Por supuesto no es mi pretensión renegar de todo lo vivido hasta ahora
en la serie. Al incorporarme tarde a la misma no viví la partida de Pepa con la
intensidad de algunos y algunas, pero recuerdo bien la despedida de Tristán
(tres meses después de conocer al actor en persona, lo que añadió un plus triste
a su despedida definitiva de la serie). Y recuerdo otras muchas despedidas,
como la de Martín y María, momentos que consiguieron calar hondo y que dejaron
un recuerdo imborrable. Así que puedo entender que haya quién le cueste aceptar
el rumbo que se está imprimiendo a las actuales tramas, y que supone en la práctica
un borrón y cuenta nueva.
Pero la vida me ha enseñado a ser pragmática, y a aceptar que hay algunas
cosas por las que no vale la pena hacerse mala sangre dada su importancia
relativa. La ficción es una de ellas. Aunque, como es mi caso, lleves cuatro
años conviviendo con unos personajes que, a fuerza de compartir día a día sus
avatares, acaban convirtiéndose en alguien familiar y cercano.
Pero solo hay que darse una vuelta por la realidad para descubrir que la
sociedad evoluciona rápido y que un lustro da para muchas cosas. Es cierto que quizás
más rápido ahora que en 1924, pero aun así nadie puede seguir anclado en un tiempo
por culpa de la nostalgia. Lo mismo sirve para esta serie, que pretende
normalizar la vida de un pueblo que evidentemente, aunque sea en la ficción, ha
de seguir el ritmo que marca la propia existencia.
Así que bienvenidas las
nuevas tramas, no porque las que ya existen no tengan validez y de las que creo
se pueden esperar aún muy buenos momentos, sino porque reflejan también una
evolución. Positiva o negativa, el tiempo (y las y los espectadores) dirá. Pero
admito que en principio me atraen, porque aportan algo nuevo, un aire
diferencial que puede contribuir a dar un nuevo rumbo a la serie. Si con la
llegada de los de La Quinta ya se produjo un cambio bastante sustancial, los
nuevos habitantes de Los Manantiales, además de aportar color y luz en la
escenografía, traen consigo una historia con un planteamiento novedoso, aunque también
es cierto que cuenta con elementos comunes a otras historias ya vividas: hombre
huraño, mujer con carácter, tercero en discordia, y la lucha por el amor,…
entre otros.
Sin embargo lo más
novedoso es que ahora nos movemos por ambientes más sofisticados, alejados del
tópico recurrente de señor de clase alta y chica sin recursos. Por supuesto no
quiero parecer imbuida de prejuicios. Para mi todas las personas merecen igual
consideración, independientemente del estrato social en el que los ha puesto la
vida, pero reconozco que el recurso de la diferente clase social como hilo
conductor había llegado a cansarme.
Sin embargo lo más
novedoso es que se parte de un punto al que otros han necesitado meses, incluso
años, para llegar. En realidad es un camino a la inversa, en el que ahora mismo
hay muchos interrogantes.
El primero ¿qué lleva a
dos personas que no se conocen a unirse de por vida? Las respuestas pueden ser muchas,
aunque ya se ha apuntado que Camila tenía necesidad de salir de su país y un
matrimonio con un extranjero era el camino más rápido. Pero entonces se plantean
otros interrogantes ¿Por qué Hernando? ¿Por qué éste acepta esta situación
cuando no parece que una relación sentimental entre en sus planes? ¿Se trata
sólo de apariencias de cara a la sociedad, de tener una esposa como quién tiene
un objeto de decoración? No siempre es bueno dejarse llevar por primeras
impresiones, pero admito que me cuesta aceptar esta actitud en Hernando, que es
cierto que se muestra frio e implacable en algunos asuntos, pero que también ha
dado algunos gestos que rebaten esta sensación.
Pero especialmente
deseo equivocarme, porque un segundo personaje de la calaña de Francisca ya
sería demasiado para el cuerpo. Y también porque no quiero encontrarme en el
dilema de tener que tomar partido, cuando el primer destinatario de los
desmanes de Hernando son los habitantes de la Quinta, unos personajes que gozan
de mi total consideración y aprecio, como ya he dejado patente en multitud de
ocasiones.
Premesso che non amerò mai dei personaggi e una coppia come ho amato Gonzalo e Maria , trovo che finalmente ci sia una trama interessante e innovativa dopo anni. Adoro Candela e Severo e Sol e Lucas però trovo che gli attori e i personaggi siano meravigliosi ma le loro trame già viste. La storia di Sol e Lucas era molto simile a quella di Gonzalo e Maria per esempio. Ora invece con Camila e Hernando si torna ad avere trame innovative che dopo Gonzalo e Maria, con l'avvento di Bosco ed Inés avevamo smesso di avere.
ResponderEliminarMi chiedo quale sia il segreto di Hernando? Cosa l'ha reso l'uomo che è ora. Mi chiedo anche che cosa abbia spinto Camila a sposarsi per procura abbandonando Cuba. Chi sarà la sua amica. Tutto molto interessante finalmente.
ResponderEliminarEs cierto . Por primera vez en mucho tiempo la trama es innovadora. Si bien Hernando tiene elementos comunes a algunos de los hombres que ya han salido en la serie, el conjunto de la trama es muy diferente a lo que se ha visto hasta ahora. Primero porque ya parte de una pareja casada, lo que hace que ya no tengan que luchar por estar juntos.
EliminarY además ambos tienen algo a sus espaldas que añade expectación.
Un abrazo