Había concebido
este escrito como una manera personal de hacer patente mi desacuerdo por la
actual trama de La Quinta, y la que se presume ficticia muerte de Candela y su
bebé.
Antes puntualizar
que entiendo que se tenía de buscar un buen argumento para justificar la ausencia
de Aida durante algunos meses, y que una de las maneras era que no fuera
necesario tener en cuenta al personaje más que para el recuerdo. Pero seguro
que había muchas otras, y considero que han optado por la más drástica.
Evidentemente
el fondo de la cuestión es el de mantener el misterio para elevar la tensión y así tener pillada a la audiencia, provocando que sigamos pegados al televisor para conocer
el desenlace. Pero otra cosa es que esté muy de acuerdo con el método empleado, porque de alguna manera supone jugar
con los sentimientos de l@s espectadores y del resto de personajes, además de
crear desconcierto por lo que parece y lo que podría ser. Vale que es una
ficción, pero el “todo vale” creo que no es la manera.
Sin embargo no
es la primera vez que se utiliza este recurso en la telenovela. Durante semanas
no supimos que había sido de Esperanza, la hija de Martín y María, hasta que reaparició en los brazos de Candela. Y ahora otra vez Candela está en el meollo de la
cuestión, incluso hay también un niño de por medio como entonces,….
aunque el contexto sea muy diferente.
Pero
volviendo a la cuestión planteada.
Alguien lo
decía en un comentario ¿es necesario matar a un personaje para librarlo de las
garras de Francisca y Garrigues? (porque ahora son dos los compinchados)? ¿Nadie puede toserles a ninguno de los dos? Así
están creando una imagen de impunidad que no creo que sea muy adecuada,
especialmente porque, de alguna manera, están normalizándolo y haciendo que la
gente lo vea como algo contra lo que no se puede hacer nada.
Pues si se
puede hacer, porque para esto existen las leyes, y también la fuerza de la
gente.
No pretendo
dar un discurso político, ni de ninguna clase, y soy consciente del contexto de la época, en la que
los poderes fácticos: militar, eclesiástico y económico, lo mangoneaban todo. Y
el golpe de estado no cambió mucho las cosas, porque los terratenientes al
final siguieron mandando, aunque maquillados bajo otro paraguas. El dinero
siempre ha sido poderoso caballero.
Pero se trata
de una ficción, y aunque la pretensión de la telenovela es claro que no es
exactamente la de educar, creo que en
una época en la que lo fácil e insustancial es lo que se lleva la audiencia,
los programas basura tienen un seguimiento difícilmente entendible y se olvidan
fácilmente los “pecadillos” de los famosos porque el morbo puede más, no
estaría de más que se realzara el valor de la justicia, de la equidad, de que
las cosas se pueden hacer de otra manera. Y que la maldad no siempre prevalece.
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