2 de febrero de 2017

Rosario. ¿Adiós o hasta pronto?

Rosario se ha ido como Pedro, casi por la puerta de atrás, sin alharacas, ni siquiera despedidas emotivas. Se ha marchado, y sin supuestamente fecha de retorno. Y si, es evidente que lo que han planeado para este personaje necesita como mínimo largos meses de ausencia, como también es probable que sepamos de ella a través de alguna carta o llamada telefónica, lo mismo que sucede con el ex-alcalde ahora reconvertido en dirigente comunista,… pero considero que su marcha (aunque no sepamos si es definitiva o no) merecía algo más de atención, siendo un tanto desangelada para un personaje (y una actriz) que lo ha dado todo desde el primer día. Es cierto que Rosario era un personaje secundario en las tramas, pero su presencia ha sido un bálsamo y un punto de apoyo para muchos otros, y creo que merecía algo más. También es cierto que su papel con el tiempo había ido decayendo, y haciéndose más y más invisible, pero esto no es culpa del personaje, ni de la actriz, si no de quienes son los responsables de darle un guion adecuado.
De todas maneras hay otra cosa constatable.
Desde hace un tiempo asistimos a un desfile continuado de despedidas de personajes emblemáticos, quizás por la consecuencia lógica del largo periplo que han tenido algunos de ellos en la misma casa. Claro que tampoco están los tiempos para renunciar a un empleo, pero quizás haya que entender que algunos actores y actrices quieran cambiar de aires o explorar la posibilidad de otros trabajos. O simplemente darse un respiro de tanto despropósito como el que considero en el que está sumida actualmente la telenovela.
Por supuesto también entiendo que los guionistas se han tenido que enfrentar a los cambios que supone la marcha voluntaria o motivada por circunstancias personales de algunos actores o actrices, pero en este caso seré menos benevolente porque su trabajo es el de pensar y buscar alternativas que no pasen siempre por lo mismo.
Ayer mismo leía que los espectadores en general, empiezan a dar muestras de cansancio hacia algunos programas donde la tónica es la utilización continuada de los mismos recursos (aunque básicamente se hablaba de programas de cotilleo o realitys). También que la gente empieza a ser más crítica con lo que ve, lo cual no deja de sorprenderme gratamente. Evidentemente ello no significa el fin de estos programas, pero si un toque de atención. No se puede vivir de rentas, ni éstas son indefinidas. Hay que renovarse y buscar nuevas fórmulas.
Y creo que esto también sirve para una serie emblemática como El Secreto de Puente Viejo.
No digo que esto afecte a los actores y actrices, que en realidad solo hacen su trabajo. Por supuesto, fuera del plató pueden tener sus propias opiniones sobre sus personajes o la deriva de éstos, pero ello no ha de afectar su profesionalidad. Al fin y al cabo, cuando salen de la faena dejan al personaje y se instalan en su propia piel. Lo que sucede es que para los que estamos al otro lado de la pantalla, esto se confunda a veces y quizás no entendamos lo suficiente el trabajo de un actor.
Pero no deja de ser preocupante hasta cierto punto, y siempre teniendo en cuenta que la preocupación es solo una figura retórica al hablar de una ficción, que esta continua sangría de despedidas se haya acentuado en los últimos meses, dejando un panorama bastante desolador. En realidad ahora mismo existen un par de historias en marcha, y lo demás es simplemente relleno.

Pero es solo mi opinión.

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