31 de enero de 2017

La "muerte" de Candela

Había concebido este escrito como una manera personal de hacer patente mi desacuerdo por la actual trama de La Quinta, y la que se presume ficticia muerte de Candela y su bebé.
Antes puntualizar que entiendo que se tenía de buscar un buen argumento para justificar la ausencia de Aida durante algunos meses, y que una de las maneras era que no fuera necesario tener en cuenta al personaje más que para el recuerdo. Pero seguro que había muchas otras, y considero que han optado por la más drástica.
Evidentemente el fondo de la cuestión es el de mantener el misterio para elevar la tensión y así tener pillada a la audiencia, provocando que sigamos pegados al televisor para conocer el desenlace. Pero otra cosa es que esté muy de acuerdo con el método empleado, porque de alguna manera supone jugar con los sentimientos de l@s espectadores y del resto de personajes, además de crear desconcierto por lo que parece y lo que podría ser. Vale que es una ficción, pero el “todo vale” creo que no es la manera.
Sin embargo no es la primera vez que se utiliza este recurso en la telenovela. Durante semanas no supimos que había sido de Esperanza, la hija de Martín y María, hasta que reaparició en los brazos de Candela. Y ahora otra vez Candela está en el meollo de la cuestión, incluso hay también un niño de por medio como entonces,…. aunque el contexto sea muy diferente.
Pero volviendo a la cuestión planteada.
Alguien lo decía en un comentario ¿es necesario matar a un personaje para librarlo de las garras de Francisca y Garrigues? (porque ahora son dos los compinchados)? ¿Nadie puede toserles a ninguno de los dos? Así están creando una imagen de impunidad que no creo que sea muy adecuada, especialmente porque, de alguna manera, están normalizándolo y haciendo que la gente lo vea como algo contra lo que no se puede hacer nada.
Pues si se puede hacer, porque para esto existen las leyes, y también la fuerza de la gente.
No pretendo dar un discurso político, ni de ninguna clase, y soy consciente del contexto de la época, en la que los poderes fácticos: militar, eclesiástico y económico, lo mangoneaban todo. Y el golpe de estado no cambió mucho las cosas, porque los terratenientes al final siguieron mandando, aunque maquillados bajo otro paraguas. El dinero siempre ha sido poderoso caballero.
Pero se trata de una ficción, y aunque la pretensión de la telenovela es claro que no es exactamente  la de educar, creo que en una época en la que lo fácil e insustancial es lo que se lleva la audiencia, los programas basura tienen un seguimiento difícilmente entendible y se olvidan fácilmente los “pecadillos” de los famosos porque el morbo puede más, no estaría de más que se realzara el valor de la justicia, de la equidad, de que las cosas se pueden hacer de otra manera. Y que la maldad no siempre prevalece.

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