7 de febrero de 2016

Estar solo

Como decía John Donne “Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre (digamos más bien cada persona) es un pedazo de continente, una parte de la tierra……”
Y es cierto, nadie debería estar solo, a menos que sea una opción voluntaria. Pero no creo que para ello sea necesario plantear como la opción más normal llegar a una relación de pareja, porque tampoco es algo que siempre tenga garantías de funcionar. Por supuesto cuando es el amor lo que une es una de las mejores cosas que puede pasar en la vida, pero no la única, porque también puede cubrir este espacio vital la familia o los amigos.
De todas maneras una cosa es la vida real y otra una telenovela. Y entiendo que sin el recurso de las relaciones sentimentales, poco recorrido se podría esperar a estas últimas. Porque normalmente esto suele ser parte esencial de las tramas, y especialmente cuando surgen las dificultades, que hacen que aumente el interés para vivir la resolución del conflicto y ver la culminación de la lucha por la felicidad.
En PV hemos visto, y estamos viendo, grandes amores que perduran en el  tiempo, y que sobreviven a los avatares que la vida ha puesto en su camino.  Como también vemos la otra parte, la de las relaciones tormentosas, la de los engaños y traiciones, la de las existencias (de mujeres principalmente) sometidas a la voluntad de hombres amparados por una sociedad machista y misógina.  
Y ahora llego a donde quería ir, aunque me haya desviado un poco del tema que quería comentar, que es el de la soledad en sus diferentes variantes.
Con la llegada de Hernando Doscasas, y a finales de semana de Elías, el número de hombres solos en PV no cesa de aumentar. Con ellos ya serán seis (incluido Mauricio), por lo que no es raro que surjan las conjeturas para emparejarlos.  Ya que a los anteriormente citados hay que añadir a Carmelo, Ramiro y Onésimo, mientras que por el otro lado sólo hay “disponibles” Fe, y ahora Beatriz, que es aún muy jovencita.  
Pero la pregunta es ¿es necesario que el único horizonte que se plantee sea el de que un día todos ellos también lleguen a ser los protagonistas de una historia de amor? Por supuesto entiendo que esta cuestión esté en la mente de todas y todos, porque también me acuso de haber caído en esta “trampa”. Sin considerarme una romántica en el sentido literal, admito que sigo con interés las historias de Lucas y Sol, y la de Candela y Severo, y que me gustan las escenas que protagonizan, las parejas que forman y la posibilidad de un final feliz para ellos. Igual que veo con simpatía las relaciones ya consolidadas.

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