16 de noviembre de 2015

Cayendo en la trampa

Es difícil entrar en el tema de Bosco sin acabar concurriendo en los mismos calificativos que se suelen emplear en la mayor parte de los sitios para referirse a este personaje. Y para mi es evidente que esto no va a mejorar con la que parece va a ser la propuesta para él en las próximas semanas.
La verdad es que me cuesta meterme en su piel y tratar de entender la deriva a la que pretenden llevarlo. Eso sí, reafirmandome en mi convicción que el motivo de que le vuelvan a acercar a Francisca no es solo para darle los minutos de pantalla que corresponden a un protagonista, sino para poder darle visibilidad a la doña, que sin este recurso difícilmente tiene nada más que aportar a las tramas. Pero, siempre en mi opinión, si los responsables de la serie siguen con el camino emprendido, no veo nada fácil que vayan a conseguir despertar ningún interés por esta trama concreta, con escenas calcadas día sí, día también. En realidad, y por lo que ya se ha visto, se vuelve a más de lo mismo: pueden cambiar los perceptores de las maquinaciones de la doña, sin embargo el resultado y la manera de llevarlo a cabo no cambia. Y ahora hablo por mí, aunque ya lo he dicho en otras ocasiones: aun entendiendo que ha de haber un contrapunto y que la vida no es un camino de rosas, volver a ver a Francisca destrozando vidas a su antojo y sin que nadie la tosa, ha acabado por hartarme del todo de este personaje.
Pero volviendo al principio.
Insistir en la idea de que Bosco es un personaje que ya nació con mal pie, solo es remarcar una obviedad. Como lo es que el posterior desarrollo de su trama no mejoró esta apreciación, ni siquiera creo que vaya a conseguirlo ahora, porque con él parece que salen de Málaga para meterse en Malagón. No fue creíble su nacimiento, ni la velocidad de crucero que imprimieron para convertirle en alguien acorde con la posición de su familia, ni la relación igual de precipitada con Inés que se saldó con lo que considero un estrepitoso fracaso, ni que pretendan que unos días sea alguien que hay que entender porque es supuestamente joven y manipulable, mientras que en otras ocasiones es lo suficientemente mayor para temas que requieren una experiencia que él no ha podido adquirir precisamente por su supuesta edad. Sin entrar en el tema de dos matrimonios y un hijo, bastante antes de cumplir los veinte años……
Pero ahora parece que además va a tener que hacer acopio del don de la ubicuidad y estar en todas partes.
Entiendo que hacer marchar a Bosco de La Casona en su momento pudo ser considerado necesario para las tramas, y que ahora se ven en la disyuntiva de encontrar una manera lo suficientemente creíble para que vuelva a tener un nexo de unión con esta casa, aparte del familiar. Sin embargo sacarlo del Jaral creo que sería demasiado arriesgado y poco entendible, teniendo en cuenta que es la casa de su familia y él es el principal, y en este momento, único responsable.
Pero tomando pulpo como animal de compañía y  aceptando que Bosco ha sido capaz en poco tiempo no sólo de culturizarse, sino también de tomar las riendas de una finca con destreza y sabiendo de cultivos y administración como el que más, además de otorgarle una capacidad de trabajo superior a la media, quizás no habría de ser muy sorprendente que sucediera algo que ahora mismo puede antojarse impensable. Porque su personalidad no ha evolucionado al mismo ritmo y sigue sin tener criterio propio cuando se trata de su abuela. De hecho sigue a años luz de sus hermanos, ambos con una personalidad marcada, lúcida y crítica, como corresponde a unos padres como Tristán y Pepa. Y además Francisca debe tener alguna especie de atracción fatal, que hace que los más vulnerables caigan bajo su influjo.
Bosco no es ciego y ve (e incluso ha sido cómplice) de los desmanes de ésta, pero como con él se porta bien parece que prefiere mirar hacia otro lado, además de tener siempre en mente un agradecimiento que le nubla los sentidos y le impide ver la realidad.  De hecho si alguna vez le ha hecho a su abuela un reproche por algo, nunca llega demasiado lejos. Y lo que es claro es que Francisca se aprovecha de ello para llevarlo a su terreno, sin tener ningún escrúpulo en manipularlo, aunque suponga alejarlo de su entorno y que pierda cosas importantes por el camino.
Pero especialmente impidiendo que este personaje tenga su propia historia. 

1 comentario:

  1. Anna, creo que ya te lo he dicho: admiro tu paciencia al escribir sobre el serial. Ya no es El secreto de Puente Viejo, sino El Puente Viejo de la Montenegro. Yo tampoco entendí mucho el personaje de Bosco. Sigo la serie como muchos: seguimos los avances y dos capítulos semanales, con eso debe bastarles supongo. Esa audiencia de la que presumen, serán fieles de toda la vida y audiencia nueva que van captando. No le ve otra explicación.

    Ahora que le ponían a Bosco una pareja agradable, resulta que la chica es mala y se va pronto.

    Y por otro lado ¡qué familia tan extraña! Tanto que amaba Emilia a su hija y ni entre ellos, ninguno de ellos, hay un comentario para María y Gonzalo, una noticia, alguna carta. De vez en cuando una mención para Aurora en el Jaral, y basta. Los hijos de Pepa y Tristán tampoco existen ni en la memoria del pueblo.

    Los habitantes de Miel Amarga me caen bien, pero últimamente el cuarteto de las dos parejas hablando insignificancias y diciéndose linduras entre ellos me empezaba a aburrir. La verdad hay muy poco de lo que agarrarse. De la Montenegro con los mismos manejos de siempre estoy hasta el moño. Es más me parece que la actuación de María ya no tiene el brillo de antes, es cansina, repetitiva, un libreto que ya no tiene retos para ella. Aunque en cada entrevista diga que sí.

    El día en que mataron a Conrado Buenaventura, dejo de interesarme.

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