A raíz de un
comentario que salió en un post, me entró la curiosidad y decidí buscar opiniones
sobre el concepto de fenómeno fan, además de cuando se supone se produce éste. Y
lo que pude constatar por la información y los estudios que existen, es que es algo
mucho más complejo que el simple hecho de afirmarlo, o de que exista una
corriente de opinión que se lo atribuya.
La primera
cosa que seguramente a todos y todas nos pasa por la mente al hablar de fans,
es la de personas haciendo colas interminables o de varios días para ver a su
cantante favorito, o chillando como posesos en primera fila de una actuación.
Pero este fenómeno es mucho más amplio, y ahora también aparece trasladado a
las redes sociales y en todos los ámbitos. Y se descubre que un fan puede ser algo más
que todo lo anterior, que también es alguien capaz de hacer una interpretación
y buscar los recovecos de una escena, una representación, el papel de una
persona con alguna notoriedad, la percepción del trabajo de un actor,…aunque
sea empleando sus propias convicciones. No se trataría pues de un consumidor
pasivo, aunque otra cosa es la manera de expresarlo, bien empleando
razonamientos controlados o bien dejando surgir una parte más visceral, la que
confunde la simpatía con la idolatría,…….que de todo ello hay sobradas muestras
en las redes.
Pero hay otro
tema de fondo. Con el objetivo definido, ¿se puede hablar de fenómeno fan
cuando hay muchos seguidores que están ahí, pero sin hacer demasiado ruido? ¿o menos
seguidores, pero activos y con actitud casi beligerante?
Periódicamente
se habla de personas con alguna notoriedad que tienen centenares de miles de seguidores
en sus cuentas de Instagram, Twitter,
Facebook o en otras redes sociales. Pero probablemente la mayoría son seguidores
pasivos, que un día han puesto un like y nunca comentan. ¿En este caso se puede
decir que el fenómeno fan existe? ¿O no?
Y es cuando
caigo en la cuenta de que no todo el mundo tiene internet, ni es asiduo a otros
medios que la televisión, y sin embargo pueden ser fans acérrimos de alguien o
algo.
Estos días estamos
viendo como una serie de televisión, El Secreto de Puente Viejo, llega a los
seis años de emisión, consagrándose como
una de las más longevas en antena. Y es evidente que ello no sería posible sin
que existiera una fidelidad, costumbre, o quizás al final incluso se pueda
hablar de fenómeno fan. Aunque esto último también puede entrar en
contradicción con todo lo anterior, pues es claro que el éxito de la telenovela
se debe a todos los televidentes sin excepción, tengan presencia en las redes
sociales o no.
Porque parece
que a veces se olvida que el mayor porcentaje de seguidores son personas que
sólo ven la telenovela por la televisión y, aunque pueden tener su opinión y sus
simpatías, ello no trasciende más allá de los muros de su casa o, en algún
caso, de su círculo de conocidos o amigos.
Por ello
hablar de fenómeno fan puede ser muy relativo. Los comentarios en las páginas
son muy válidos y respetables, pero considero que no pueden ser termómetro de
todo un colectivo que ve un producto televisivo.
Y es entonces
cuando entra en escena otro tema. ¿Cuántas personas que no tienen presencia en
las redes se han apercibido que la telenovela ha celebrado algo? Pues dudo que
sean demasiadas porque, a menos que se me haya pasado por alto, no tengo
constancia que la cadena haya dedicado
el más mínimo esfuerzo a hacer publicidad de ello. Otra cosa es en Italia donde
existen incluso publicaciones especializadas. Aquí solo se ha sorteado un par
de visitas a los platós y tres libros firmados por los actores. Por supuesto no
pretendo minimizar este hecho que seguro hará felices a cinco personas, pero
¿y los televidentes que no tienen acceso a las redes (o no desean tenerlo)? ¿Por
qué no existe nada para ellos?
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