27 de enero de 2017

Fans y celebración capítulo 1500

A raíz de un comentario que salió en un post, me entró la curiosidad y decidí buscar opiniones sobre el concepto de fenómeno fan, además de cuando se supone se produce éste. Y lo que pude constatar por la información y los estudios que existen, es que es algo mucho más complejo que el simple hecho de afirmarlo, o de que exista una corriente de opinión que se lo atribuya.
La primera cosa que seguramente a todos y todas nos pasa por la mente al hablar de fans, es la de personas haciendo colas interminables o de varios días para ver a su cantante favorito, o chillando como posesos en primera fila de una actuación. Pero este fenómeno es mucho más amplio, y ahora también aparece trasladado a las redes sociales y en todos los ámbitos.  Y se descubre que un fan puede ser algo más que todo lo anterior, que también es alguien capaz de hacer una interpretación y buscar los recovecos de una escena, una representación, el papel de una persona con alguna notoriedad, la percepción del trabajo de un actor,…aunque sea empleando sus propias convicciones. No se trataría pues de un consumidor pasivo, aunque otra cosa es la manera de expresarlo, bien empleando razonamientos controlados o bien dejando surgir una parte más visceral, la que confunde la simpatía con la idolatría,…….que de todo ello hay sobradas muestras en las redes.
Pero hay otro tema de fondo. Con el objetivo definido, ¿se puede hablar de fenómeno fan cuando hay muchos seguidores que están ahí, pero sin hacer demasiado ruido? ¿o menos seguidores, pero activos y con actitud casi beligerante?
Periódicamente se habla de personas con alguna notoriedad que tienen centenares de miles de seguidores en sus cuentas de Instagram, Twitter,  Facebook o en otras redes sociales. Pero probablemente la mayoría son seguidores pasivos, que un día han puesto un like y nunca comentan. ¿En este caso se puede decir que el fenómeno fan existe? ¿O no?
Y es cuando caigo en la cuenta de que no todo el mundo tiene internet, ni es asiduo a otros medios que la televisión, y sin embargo pueden ser fans acérrimos de alguien o algo.
Estos días estamos viendo como una serie de televisión, El Secreto de Puente Viejo, llega a los seis años de emisión,  consagrándose como una de las más longevas en antena. Y es evidente que ello no sería posible sin que existiera una fidelidad, costumbre, o quizás al final incluso se pueda hablar de fenómeno fan. Aunque esto último también puede entrar en contradicción con todo lo anterior, pues es claro que el éxito de la telenovela se debe a todos los televidentes sin excepción, tengan presencia en las redes sociales o no.
Porque parece que a veces se olvida que el mayor porcentaje de seguidores son personas que sólo ven la telenovela por la televisión y, aunque pueden tener su opinión y sus simpatías, ello no trasciende más allá de los muros de su casa o, en algún caso, de su círculo de conocidos o amigos.
Por ello hablar de fenómeno fan puede ser muy relativo. Los comentarios en las páginas son muy válidos y respetables, pero considero que no pueden ser termómetro de todo un colectivo que ve un producto televisivo.
Y es entonces cuando entra en escena otro tema. ¿Cuántas personas que no tienen presencia en las redes se han apercibido que la telenovela ha celebrado algo? Pues dudo que sean demasiadas porque, a menos que se me haya pasado por alto, no tengo constancia que la  cadena haya dedicado el más mínimo esfuerzo a hacer publicidad de ello. Otra cosa es en Italia donde existen incluso publicaciones especializadas. Aquí solo se ha sorteado un par de visitas a los platós y tres libros firmados por los actores. Por supuesto no pretendo minimizar este hecho que seguro hará felices a cinco personas, pero ¿y los televidentes que no tienen acceso a las redes (o no desean tenerlo)? ¿Por qué no existe nada para ellos?

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