17 de febrero de 2017

Solo un padre

Cuando ya se sabe que los días de Damián están contados, un comentario me ha hecho darme cuenta de que a veces no se miran las cosas desde todos los ángulos y en consecuencia se puede llegar a cometer una injusticia.
Porque quizás se haya hecho mucho hincapié en la maldad del chico, y poco en los motivos que han llevado a Hernando a tener una suerte de ceguera ante el comportamiento de éste.
En realidad Hernando creo que merecería más comprensión, porque el caso es que se ha comportado como un verdadero padre, buscando recuperar a su hijo y darle una oportunidad de redención. Y tampoco se puede decir que Damián no merecía ninguna molestia por parte de su padre, porque lo cierto es que sí que necesitaba su ayuda, aunque el camino emprendido para su pretendida recuperación se viera entorpecido por el inepto psicólogo que de poco va a acabar sirviendo, más bien al contrario. Porque éste, de haber hecho bien su trabajo, se daría cuenta de los problemas de Damián, y quizás fuese posible hacer algo por él. (O quizás llegar a la conclusión que la única solución es el internamiento en una institución psiquiátrica).
En realidad considero que si algo se le puede reprochar a Hernando es que haya hecho más caso del corazón que de la razón, que se haya dejado llevar por la esperanza, y que aún implicado totalmente en la marcha de la supuesta evolución de su hijo, no se haya fijado en los pequeños detalles, en intentar averiguar si lo que la gente de su alrededor le decía tenía algún viso de credibilidad, y en cambio haya adoptado una actitud de dejar que las cosas fluyeran simplemente,……..solo por la convicción de ser el único dispuesto a aceptar plenamente a Damián, con todos sus defectos y con la pesada carga de su pasado a cuestas. Y esperando que todos los demás algún día también hicieran lo mismo.
Por supuesto todo esto tampoco iba a servir de mucho, cuando es palmario que Damián no ha albergado nunca ninguna intención de enmendarse, y que además arrastra funestas intenciones. Pero tampoco puedo meterme en el charco de pretender hablar de una patología como la que evidentemente arrastra el chico, ni si es posible una recuperación de las personas que la padecen. Es de suponer que cada caso es diferente, y que las posibilidades de salir de ello con bien difieren mucho en cada persona. Además estamos hablando de principios de siglo XX y desde entonces los tratamientos han evolucionado y la información sobre este tema es mucho más importante… aunque sigue ocurriendo y siguen existiendo personas con problemas de esta índole. Y van a seguir existiendo.

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