Mariana, Mencía,
Sol, Elías, Néstor, Ulpiano (el marido de Adela), Severiano,..y ahora Rogelia.
Un reguero de muertes desde septiembre del año pasado. Sin olvidar que también
hay que despedir a Lucas (este por lo menos se marcha por su propio pie),
quizás Rosario se vaya a hacer las Américas con Prado y tenemos a Candela que está “más pa allá que pa acá”
¿Seguro que
es esto lo que demanda la audiencia?
Admito que
empiezo a dudar de que realmente exista la voluntad de continuar con la serie.
Es cierto que en otras también se producen relevos de personajes, pero es algo
que la audiencia de las mismas ya ha asumido como normal. En cambio en PV creo
que no se había producido un goteo tan constante de despedidas como la que se
sucede en los últimos tiempos. Por supuesto es mi apreciación, pero no acabo de
entender las marchas precipitadas de algunos personajes que podrían haber dado
mucho más juego, o podrían haber tenido una salida más acorde a lo que han
representado para la serie. Y lo mismo sirve para las apariciones que duran un
espacio tan limitado de tiempo que no acabas de hacerte una idea de las razones
de su entrada en escena. Las últimas las de María y Severiano, que
probablemente no pasaron en conjunto de media hora en total.
Mi visión
ahora mismo de la telenovela es la de un panorama totalmente desolador. Incluido
el caso hilarante (lo siento, pero es que no puedo evitar tener este
sentimiento), incoherente, absurdo,… y otros adjetivos que no me atrevo a poner
aquí, de la renovada apuesta por una “relación” entre Francisca y Raimundo, con
la excusa de un amor que trasciende todo sentido racional. Porque es posible
que exista un amor que dure toda la vida (lo siento, soy muy escéptica en esto,
salvo en el caso de relaciones basadas en una convivencia en la que el respeto
sea una norma y el cariño esté por encima de todo. Incluido el propio yo), pero
considero que también hay otras explicaciones para la dependencia de una
persona hacia otra que no tienen nada que ver con sentimientos puros.
De hecho este
es una trama que se puede constatar que solo entiende (y justifica) un sector
muy, muy minoritario de la telenovela (aunque muy ruidoso, también hay que
decirlo). Admito que me inunda un sentimiento irracional, mucho más al tratarse
de una ficción, al ver sonreír feliz a Francisca, cuando a su alrededor todo es
sufrimiento, en muchos casos provocado por ella misma. Y por si no fuera
suficiente, la única que aportaba algún momento divertido, Fe, también va a
pasar a formar parte del cupo de sufridores, esta vez a través de una hermana
gemela que, por lo que se apunta, viene dispuesta a amargarle la vida. Por
supuesto es una gran oportunidad para Marta de demostrar su profesionalidad con
otro personaje diametralmente opuesto al que nos tiene acostumbrad@s, pero,
como decía antes, esto va a suponer más negrura a una telenovela que ya no
tiene nada de luz.
No recuerdo
si siempre ha sido así. Sí que recuerdo que en todas las etapas de la
telenovela ha habido momentos de gran tensión y sufrimiento, que además han
tardado un tiempo en resolverse satisfactoriamente. Y por supuesto entiendo que
ha de ser así, porque la tensión es algo que alimenta la audiencia y sin ello
es difícil mantener el interés. Pero debe existir un término medio, cosa que en
ESDPV parece no tener cabida. Creo que nunca antes habían existido tantos
frentes abiertos al mismo tiempo (aunque los de La Quinta se llevan la palma,
hasta el punto de parecer ensañamiento), y nunca tan pocos momentos de
distensión. Como tampoco han existido tantas incongruencias, poca atención en
los detalles, además de situaciones inconclusas o eternas en su desarrollo,
como si no supieran como enfocarlas para darles salida.
Lamento ser
tan negativa, pero es esto lo que siento.
Me gustaría
poder hacer como en mis comienzos en esta aventura del blog, cuando existían
temas diversos de los que escribir, algo amable que comentar. Pero ahora me es
imposible encontrarlos, sin caer una y otra vez en la negatividad.
Totalmente de acuerdo,PV es un suplicio de amarguras y muertes que da un ejemplo malisimo cuando el mal prevalece sobre el bien en la mayoría de los casos.
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