Cuando ya se
sabe que los días de Damián están contados, un comentario me ha hecho darme
cuenta de que a veces no se miran las cosas desde todos los ángulos y en
consecuencia se puede llegar a cometer una injusticia.
Porque quizás
se haya hecho mucho hincapié en la maldad del chico, y poco en los motivos que han
llevado a Hernando a tener una suerte de ceguera ante el comportamiento de
éste.
En realidad
Hernando creo que merecería más comprensión, porque el caso es que se ha
comportado como un verdadero padre, buscando recuperar a su hijo y darle una oportunidad
de redención. Y tampoco se puede decir que Damián no merecía ninguna molestia
por parte de su padre, porque lo cierto es que sí que necesitaba su ayuda,
aunque el camino emprendido para su pretendida recuperación se viera
entorpecido por el inepto psicólogo que de poco va a acabar sirviendo, más bien al
contrario. Porque éste, de haber hecho bien su trabajo, se daría cuenta de los problemas de Damián, y quizás fuese posible hacer algo por él. (O quizás llegar a la conclusión que la única solución es el internamiento en una institución psiquiátrica).
En realidad considero
que si algo se le puede reprochar a Hernando es que haya hecho más caso del
corazón que de la razón, que se haya dejado llevar por la esperanza, y que aún
implicado totalmente en la marcha de la supuesta evolución de su hijo, no se haya fijado en
los pequeños detalles, en intentar averiguar si lo que la gente de su alrededor
le decía tenía algún viso de credibilidad, y en cambio haya adoptado una actitud de dejar que
las cosas fluyeran simplemente,……..solo por la convicción de ser el único
dispuesto a aceptar plenamente a Damián, con todos sus defectos y con la pesada
carga de su pasado a cuestas. Y esperando que todos los demás algún día también
hicieran lo mismo.
Por supuesto
todo esto tampoco iba a servir de mucho, cuando es palmario que Damián no ha albergado nunca ninguna intención de enmendarse, y que además arrastra funestas intenciones. Pero tampoco puedo meterme en el charco de pretender hablar de una patología como la que evidentemente
arrastra el chico, ni si es posible una recuperación de las personas que la
padecen. Es de suponer que cada caso es diferente, y que las posibilidades de
salir de ello con bien difieren mucho en cada persona. Además estamos hablando
de principios de siglo XX y desde entonces los tratamientos han evolucionado y la información sobre este tema es mucho más importante… aunque
sigue ocurriendo y siguen existiendo personas con problemas de esta índole. Y
van a seguir existiendo.
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