Entiendo que a veces puede considerarse necesario añadir dosis adicionales
de dramatismo a escenas que ya de por si tienen una importante carga de ello. Además
que, no teniéndome por una mojigata, puedo comprender que no se soslayen temas
espinosos, muy presentes en la vida real. Siempre, claro está, que éstos sean
tratados con suficiente mano izquierda como para que quede meridianamente claro
que la pretensión es más una denuncia que un recurso fácil para dar morbo a un
producto televisivo. Porque no todo vale (a pesar de que no siempre se pueda
entender así a tenor de algunos programas basura), y menos se puede aceptar cuando
hay temas muy sensibles que desgraciadamente no pierden actualidad.
Solo con estas premisas se podría justificar toda la historia del
secuestro de Sol y Candela, una trama que creo que incluso al más tolerante de
los espectadores es capaz de provocarle repulsa. Tratándose del retrato de un execrable
sujeto que no tiene escrúpulos en utilizar a las personas, en este caso
mujeres, para vivir cómodamente a sus expensas, sometiéndolas y humillándolas,
sin que éstas tengan la posibilidad de escapar a un destino sin futuro. Y encima
víctimas de una degradante situación de maltrato, viviendo en una evidente inferioridad
de condiciones y sin posibilidad de luchar por ellas mismas, ante el número
superior de agresores que las controlan, hombres con un exacerbado sentido
machista que consideraban a las mujeres (algo que desgraciadamente aún sucede) como
objetos de carne pero sin voluntad propia, como seres inferiores ante la
supuesta supremacía del género masculino.
Pero en este caso en particular, y aparte de que ha quedado claro que hay
otras cosas, aparte del dinero, que mueven a un sujeto de la calaña de Eliseo,
también las hay que escapan a la lógica.
Es evidente que Eliseo es un tipo acostumbrado a vivir a costa de los
(las) demás, utilizando para ello la fuerza bruta, la falta de escrúpulos y de
integridad, pero también es claro que es un estúpido integral que no piensa más
allá de sus narices. Quizás he visto demasiadas películas del género policíaco,
pero en ninguna recuerdo haber visto que un secuestrador mantenga a sus víctimas
expuestas a sufrir daños, antes de recibir el montante pedido por su
liberación. No ha sucedido aún (y ya sabemos que esta historia no va a ir muy
lejos), pero lo normal sería que antes de soltar el dinero el extorsionado haga
valer su derecho, y también su obligación, de pedir garantías sobre la
integridad de las personas que están retenidas. Y es claro que Severo no es tan
ingenuo como para fiarse de un sujeto que además ya le ha engañado antes, y que
sería muy capaz de coger el dinero y largarse sin dejar ir a las chicas.
La trama di Maria con Fernando è stata ancor peggiore... Povere Maria, Sol e Candela.
ResponderEliminarCiertamente Que para María fue mucho peor y a parte de los golpes con las toallas no hay que lamentar otros males peores,por desgracia aún tardaremos mucho en estar libres de esa lacra llamada machismo.
ResponderEliminarGracias por comentar. Tenéis razón y no me olvido del tema de Maria y Fernando. A María le arrebataron la inocencia, y aún sin justificar para nada el maltrato y el machismo, además del hecho de que nunca nadie habría de pasar por ello,creo que Candela està en mejor posición para superar esta lamentable situación.
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