lo han hecho aparentar. Se ha marchado tal como vino, sin dejar entrever intenciones ocultas…. Su manera de ser era de una persona educada y noble, jamás le vimos propasarse con Emilia, y tampoco presionó para que ésta tomara partido por él. Al contrario, siempre le dejó espacio para que decidiera por su cuenta, aunque es claro que le atraía y que deseaba estar con ella. Pero no creo que esto fuera malo, especialmente teniendo en cuenta la situación de Emilia y su, hasta el momento, determinación de pasar página con Alfonso.
Por supuesto entiendo las reticencias, incluso la antipatía, de los seguidores más fieles de esta pareja, especialmente teniendo en cuenta que hasta ahora Emilia y Alfonso habían construido una de las relaciones más estables y bonitas de la serie. Pero también admito que César jamás me ha inspirado este sentimiento de rechazo. Al contrario, había conseguido que lo creyera y llegara a pensar en que era posible un cambio de rol en Emilia, más teniendo en cuenta que, aunque ésta vuelva con Alfonso, va a ser muy difícil disipar lo que ha sucedido. De hecho pienso que nada puede volver a ser igual, que una vez rota la confianza es muy difícil recomponerla, aunque también es cierto que el tiempo puede suturar las heridas. Pero siempre queda la cicatriz.
Por cierto, volviendo a César y aplicando mi lógica. Viniera para lo que viniese a PV, no ha trascendido nada oscuro, ni nada hace pensar que fuera con otras intenciones que las que expuso. Pero lo que si tengo claro es que no vino a por Emilia, y que tampoco ésta es precisamente un partido a tener en cuenta (dicho esto con todo el respeto, y sin intentar ningunear el hecho de que es una pequeña y próspera empresaria). Sin olvidar que además ella se iba a ir con lo puesto, dejando todo atrás. ¿Qué César no es el hombre de negocios que dice ser? Quizás. Pero tachadme de ingenua, porque no consigo encontrar un motivo razonable que explique que le hiciera proponer a Emilia irse con él, salvo el de tenerla como su mujer. Y, por descontado, ésta no es precisamente el prototipo de mujer sumisa, que se deja avasallar en caso de que todo fuera un engaño. Algo que, estoy convencida, César ha visto claramente.
Aunque, al fin y al cabo, si se descubre o no que César es un impostor, ya no va a tener ninguna importancia. 
Sólo una última cosa. Mi reconocimiento a Alfonso Begara, un magnífico actor que espero ver en otras series o teatros. 

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